viernes, 30 de diciembre de 2011

Un año más










Durante muchos años me gustaba hacer el amor en la madrugada del primer día del nuevo año. Y de hecho, durante algunos años así fue. Las circunstancias, las mías, cambiaron y eso dejó de ser así, y no sé si algún día retomaré esa vieja y maravillosa costumbre.
Desde luego este año, tal y como se presenta la Nochevieja, tampoco va a ser así. Ni un milagro ni un huracán harían que fuese diferente.
De todos modos, me gusta compartir y más lo bueno. Así es que os deseo que vuestra Nochevieja o vuestro primer día de año empiece con sexo. Evidentemente, lo que más se desea es salud, amor… eso también por supuesto, que no os falte de nada.


¿Qué deparará el nuevo año? Pues las perspectivas no son muy buenas, casi en ningún sentido, así es que casi que pedir por pedir, pediría que al menos se mantenga todo tal cual, que no vaya a peor.
Pero esa noche deseo que se os caigan las bragas al suelo. Es una expresión que se utiliza (o al menos yo utilizo) cuando algo nos sorprende enormemente. En realidad, si es muy enormemente, yo digo que “se me cayó el chocho al suelo”.






Pediré una vez más, en alguno de los muchísimos brindis, un follamigo. Nunca se sabe….. Quizás me dé por pasear sola por ahí y en cualquier bar de cualquier esquina………
Ojalá os siga viendo por aquí el nuevo año. Feliz 2012!





jueves, 29 de diciembre de 2011

Cubanita virtual

Algo que nunca he hecho, ni en este blog ni en otros, es borrar un post ya publicado.
Si queda bien, mejor; si no, no pasa nada. Si gusta, adelante; si no, ahí se queda. Y aunque las palabras se las lleve el viento, me gusta que queden aquí permanentemente, las mías y las vuestras.
Sin embargo, toda norma tiene su excepción. Esta entrada será borrada probablemente en un breve plazo.
Tengo una foto de dos lectores (una lectora y un lector) que me autorizan su publicación, más bien su exposición durante 24 horas.
Ése es el plazo que tenéis para verla y el que tengo yo para convencer a los propietarios de que me permitan mantenerla. No suelo ser muy convincente pues hay lectores que me regalan imágenes (gratas y excitantes) para uso y deleite personal, no para publicar, y ahí quedan. Esta vez intentaré ser más perseverante.
Fíjate que todo vino porque nosotros dos propusieron en un comentario reciente hacernos una fotografía los tres juntos, si alguna vez se diese la circunstancia de que una u otros atravesásemos el gran charco.
Pero a veces, gracias a la técnica (y a quien la conozca) se pueden hacer algunas cositas, como por ejemplo una agradable cubanita virtual.


martes, 27 de diciembre de 2011

Integral





Tras pensarlo profunda y detenidamente, y ante la ferviente insistencia de algunos lectores, pues llegó la hora: al fin me atrevo a subir una imagen mía....desnuda!



Lo mío me ha costado así es que espero que valoréis el esfuerzo en lo que vale. Si queréis ver mi foto, pinchad aquí

lunes, 26 de diciembre de 2011

Direccionable

Pocos días antes de Navidad se me estropeó el grifo del bidé del baño, inundando todo el lavabo. Cerré la llave de paso y procuré olvidarme ya que en esas fechas difícilmente encontraría un fontanero para repararlo. De todos modos, yo no usaba demasiado el bidé; suelo ducharme y salir pitando de casa o darme un buen baño cuando tengo tiempo o simplemente me apetece. Pero el bidé casi es un elemento decorativo, más que otra cosa.



Hablé con mi madre por teléfono y le comenté lo de la avería. Ella me dijo que me regalaría una grifería para el bidé, maravillosa y extraordinaria (según sus palabras), con regulador de temperatura y chorro direccionable. Le dije que no. Insistió, e insistió, dijo que sería mi regalo de Navidad. Y me sentí impotente para seguir discutiendo con ella. “El viernes por la tarde, a las cinco, irá Julio, un fontanero que conozco, y te pondrá la nueva grifería”, y así se despidió.

El viernes me surgió un problema e iba a estar más tiempo en la oficina, así es que le dejé las llaves de mi piso a una vecina para que abriese la puerta al fontanero y controlase un poco.

Por la noche, cuando volví, vi que el nuevo grifo estaba puesto y que todo estaba pulcramente como lo dejé. Me duché y me fui a dormir; al otro día lo probaría y llamaría a mi madre para darle las gracias.

No dormí bien y me desperté de madrugada, a pesar de que era mi primer día de vacaciones y no tenía por qué madrugar. Fui a la cocina, me preparé un café y cuando fui al baño vi mi nuevo grifo de bidé, que ya había olvidado.

Me desnudé por completo, me miré al espejo, observaba mis pechos, la carne de gallina y los pezones erectos, los acaricié… me resultó placentero.

Me senté en el bidé, abierta de piernas, mirando hacia el grifo. Lo abrí, empezó a caer agua; regulé su temperatura hasta que fuese realmente agradable para esa parte tan sensible. Cogí unas gotas de jabón íntimo y empecé a enjabonarme, era una sensación agradable…. Seguí acariciándome, de arriba abajo, recorriendo todos los rincones de mi intimidad. Acabé introduciendo el dedo corazón en mi vagina y acariciando mi clítoris con mi pulgar. Alternaba los movimientos de introducción con los de rotación, y en algunos instantes, conseguía que fueran simultáneos.

Estaba a punto de correrme, alcanzando el placer con mi mano derecha y sujetándome con la izquierda a la tapa del bidé, levantada contra la pared. En un acto casi instintivo, solté la tapa y con la mano izquierda dirigí el chorro de agua tibia, hacia la parte inferior de mi clítoris….así quedaba más zona servida y atendida.

El chorro de agua actuó como un detonante, y apreté y aceleré el movimiento de mis dedos…. Todos, agua y dedos, me llevaron a correrme, moviendo mis caderas locamente, como si me estuviera follando literalmente al bidé.

Fue una sensación extremadamente placentera.

Más tarde telefoneé a mi madre para darle las gracias. Creo que al fin le encontré un buen uso al bidé, a ese artilugio decorativo.

- Mamá, gracias por el regalo. Es muy….práctico.

- Tú eres tonta, hija!

- ¿Cómo?

- Mi regalo de Navidad era Julio, el fontanero. Le hablé de ti. Es muy buen chico, sé que está solo, sé que le hubieras gustado….y tú vas y no estás cuando viene.

- ¿En serio has hecho eso mamá?-

Hija, que nos conocemos. Que el chorrito direccionable no va a satisfacer todas tus necesidades. Anda, anota el teléfono y llámale, ponle cualquier excusa. Hazme caso y llámale.

- Mamá…tú estás loca. Pero te quiero. Nos vemos pasado mañana para cenar –y colgué.

Por la tarde, volví a usar el bidé y su chorro. Esta vez me senté, abrí el grifo y no utilicé mis dedos. Simplemente, hacía variar la dirección del chorro, hacia arriba, hacia abajo, deteniéndome instantes en el clítoris, volvía a redirigirlo arriba y abajo, y al final, aumenté la presión de la salida del agua tanto como pude e hice que el chorro fuese directo a mi vagina.

No creí que sólo el agua, sin necesidad de tocarme, volviese a provocarme aquellos espasmos de placer. Y entonces pensé en las manos que habrían colocado aquella maravillosa grifería.

Me vestí, cogí el móvil y llamé al fontanero. Le dije que había probado la grifería y que algo fallaba, que si podía venir a mirarlo. Aquella misma tarde.

Julio pareció pensárselo y me preguntó si había probado el chorro direccionable. Le dije que sí pero que quería explorar otras posibilidades. Creí que iba a colgarme.

Me dijo que vendría aquella misma tarde. Y vino.


Dedicado con mucho cariño a Elolvidado

jueves, 22 de diciembre de 2011

Para el Gordito






Querido Santa, Papa Noel o gordito:

Se me ha echado el tiempo encima y casi no llego a escribirte. Así es que, como apurando ese último segundo de un orgasmo, aquí estoy, pero que sepas que es la última vez que te escribo. Estoy cansada de pedir siempre lo mismo y nada de nada.

Está bien claro. Quiero un tío. No pido demasiado; me conformo con que sea autosuficiente, medianamente inteligente y por supuesto que practique sexo con bastante asiduidad.
Es más. Si no puede ser un tío, pues me mandas varios, que ya me los repartiré yo como pueda.
No te estoy pidiendo amor, no busco el amor de mi vida; de hecho, creo menos en su existencia que en la tuya misma, que ya es decir. Lo cual no debe excluir que sea medianamente romántico y/o mimoso.

Hoy parecía que por fin ibas a escucharme y me pones en mi camino una cita para mañana viernes por la noche. Pero claro, no era nada más que otra treta tuya para castigarme, porque luego has puesto tantos impedimentos que al final no va a ser posible.
Pero castigarme, ¿por qué? He sido buena, más que buena, y tú lo sabes. Joder! Yo diría que he sido hasta casta y pura! Jajajaja.
En fin, gordito, que lo sepas. O me concedes lo que te pido o te pondré los cuernos con los reyes majos. Y si éstos no escuchan tampoco….. bueno, ya veremos qué pasa cuando pasen reyes.
¿Te cuento un chiste?

Anoche un hombre vestido de rojo se deslizó por la chimenea de mi casa y entró a mi habitación… Como estaba dormida, pensé que era un sueño, pero aquel hombre de barba blanca se desnudó y se metió en mi cama… Antes de que pudiera hacer o decir algo, se montó sobre mí y me echó el mejor polvo que me han echado en toda mi vida. Mis gritos de gozo y mis alaridos de un largo orgasmo fueron ahogados con su mano para no despertar a los demás. Exhausta pero agradecida, cuando todo había acabado y aún jadeando, le pude decir: ¡¡¡Muchas gracias, Santa…Lo que yo te pedí era un Volvo…un Volvo, pero no importa….”

Pues eso, gordito, un PolVolvo.

Visitantes del blog: Feliz Navidad a todos. Fuerza para afrontar el 2012. Y que disfrutéis mucho de los polvorones en estas fiestas.




domingo, 18 de diciembre de 2011

Probabilidades y expresiones










El viernes tuve cena de empresa, con unos compañeros de trabajo, como es habitual por estas fechas aunque este año fuimos algunos menos.
Me arreglé a conciencia; sentía por dentro que necesitaba algo más que comer bien, bailar y echar unas risas. Y si surgía alguna oportunidad de ese algo más, no iba a desaprovecharla.

Primera oportunidad: el Sacarino vino a la cena. Como él es aún menos libre que yo, me limitaría a esperar a que se decidiese, a que me hiciese llegar el más mínimo atisbo, como ofrecerse a llevarme a casa o cualquier otra cosa.

Segunda oportunidad: en la mesa al lado nuestro en el restaurante había un grupo de unos doce o catorce tipos, todo eran hombres! Era una buena ocasión; las probabilidades indicaban que a alguno podría gustarle, no? Sólo había que esperar la ocasión de que alguno se decidiese a decir algo, acercarse, lo que fuese.

Tercera oportunidad: estuvimos en dos discotecas. Estaban repletas de gente. Yo estaba a gusto, me sentía guapa (como hacía tiempo que no) y estuve bailando cuanto pude. Quizás a alguien le gustase mi manera de moverme o contonearme, no?
Pero los resultados, todos negativos, dieron al traste con todo y aunque al final cualquier opción de acercamiento/tocamiento/relación sexual se fue al carajo, el balance de la noche no estuvo mal.

El Sacarino me acompañó en un par de ocasiones a la entrada del restaurante para fumar un cigarro. Estuvimos a solas y no sugirió nada, nada en absoluto que a mí me hiciese pensar que podía haber algo. En la discoteca me dijo que estaba muy guapa, le sonreí, me lo agradeció y se marchó antes de que fuésemos a la segunda discoteca sin decir ni mú, ni un “te vienes?”….nada de nada.
Los tipos de la mesa de al lado sólo miraban, de reojo, de vez en cuando, y ni siquiera puedo afirmar si era a mí o a otra fémina de mi grupo (debía ser más bien lo segundo). En ningún momento se dirigieron a nosotros para nada, aunque estuvieron divertidos cuando llamé por el móvil a una amiga, convencí a mi mesa para que le cantasen el “cumpleaños feliz” ya que era su aniversario, y el grupo de los doce machos se unió al coro.
Y en las dos discotecas en que estuvimos nada de nada. Y no es que yo rechazase a nadie, es que no hubo nadie. Tres tipos se dirigieron a mí, pero ninguno tenía intención de nada. El primero, la mayor oportunidad que ví en potencia en toda la noche, creo que se echó para atrás cuando me vio bien de arriba abajo, porque examen ocular sí que me hizo. El segundo me preguntó por qué pedí la hora a la camarera antes de pedir una consumición; le aclaré que ya era hora de dejar el alcohol ya que al cabo de cierto tiempo yo tendría que conducir. Y el tercero intentó acercarse a mí sólo para darle celos a una fémina de mi grupo que le hizo un desplante. Pero para eso le hubiese servido yo o cualquiera.

Total….un desastre. Es cierto que yo no llevaba un letrero en la frente que dijese “esta noche quiero sexo, como sea. Si estás dispuesto…”, pero tampoco llevaba uno que dijese “a mí ni te acerques”.
Al volver a casa, me desnudé, me quité el maquillaje, me fumé un cigarrillo y encerré en un armario otra vez el deseo. No sé cuándo volveré a sacarlo, aunque sea para darle un paseo.
Entenderéis que no soporto expresiones como “quien no folla es porque no quiere” o “las tías lo tienen más fácil a la hora de ligar” o “siempre hay un roto para un descosío”.


jueves, 15 de diciembre de 2011

Apunta y dispara, by El Perfumista




El perfumista nos deleita con otro relato. Gracias, Perfumista


Te desnudo y me desnudas

Nos besamos , nos acariciamos , acaricias mi pene mientras exploro con mis dedos tu selva negra; noto cómo mis dedos se mojan en tu interior y eso me excita y endurece mi pene .

Lo agito pene y lo miras fijamente mientras te preguntas : ¿ cuánto tiempo tardará en correrse ? ¿ serán 10 segundos o 10 minutos los que tardará en hacerlo ? ¿cuánta leche derramará, unas gotitas o un charquito ? ¿A qué sabrá su leche ? ¿en donde derramará su néctar blanco? ¿en mi boca , en mis mejillas , en mis tetas , en mi barriga ... ? se trata sólo de apuntar y disparar y no errar en la diana que es tu cuerpo .


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Efecto boomerang


Mi vida es estresante, ¿para qué me voy a engañar? Pero hay épocas especialmente muy, muy estresantes. Y el mes de diciembre, las tres primeras semanas sobre todo, son para mí nefastas.
Hace algún tiempo que el estrés me afecta de manera negativa en mi líbido. Ya os lo conté.
Y entonces me doy cuenta de que cuando llego aquí, en vez de descargar mis fantasías, mis sueños, o hablar de aquello que me puede resultar erótico….llego con las manos vacías, esperando lo contrario.
Llego fría, esperando encontrar calor.
No vengo a desnudarme, sino que llego desnuda. Sin nada.
Y ahora espero que, como en alguna otra ocasión, este sitio y algunos de sus alrededores vuelvan a actuar con efecto boomerang, que la excitación con la que he llegado aquí muchas veces me venga devuelta, de rebote, porque si no… mi amigo íntimo y yo lo pasaremos muy mal.











viernes, 9 de diciembre de 2011

Dulce rutina




Mi vecina Paca es un poco cotilla. Siempre que me encuentra en el rellano, se pone a charlar conmigo de lo que sea, a veces invadiendo un poco mi intimidad y a veces desnudando sin tapujos la suya.
No se lo tengo en cuenta; es una mujer que está todo el día en su casa, dedicada al cuidado de la misma, de sus tres hijos y de su marido que, para mí, es como un niño más.
Ayer me encontró cuando volvía de comprar un poco de fruta. Me preguntó dónde la compraba yo y me vi contándole que esa noche iba a preparar trozos de frutas variadas, envueltas en chocolate fundido, para mi pareja. A él le encantaba y a mí me encantaba verle disfrutar. Como fuese.
Me dijo que eso era muy exótico y me preguntó si esa noche “teníamos fiesta” (se refería a si tendríamos relaciones sexuales), porque claro ella sólo tenía “los sábados, sabadetes” y eso si no había en la televisión ningún partido de fútbol interesante o una buena película de acción. A su Paco le encantaban Clint Eastwood y Steven Seagal. Siempre era igual, una pura rutina; en eso se convertían todos los matrimonios, “es lo más normal del mundo”, me decía Paca.


Y yo le dije:
Paca, en mi relación también es todo rutina, pero se trata de que esa rutina no nos amargue. Mira, cuando él llega del trabajo, me besa y me pregunta qué hay de cena. Es una rutina pero muchas noches es él quien en realidad prepara la cena. Luego se va a la ducha, se coloca su albornoz y antes de vestirse, se sienta en su sillón favorito y se toma una cerveza, normalmente sin alcohol. Cuando la termina, pueden suceder dos cosas: que vaya a vestirse y luego charle conmigo, de lo que sea, mientras preparamos juntos la cena, o que aparezca allá donde yo esté, abra su albornoz y me muestre su cuerpo totalmente desnudo. Casi no hace falta decir nada más. Lo demás viene por sí solo. Normalmente, acabo de arrebatarle yo misma el albornoz y empiezo a recorrer todo su cuerpo para acabar donde más le gusta, en lo que ya llevaba erecto al primer contacto de mis labios con su cuello. Otras veces, se quita él el albornoz y me desnuda a mí, y me tumba en el sofá, o me arrincona contra la pared, o me echa sobre el mármol de la cocina, y empieza a saborearme, por todas partes, acabando también donde más me gusta, volviéndome loca. Y eso es así casi todos los días.

Foto cedida por un lector anónimo



Al cabo de dos días, volví a encontrarme con Paca en la escalera. Venía de comprar.


¿Sabes Belkis? Le conté a mi marido tu historia. Me dijo que era una pavada y yo le dije que, de momento, no pienso follar más sólo los sábados. Y que quiero que cada día, al volver del trabajo, se duche y se ponga su albornoz, mira, éste que le acabo de comprar. Lo va a estrenar hoy, a ver qué pasa, aunque hoy tengo trabajo y tengo que freir el pescado para la cena, y….


Paca era adorable, después de todo. Le dije:
Ssshhh… déjate enharinar, mujer

martes, 6 de diciembre de 2011

Íntimo y personal






En una ocasión un lector me dijo en privado que mi blog era pseudoerótico. Después, me pidió disculpas. No lo entendí, pues yo no vi la ofensa de ninguna manera.
Éste es para mí un lugar muy íntimo, muy personal. Nunca he pretendido que fuese un blog erótico (de hecho, creo que no lo es), y si alguien cree que es pseudoerótico, podría hasta considerarlo un halago.
Haciendo una comparativa muy bestia y exagerada, este lugar es como mi coño; lo más íntimo de mí, donde de entrada todo el mundo es bien recibido, y donde hasta ahora (afortunadamente) no soy yo sino cada cual quien decide quedarse o no hacerlo.
(Nota aclaratoria: mi coño recibe muchísimas menos visitas que el blog).


A veces he comparado mi situación a la de un exalcohólico o a la de un exdrogadicto.
Quien dejó la bebida, o dejó las drogas, sabe que nunca más podrá volver a probarlas. Una pequeña cantidad y volverían a caer en el pozo. Por otra parte, seguro que recuerdan las sensaciones “maravillosas”, aunque cruelmente falsas, que les provocaban sus adiciones.
El cuerpo tiene memoria.

Mi piel tiene memoria. No siento nada remotamente especial si me toco un brazo, una pierna,… pero ¿sería lo mismo si te tocan otras manos?
Cuando casi por casualidad alguien te coge de la mano y te da un beso, el cerebro recurre a su archivo de sensaciones y envía al cuerpo las respuestas que corresponden. Rememoras, sientes,… te vas a desbordar, quieres volver a lanzarte, las caricias se detienen y todo queda ahí de nuevo. No pasa nada. El placer sigue siendo más un recuerdo que una vivencia.
¿Será cierto lo que dicen que follar es como montar en bici, que nunca se olvida? No lo sé, no tengo ni idea; un día de éstos cogeré la bici llena de polvo que tengo en el trastero y me daré un paseo, a ver qué sucede.




Éstas y otras reflexiones son las que me hago a hora temprana en un día como hoy, en el que nuestra Consti cumple 33 años, si no me equivoco.
La Consti debería cuidarse, ya tiene una edad, y ante todo: renovarse o morir. Alguien debería hacer algo por ella, cambiarla, que ella, femenina y madura, pudiese sentirse aún bella y aún útil... pero eso sería ya tema para otro lugar.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Consejos vendo...










En los últimos días, y por razones que no vienen a cuento, he podido hablar con varias personas sobre los encuentros reales de personas que se han conocido previamente a través de la red, ya sean páginas de contactos, facebook e incluso blogs.
Y he podido constatar que algunas personas sentimos cierto resquemor ante esas situaciones, quizás temor a lo desconocido. Sobre todo si no se tiene una amplia o consolidada experiencia en estos menesteres.
Así es que me he dicho: ¿por qué no elaborar una pequeña guía? Unos consejos que puedan ayudar-ayudarnos a enfrentarnos a esas situaciones, que por otro lado nos buscamos voluntariamente, y salir airosos.
Seguramente no existan normas fijas, dependerá de una gran cantidad de variantes, pero sí un modelo orientativo.
Cada cual que aporte o contradiga lo que quiera según su experiencia.





- Punto principal: el lugar. Cuando quedes con un desconocido (entiéndase por desconocido alguien a quien no has visto nunca personalmente), es mejor hacerlo en un lugar público. Pero que tampoco esté muy abarrotado de gente ya que eso impediría una conversación relajada. Puede ser una cafetería tranquila, a una hora no muy concurrida. Si te interesa o te conviene que haya absoluta discreción, no quedes en la cafetería de tu barrio, ni siquiera en tu población añadiría yo. Cuando quieres pasar más inadvertida, te encuentras conocidos hasta debajo de las piedras.






- La imagen. Creo que es muy importante que previamente os hayáis visto por cámara o simplemente por fotografía. Independientemente de que busquemos que la otra persona nos atraiga físicamente, el hecho de verla, ver su rostro, ayuda mucho a hacernos una idea mental –puede que equivocada o no- de si esa persona ya de entrada nos causa buena impresión o no.
En cuanto al atuendo (de eso ya se habló en otra entrada), creo que es mejor ser nosotros mismos, no exagerar ni minimizar nuestra manera de ser, de vestir, de comportarnos. Si la cita se repite, nos costará más trabajo mantener la imagen que hemos creado y que no es la nuestra verdadera.

- El motivo. ¿Cuál es el motivo por el que decidimos encontrarnos? ¿Conocernos y escucharnos cara a cara o sabemos de antemano que acabaremos echando un polvo? De entrada, yo prefiero la primera opción, romper el hielo y si hay feeling, ya habrá una segunda vez. En cualquier caso, creo que debería quedar claro a los dos que el motivo será el mismo para ambos; eso evitará decepciones innecesarias
Muy importante: si de antemano se sabe o se intuye que aquella cita acabará en encuentro sexual, hay que tener preparado sitio, no dejar esto a la improvisación. Puedo contar la anécdota de alguien quien no esperaba que fuese un encuentro sexual, luego parecía que sí, sólo disponían del coche y mentalmente no logró encontrar un lugar lo suficientemente apartado y discreto como para apaciguar el calentón.

- El día después. Es muy importante lo que pasará el día después del encuentro; querremos repetirlo o no, nos ha gustado realmente aquella persona o nos resulta indiferente, en qué categoría de amigos lo ubicamos,…Pero eso, será
después. Disfruta del momento y ya llegará el día después.




domingo, 27 de noviembre de 2011

Moviendo las caderas






Hoy siento una necesidad brutal, inmensa, inconmensurable, diría que hasta inhumana (pero no; es muy, muy humana) de mover las caderas.
Hacia todos los lados, de derecha a izquierda, de delante a atrás, de arriba abajo,…despacio, acelerando ritmos, y muy deprisa al final. Movimientos rotatorios, movimientos de profundidad, movimientos de acoplamiento.
Podría ponerme a bailar, hace tanto que no lo hago! Ejercitaría mis huesos, parte de mis músculos,…y sin embargo no sería suficiente.
La necesidad urgente de mover mis caderas es hacerlo sobre ti, hacia ti, en ti, por ti, a ti…y añadiendo todas las preposiciones que quepan entre tú y yo.
Como es habitual, una busca una salida de emergencia para suplir necesidades. Y, por arte de magia, L.me enseña esta coreografía (qué linda es ella, que no imagina la necesidad real que acucia a mis caderas).
Visiono, ensayo, bailo, practico… tras un rato de risas y varios intentos, el baile sale. Realmente la música puede tener efectos terapéuticos.
Si alguien tiene ahora mismo esta misma necesidad de mover las caderas (y no me refiero a bailar precisamente) que me llame –jajaja, no, es broma, no tenéis mi teléfono- , os recomiendo que le déis al play de este video y….a moverse! Luego me contáis.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Cosas de las mates








Siempre he sido más de letras que de ciencias. Las matemáticas se me atravesaron hace mucho tiempo y decidí olvidarlas por completo como se olvida un mal polvo.
Quizás por eso, y por algunas cosas más, a Maribel le sorprendió tanto que yo estuviese liada con un matemático. En realidad, él era estadista-analista, pero sí, vivía inmerso en un mundo lleno de números y de datos, de relaciones y correlaciones. Y en medio de ese mundo suyo, estaba yo.
“Seguro que tu matemático es un soso en la cama, y sólo piensa en números”, me decía Maribel.
Y yo se lo negué en rotundo, porque él en la cama podía ser desde un feroz huracán a una suave brisa de verano Pero sí, los números estaban en nuestra cama, afortunadamente para mí y así intenté darle mis razonamientos a mi amiga:


Maribel, ¿recuerdas algo de las mates de nuestra época de instituto? Pues verás:
Él eleva su factor (así es como llama a su pene) al máximo exponente en fracciones de segundos.
Sabe como nadie acariciar y enervar mis senos.
Nunca se sale por la tangente.
Saborea todo mi cuerpo por fracciones.
Cada vez que follamos, me dice que vamos a despejar la X (la incógnita), porque es un misterio saber de qué manera acabaremos encontrando el placer, porque aunque x e y tengan valores diferentes, acabarán encajando perfectamente en la ecuación.
Me demuestra que, al igual que los números, nuestros orgasmos no tienen límites.
Con su lengua sabe dibujar en mi coño parábolas e hipérboles, e infinidad de círculos concéntricos, acercándose cada vez más al centro de ellos, el centro de mi placer.
Mantenemos un promedio elevado y estable de sesiones de sexo a la semana. Las variantes que puedan interceder en el promedio no hacen sino enriquecerlo.
Multiplica mi deseo. Dividimos el placer.
Y me encanta cuando me demuestra que uno más uno es igual a sesenta y nueve.

martes, 22 de noviembre de 2011

La segunda razón



La principal razón por la que me gusta estar aquí, en este sitio, es porque aquí puedo desnudarme cuando quiera y como quiera, sin sentirme atada por nada ni por nadie...navegar aunque a veces nade a contracorriente.

Y la segunda razón es que gracias a este sitio y a muchos de vosotros, yo me siento así:


domingo, 20 de noviembre de 2011

Observada (by El perfumista)





Soy un vividor follador que gozo y hago gozar en todo lo que hago : mi trabajo , mi ocio , mis amistades , mi familia , mis cenas , mis polvos etc .


Hace tiempo conocí en internet a una mujer que se excitaba mantiendo conversaciones eróticas . Su deseo era el de un volcán submarino del Hierro que emerge de un mar frío de repente, tras años de represión . Un marido impotente y aburrido y la monotonía del día a día habian convertido su existencia en gris . Envejecía poco a poco y el dulce pájaro de la juventud habia volado más allá de su alcance . Buscaba alicientes en su vida, mejor dicho los necesitaba sobre todo a nivel sexual para sentirse viva.




Un buen dia ,un perfumista de gusto , oido , olfato , vista , tacto exquisitos como yo, notó en sus textos y conversaciones que estaba ante un corazón salvaje difícil de domar , una fiera domada por la sociedad pero que deseaba sacar fuera su instinto animal . Yo que siento placer en los textos y conversaciones eróticas me sentí atraido al instante por ella . Quedamos en la habitacion 69 del hotel Ritz y sin dejarme hablar me tapó la boca mientras cerraba la puerta y se empezó a desnudar .


Me quité la camisa en plan macho alfa , y el cinturón de Indiana Jones . "Nena , yo no soy Indiana pero tú eres mi arca perdida " le dije mientras ella se apresuraba a sacarme la zanahoria a tomar el aire y la empezó a succionar y acariciar. Posteriormente al verla dura como una piedra se acarició para lubricar mejor antes de que la penetrara salvajemente .


Fijé la vista a una esquina de la habitacion y vi escondido detrás de un sofá a un señor que se la cascaba mientras nos miraba excitado . Era su marido impotente que habia recuperado su apetito sexual , de hecho , siempre deseó ver a su mujer bien follada y gozando con otro hombre .


A la mujer la situación le excitó más y al terminar me dió un tanga suyo de recuerdo acartonado y húmedo de placer con una recomendación : "cuando vuelvas a Madrid consérvalo y asi siempre tendrás mi olor y mi presencia en la distancia" . Así hice , por algo soy perfumista .





Relato gentileza de un lector al que de momento llamaré El perfumista

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Se nace o se hace?






Alguien me ha dicho que considera que soy sensual. Esto, además de excitar mi ego, incita mi curiosidad.
¿Soy realmente sensual? ¿Desde cuándo? ¿Por qué yo no lo he notado? Y busco información sobre la sensualidad. No busco demasiado porque enseguida encuentro la respuesta a mi pregunta.
¿Se nace sensual o la sensualidad se hace, se adquiere?
Lo que he leído apunta a que la sensualidad es algo que se adquiere, que se crea, e incluso hay infinidad de consejos para potenciar esa sensualidad: maneras de vestir, de andar, de hablar, de reir…y casi de todo.
Y todos estos consejos van encaminados básicamente a la mujer, porque al parecer la sensualidad pertenece por excelencia a ella y al hombre le corresponde más la sexualidad.
En general no estoy muy de acuerdo. Además me parece que la sensualidad creada sería artificial. Otra cosa es potenciar algunos factores o dones de los que ya se disponga, pero aprender a ser sensual, yo no lo veo.
Mi risa puede sonar a sensual, quizás, cuando estoy contigo a solas, pero generalmente se oirá como la sonora y abierta risa de un camionero cuando le explican un chiste verde. No voy a reirme menos o diferente sólo por aparentar ser más sensual.
Mi mirada es la que es. Puedo, y me gusta hacerlo, decorarla con maquillaje pero no miraré ni parpadearé de manera diferente para incrementar mi sensualidad.
Creo que la verdadera sensualidad es la que nos llega a través de cualquier sentido y que nos cala el alma y a veces nos taladra el cerebro. Y, personalmente, creo que no hay mayor provocación sensual que aquella que nos llega de alguien sin haber sido un gesto estudiado o premeditado, sino porque lo es sin más, porque creo que hay una parte de la sensualidad que nace con nosotros…quién ha dicho que quizás no lo llevemos en los genes? Hay tanto que avanzar en la genética que quizás algún día hasta se estudie este aspecto.
Me resulta extremadamente sensual por ejemplo esos hoyitos que se te forman al lado de las comisuras de tus labios cuando ríes. Y esto no es algo que se pueda ejercitar, se tiene o no se tiene.
Se me antoja tremendamente sensual ver a un hombre con el torso desnudo poniéndose una camisa, ver cómo se cubren sus hombros, como después la va abotonando, escondiendo su torso. Pero no te vistas o desvistas como un streapper porque entonces me resultarás sexual pero no sensual.


Puede resultar anti-sensual que un hombre se emocione la primera vez que besa a una mujer, pero a mí me parece tremendamente sensual.
Por tanto, nada hay que pueda escribirse como si de mandamientos se tratase sobre la sensualidad. Nadie la ve ni la vive igual, y a mí la que me excita, me sensibiliza y me emociona es la que percibo más natural o más innata.
Hablando de sensualidad…. Aquí dejo una canción muy sensual, y el videoclip (a pesar de ser calcadito de una famosa película) está cargado de elementos sensuales y sexuales. Es una aportación de Aliana…Gracias guapa.























jueves, 17 de noviembre de 2011

Necesidad innata



Desde que nació Belkis, mi alter ego, mi yo virtual (que no por ello es menos cierto que el real y a veces, aunque no lo parezca, es casi igual de palpable), empezó a nacer en mí la necesidad de saber más del otro, del tú, o del él.
Eso me ha llevado en muchas ocasiones (tampoco en todas) a necesitar contactar con alguien más allá de la palabra escrita. Necesidad que a veces he visto satisfecha, y otras no, que prácticamente nunca me ha defraudado a pesar de que alguna vez algún disgustillo me ha costado, como en el de esta historia.
Conocí a alguien (virtualmente. Las “historias del ciber” casi siempre son sólo virtuales) en otras páginas, en otro lugar, y le invité a venir aquí, a esta Salida.
Y hablamos, y hablamos, y nos excitamos mucho, mutuamente. Entre conversación y conversación, se colaban datos de la vida de cada cual, esto es evidente y prácticamente inevitable: la edad, la profesión, los hobbies,…
Y entonces apareció; surgió de nuevo en mí la necesidad de saber más, de saber físicamente. Tener un dato que te permita saber que tras aquel Nick o aquel nombre hay una persona real.
Le pedí una fotografía, aunque fuese de su pie, pero que fuese creíble, que yo me creyese que era de él.
No hubo manera. Al final le pedí que me dejase llamarle por teléfono. Saber qué voz tenía, incluso asegurarme de que al otro lado había un hombre. También podía haber sido una mujer, y a lo mejor no me hubiese importado salvo por el engaño.



Accedió a llamarme. Le di mi número y llamó a mi móvil, ocultando su número por supuesto.
Después de tanto compartido jodía un poco, la verdad, aquella falta de confianza, pero accedí.
La llamada quizás duró tres o cuatro minutos, no lo recuerdo exactamente. Una voz profunda, varonil, bien timbrada, agradable,…y una conversación amena, trivial pero satisfactoria, para mí.
Algo sucedió (quizás no le gustó mi voz!) pero tras aquella llamada no volvi a saber de él, desapareció por completo como si se lo hubiese tragado la tierra.
Hace poco lo volví a leer en su lugar de origen y supe que al menos estaba bien.
Así, sin más. Una simple llamada, agradable a priori, acabó con aquello, fuese lo que fuese. Por cierto, si sigues por aquí y lees esto: nunca he traicionado la confianza de nadie y le pongo mucha seriedad hasta al cibersexo. Y hasta en eso creo que hay que tener dos cojones para decir “se acabó!”.
Por eso decía que algún disgusto me ha dado esta necesidad mía de saber más. No pretendo vanagloriarme de ella ni siquiera explicarla, existe sin más. La controlo lo suficiente, pero cuando surge, tengo que alimentarla…como si fuese una fiera hambrienta.
Si me tienes miedo como fiera, no me acaricies, pasa de largo hasta que pase mi hambre. Luego, podemos seguir haciéndonos arrumacos.



martes, 15 de noviembre de 2011

De puntillas



No hubiese pensado en la profesión de bailarín/bailarina como una apropiada para entrar en esta página dentro de la categoría de “profesiones excitantes” si no hubiese visto la fotografía que cierra esta entrada, cortesía de una compañera de trabajo que ni sabe de Belkis, ni de este blog ni del uso que iba a darle a esta fotografía.
Ahora que lo medito, realmente los bailarines de danza clásica excitan, y excitan un montón, con esas medias que algún nombre específico deben tener, marcando todo su paquete, todo su poderío. En muchas ocasiones, lo marcan todo.
Es muy fácil mirar a un bailarín y dejar volar la imaginación; esas piernas robustas seguro que aguantarían mucha presión, ese culo prieto, preparado para ser pellizcado, mordido, lamido…. Y lo mejor de lo mejor: ver marcarse a través de la tela esa polla que imaginas dura, apretada, con ganas de salir de aquella compresión.
Y el papel de la bailarina tampoco debe ser fácil. Si fuera poco que su partenair muestra todo lo que muestra, encima él la toca; la sujeta por la cintura, y hacen juntos posturas –artísticas, por supuesto- en que la única manera de sujetarla y mantener ambos el equilibrio es sujetándola por la parte interna de sus muslos.
Evidentemente, deben ser profesionales y lo son, y ellos quizás no se planteen estas cuestiones.

Yo no podría ser bailarina. Aparte de cuestiones meramente físicas, es que mi extraña y salida vida sexual actual, no me lo permitirían.
Si mi pareja de baile me tocase la parte interna del muslo, probablemente me pondría tan nerviosa que equivocaría todos los pasos de la coreografía.
Si tuviese que tener la cabeza erguida, mirándole a los ojos, no podría evitar desviar mi mirada hacia el bulto de sus pantalones.
Si tuviese que mantener erguida la espalda, no dejaría de pensar en cómo sería su polla erecta.
Si accidental o voluntariamente, él tocase mis tetas o mi coño, me rendiría, no podría más. Tendríamos que dejar al menos por ese día el ensayo e ir a practicar otro tipo de danza más de acorde con las sensaciones de ese momento.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Desayuno de domingo






Buenos días, querido. Hoy me apetecía desayunar contigo.
Me levanté temprano como cada mañana, sea domingo o no. Un café con cigarrillo, una ducha templada, y me fui a preparar tu desayuno favorito.
Los tenía ya preparados. Calentitos para ti, en su justa temperatura, como a ti te gustan.
Me encanta ver cómo los hueles, impregnándote de su aroma, antes de decidir llevarlos a tu boca. Me pierde ver cómo después, una vez en tu boca, te recreas en ellos y en su sabor, cómo te deleitas en ese placer, y cómo finalmente….acaban mezclados con tu leche.
Pero tú no llegabas, y se me están poniendo cada vez más y más duros. Me pregunto si te gustarán igualmente de esta manera. Por si apareces y vienes con hambre, te dejo (aquí) el desayuno.




Finalmente, yo he desayunado mis cereales integrales con trocitos de chocolate. Lo integral suele saberme a papel reciclado. Y sin embargo, hoy me han recordado a ti: tan secos y ásperos como el papel (digital) que nos une pero con esa savia excitante que aporta lo que se prevee sabroso.




viernes, 11 de noviembre de 2011

Calentando motores



En 1912, el ginecólogo austriaco de fama mundial Dr. Hermann Otto Kloepneckler publicó lo siguiente:"El mejor motor del mundo es la vagina. Puede ponerse en marcha con un dedo. Se autolubrica. Admite pistones de cualquier tamaño. Y cambia su propio aceite cada cuatro semanas. Es una pena que el sistema de control sea tan jodidamente temperamental."


Estimado señor Kloepneckler, permítame discrepar levemente. No sé si usted estará equivocado o mi motor no funciona correctamente pero: mi motor no se activa con un solo dedo, como mucho con un dedo se mantiene al ralentí. Sí, se autolubrica, al menos aún...pero admite y agradece y gana en funcionamiento con lubricantes externos. Totalmente de acuerdo en el tamaño de los pistones, siempre y cuando sean de calidad y cumplan su cometido. El aceite...también día arriba o abajo, pero sepa que llega un momento que funciona a las mil maravillosas incluso sin ese cambio. En cuanto al sistema de control....creo que usted sólo ha estudiado la mecánica de ese motor pero no su parte física, interna o externa...mal mecánico es usted que se asusta al primer rugido de motor. Atentamente: Belkis...hoy con el motor parado por cambio de aceite pero recargando batería.








martes, 8 de noviembre de 2011

¿Hacemos un trato?










Creo que siempre he sido más de mirar que de enseñar. Soy más mirona que exhibicionista. Y sucede que cuantos más años vivo, más me gusta mirar y menos pudor siento en reconocerlo.
¿Por qué me gusta más mirar que enseñar? Ni idea. ¿Quizás algo de pudor? No lo creo. Quizás egoísmo; prefiero maravillarme mirando, aunque me muero de gusto si alguien me mira a mí con los mismos ojos.
Me cruzo y trato a diario con infinidad de personas. Personas con sus cuerpos. A veces maravillosos cuerpos, y no lo son más porque sean más atractivos. Los imagino infinidad de veces desnudos (normalmente, sólo me sucede con los cuerpos masculinos).
Si tuviese algún don artístico, disfrutaría mirándolos, observándolos y luego pintándolos o dibujándolos. Como no es el caso, observo igual y entonces me invade el deseo de dibujarlos con mis dedos, acariciando todas y cada una de sus partes, recorriendo líneas, volteando curvas, saboreando la estructura.



El yin y el yan, el blanco y el negro, lo interno y lo externo,…. Elementos contrarios y contradictorios pero complementarios, ninguno existiría sin el otro. ¿Por qué no entonces que a alguien que le gusta mirar encuentre a alguien a quien le guste enseñar, exhibirse? Sería un trato justo: tú enseñas, yo miro, los dos disfrutamos.



Pues lo encontré. Jhon desnvdo nos muestra su cuerpo con infinidad de variantes, de posturas, de colores, de texturas,…. Es el placer hecho imagen. Une una buena materia, su cuerpo, a conocimientos técnicos; el resultado es increíble, según se puede comprobar en sus dos diferentes blogs. Y además he aquí a una mirona feliz.
Jhon, creo que me pondría en tus manos….fotográficamente hablando.




Foto prestada por Jhon desnvdo

sábado, 5 de noviembre de 2011

Vino, venció y se fue



Hace unos años, pocos, iniciaba mi incursión en el mundo virtual. Y lo hice entrando en un chat.
Conocí gente, no tanta como quisiera, buena gente (aparentemente) y de la que tiempo más tarde nunca se supo. Con algunos intercambié dirección de Messenger y con otros no. Y de aquella época no llegué a conocer a nadie personalmente y a muy pocos, muy pocos, en fotografía.
Y entonces apareció él: la primera persona del mundo virtual que me impactó.
Se llamaba Javier, argentino afincado en Barcelona, y de unos cinco o seis años menor que yo.
Poco a poco nos fuimos conociendo y pronto me envió una fotografía. Me quedé patidifusa! ¿Por qué? Pues porque por experiencia sé que cuando conoces a alguien virtualmente, tiendes a magnificarlo todo, incluso su apariencia física. Y luego resulta que no es así, que no es tanto, sino más bien lo contrario.
Pero Javier era una dulce excepción. Era realmente muy, muy atractivo! Tanto que de entrada yo no iba a mostrarle cómo era yo. Egoísmo puro y duro, pero quería disfrutar aquello.
Cuando Javier empezó a insistir en conocernos personalmente, le dije que yo no era lo que él imaginaba, que era más bien normal y corriente.
Y él, todo dulzura y melodía hasta ese momento, me dijo – y me lo dejó muy clarito- que para follar (sí, utilizó esta misma palabra) tenía cuantas mujeres quisiera, pero para hablar y sentirse cercano a alguien no había logrado encontrar aún ninguna…hasta ese instante.
Unos instantes de dulzura y ternura, y después…¿o sea a mí no me quería para follar? Pues vaya, apañada estaba yo. Y suavemente se lo dejé caer.
Quedó claro que sí, por ambas partes, y pensé que Javier sería mi primera cita-real-virtual.
Al cabo de dos días desapareció. Nunca más se abrió su cuenta de Messenger y no llegamos a intercambiar números de teléfono, ni otras alternativas de contacto y muchísimo menos…fluidos.
Quedó en un leve sueño que me hizo volver a poner los pies en el suelo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Pólvora mojada






Un bidón lleno de dinamita y a él unido una mecha, larga, considerable. Todo a punto para crear una enorme explosión, salvo por el detalle de que la mecha está mojada, prácticamente inutilizable.


Un buen experto en explosivos sabrá conseguir que la mecha prenda, arda en su recorrido, y acabe haciéndolo explotar todo, elevándolo hacia las alturas.
Lo que no puede hacer el dinamitero es restablecer la mecha, quedarse mirando a ver qué pasa, y cuando ya está seguro de que todo explotará, pisar la mecha y apagarla de nuevo.


Como se le presupone una enorme experiencia en tales menesteres, el dinamitero volverá a intentar encender la mecha, y probablemente hasta consiga que se encienda de nuevo.
¿Volverá a intentar apagarla de nuevo? ¿La seguridad en sí mismo no le estará llevando a cometer errores irreparables?



Al final voy a estallarte en tus propias manos. Al final yo seré la bomba y tú...un simple petardo.
(Lo sé, sé que sólo yo me entiendo lo que estoy diciendo)







sábado, 29 de octubre de 2011

Tú primero







Nunca antes hasta ahora me había parado a pensar en la importancia que pueda tener o no el hecho de quién lleve la iniciativa, en el inicio de un acto sexual, si él o ella. De hecho yo no se la daba.
Por lo visto para algunas personas es algo importante, muy importante. Existen personas que les gusta iniciar el juego sexual y existen personas que esperan ser invitadas al mismo por el otro.
Y si uno invita a iniciar algo, y el otro acepta, ¿tiene mayor importancia? ¿Es muy grave que en una pareja que tiene una relación sea siempre la misma persona la que inicie el juego erótico?



Reconozco y admito que a mí me ha costado siempre muchísimo llevar la iniciativa, hacer una caricia, un tocamiento o algo que invitase al otro a jugar. En mi defensa puedo argumentar que he sido una buena jugadora; siempre que me han invitado a una partida, he jugado.
Él me acusó, entre otras cosas, de no llevar nunca la iniciativa. Le pregunté si alguna vez le defraudé, si alguna vez no acepté su juego, si alguna vez no me abrí y me entregué por completo.



Sigo pensando que no es tan importante quién mueva ficha primero, aunque es posible que a alguien le canse empezar a jugar siempre.
Al final….lo verdaderamente cierto (y él lo sabía) es que yo acababa llevando el mando, y teniendo todo el poder en mis manos.




Foto cedida por nosotros dos

jueves, 27 de octubre de 2011

Así seas












Encontré este vídeo en el blog de f

No necesito que luches por mí, no me gusta la violencia. Pero me apasiona saber que estarías dispuesto a hacerlo.
No necesito –en absoluto!- que tengas conocimientos médicos, pero me llevará a la locura que te interese descubrir, conocer, investigar y recorrer toda mi anatomía.
No necesito chófer, sé conducir. Pero me encanta ir sentada a tu lado, mientras conduces, llevándome a algún lugar que desconozco, y observarte, de arriba a abajo, mientras tu mirada va fija al frente.
Te quiero con una mezcla de seductora furia, capaz de arrancarme la ropa en un momento de rabiosa necesidad, y a la vez que seas tan delicado como para subirme un tirante de la blusa sin que me recorran escalofríos de la cabeza a los pies.
Aunque yo lo disimule, me apasionará tu seguridad, en ti mismo y en todo lo que haces, casi rayando en la arrogancia. Y en cambio me maravillaré ante tus momentos de debilidad, no dejes de tenerlos nunca.
Y sobre todo y ante todo, sigue siendo tan divertido, ríamos juntos. La risa actúa (al menos en mí) como un efectivo afrodisíaco.
Leí hace poco en un blog que no menciono porque no recuerdo cual, que cuando estás enamorada, encaprichada o encoñada con un hombre, tiendes a ver aumentados sus posibles virtudes y muy disminuidos sus defectos. Esto debe ser así, no lo discuto.
Pero el ejemplo era un hombre divertido, de conversación amena, ocurrente y divertida. No estoy tan de acuerdo. Es decir, un hombre así a mi me atraerá, seguro. Pero seguirá siendo divertido si no me atrae o cuando deje de hacerlo.
Aprovecho para agradecer las risas (algunas con calentones) que me he llevado aquí hasta ahora.
El día ha estado hoy muy gris, muy tapado; estos días suelen ponerme melancólica. Son días para estar en cama, acompañada por supuesto. Disfrutar del sexo con un sonido diferente; ¿os habéis fijado qué bien suenan los gemidos, los suspiros, mezclados con el sonido de la lluvia al chocar contra los cristales?
¿Os habéis fijado lo extraordinario de estar disfrutando de un cuerpo y que de repente sea iluminado por la luz de un rayo?









No, no creo estar mostrándome especialmente romántica hoy. Y aunque así fuera, ¿sería tan malo ser una romántica-salida o una salida-romántica? Amor sin sexo, sexo sin amor….el eterno dilema.
A.tenía parte de razón cuando afirmaba que soy romántica (creo que con cierto tono despectivo) , pero se equivocó de lleno en que busque enamorarme. Creía que yo quería vivir un cuento de hadas y princesas y ni siquiera me dio la oportunidad de demostrarle que podía ser la bruja del cuento.


miércoles, 26 de octubre de 2011

Si un desconocido te regala flores




¿Nos gusta a todas las mujeres que nos regalen flores? La verdad es que no tengo respuesta.
A mí me gustan las flores, lo admito. Y me gusta que me las regalen. En ocasiones pienso que es una pena que sean cortadas para lucirlas un breve tiempo, y en otras ocasiones pienso que quizás para ellas sea un gozo lucirse en casa de alguien en concreto.
El caso es que me gusta pero con condiciones. Si me regalan flores en mi cumpleaños, no es sorprendente, a no ser que quien me las regale sea alguien de quien yo no lo esperase. Pero si me regalan una sola flor, aunque sea una margarita cogida del campo, cuando no hay motivo aparente de celebración, el gusto y el placer de recibirla es mucho mayor.
No es lo mismo que el florista llame a tu puerta y te entregue un enorme ramo que, por ejemplo, despertarte una mañana, desnuda, y con una rosa puesta encima de tu coño. Como comprenderéis, prefiero lo segundo.

Hace ya un tiempo hice una pequeña similitud entre los capullos (de las rosas) y el capullo/glande. Siempre me han gustado las rosas, pero creo que ahora será mi flor, será la flor de este blog.
El capullo de la rosa se me antoja como vuestro aterciopelado glande, y la rosa, la flor abierta en todo su esplendor se me antoja como nuestro coño abierto esperando a ser bañado por vuestro chorro, como gotas de rocío.
Han llegado ya varios capullos (en el mejor sentido de la palabra) a este blog. Entre los que autorizaron su publicación y los que han quedado en la trastienda, pues….mmmm, ya tengo un buen ramillete.

Ayer recibí otra flor, y aunque prefiere permanecer en el anonimato, autorizó a formar parte de esto. Gracias, por iluminar una sonrisa en mi rostro y por humedecer mi otra sonrisa.


foto cedida por un Anónimo

lunes, 24 de octubre de 2011

Hoy me siento galleta


Me desperté, me levanté de la cama...
levanté los brazos... moví las rodillas, giré el cuello...
todo hizo "crack".


Conclusión:


No estoy vieja. Estoy ¡crujiente!


jueves, 20 de octubre de 2011

Orgasmitos










No sé si me puede considerar lo que es salida, salida de verdad. En mi estado y situación actuales, me pone casi cualquier cosa y me gusta casi cualquier tío.
Pero sólo aquí encontré la manera de manifestarlo públicamente.
En mi trabajo, no puedo decirle a ningún compañero ni a ningún cliente cómo me pone y la de situaciones que imagino en la cama con él, y cómo me gustaría verle desnudo.
La vida es así. O yo soy así. Y se ve que o sé disimular muy bien o nadie capta mis señales.
Pero aquí puedo. Aquí puedo salirme cuanto quiera y sentir el placer abiertamente.
Los y las que pasáis por aquí contribuís enormemente a ello.
Este blog es como mi vida sexual: tengo que apañármelas yo sola. Pero claro, con ayuda, con colaboración, con la vuestra, es mmmmm….mucho mejor.
Hoy me apetecía dar las gracias por los momentos de placer que me estáis proporcionando, son como pequeños orgasmos, son orgasmitos.
Este blog no llegará a ganar ningún concurso (ni es su cometido), ni gustará a muchos, y puede que acabe aburriendo a otros. Pero hoy por hoy me produce placer.
Los momentos de mayor clímax, cuando más placer siento, es cuando leo un nuevo comentario.
Me produce casi espasmos cuando veo que se apunta un nuevo seguidor o seguidora (gracias chicas, que suelen haber menos).
Me recorren cosquilleos cuando recibo algún correo de algún lector.
Y me enloquece cuando alguien me regala una imagen para el blog. En este caso, no es sólo por la imagen en sí sino el hecho de que alguien ceda su confianza hasta ese punto.
Pues ya lo sabéis, y espero que no os moleste: cada vez que entréis en este blog y le déis al Enter o a Enviar, casi inmediatamente yo estaré gozando un orgasmito.