sábado, 14 de mayo de 2011

Extrañada





A juzgar por las palabras, los gestos y las señales en general –pero también podría estar equivocada- últimamente bastante gente me tira los tejos. Pero muy sutilmente, indirectas, nada lo suficientemente claro como para que a mí me dé pie a tirarme a la yugular del susodicho, sacarme de encima la piel de cordero y mostrarme como la loba que una vez fui, o al menos aparenté serlo.


Me voy acostumbrando a ello. Nunca he levantado muchas pasiones y, si ahora lo hago, me descoloca un poco pero no cambia nada mi forma de ser y de ver las cosas.
Sin embargo, algo sucedió ayer que me dejó más que bloqueada durante un buen rato.


Me tiró los tejos una mujer. Alguien a quien conozco, alguien bastante atractiva, alguien a quien consideraba totalmente heterosexual.
Como todos, ella tampoco fue excesivamente clara y directa, lo cual en este caso agradecí. No hubiera sabido quizás cómo reaccionar ni cómo decirle que, al menos hasta el momento, nunca me han interesado las mujeres, aunque confieso que alguna hubo en alguna fantasía sexual.
Pensándolo bien, me siento halagada, es agradable gustar a alguien y creo que excitante si gustas a gente de ambos sexos.


Sigo mirándome al espejo y, aunque ya no soy aquella gran chica que fui, sigo siendo la misma en el fondo, los mismos deseos, las mismas pasiones, las mismas tentaciones,… cada vez más dispuesta a caer en ellas pero las tentaciones cada vez están más distraídas.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Dura lo que dura dura






Dicen que el amor no tiene edad. No sé quién inventaría esa frase ni con qué propósito. Quizás alguien que se enamoró a los setenta y, cometiendo las locuras típicas de los jóvenes enamorados, se justificaba con estas palabras. O quizás la inventase la primera mujer que se enamoró de un hombre mucho más joven que ella.


Hasta hace un tiempo esta frase me decía algo. Hoy ya no me dice mucho. Hoy tengo la edad suficiente –y la experiencia creo que también- para darme cuenta de que el amor nace, crece, se reproduce y muere. No tengo por qué preocuparme. Si aparece el amor en mi vida, bienvenido sea, y quememos todas sus etapas.


Hoy pienso mucho más en si esta frase es aplicable al sexo: ¿el sexo tiene edad? ¿Hay una edad límite para vivir el sexo en plenitud? Yo puedo opinar en función de la edad que tengo hacia atrás, pero no hacia adelante. Y podría documentarme con diferentes manuales o tratados sobre anatomía, sexología, ginecología,…. Pero no, a mí me interesa la opinión y las vivencias de los afectados directamente.


Ya imagino que la sexualidad se vive de manera diferente a según qué edades: varía el deseo, varían las oportunidades,…y cuando las tienes, dependerá mucho de nuestras aptitudes físicas y de lo que hayamos cuidado nuestro cuerpo.
Sé que a los 60 no podré hacer una felación mientras hago el pino! Jajajaja, pero bueno, es que ahora tampoco podría. Pero seguro que la sexualidad tiene que poder vivirse intensamente de igual manera, a cualquier edad.
Es más, diría que el amor sí que tiene edad pero el sexo no la tiene. Llega un momento en que ya no queremos enamorarnos de nadie, los príncipes azules se destiñeron todos, y lo de comer perdices empieza a hartar y necesitamos comer más cosas. Pero el sexo! ¿Alguien puede llegar a hartarse, a no desearlo?
Es posible que la actividad sexual disminuya a medida que avancemos en edad y por eso se piense que estamos menos predispuestos a ella.


Me ha venido a la memoria una escena de la película Gigolo, de Richard Gere. He intentado buscarla pero no la he encontrado, pero aún la recuerdo a pesar de que cuando vi la película hace ya mucho tiempo, esa escena no la entendí o no le di la importancia que le doy ahora.
En un momento dado alguien le pregunta al protagonista principal, al gigoló, que qué satisfacción encuentra acostándose con mujeres tan mayores, que si es sólo por dinero, y si el dinero compensa pasar “ese mal trago”. Él contesta algo así como que una mujer mayor en la cama es como un reto; es una mujer que hace años que casi ni siente ni padece y que él logra que se le humedezcan las bragas como si fuese una tierna y salida adolescente.


Visto así, creo que a partir de ahora voy a fijarme en los que tengan menos edad que yo. Y en los que tengan la misma también, por supuesto. Y en los que tengan más! Estoy convencida de que el sexo no tiene edad.

sábado, 7 de mayo de 2011

Problemilla






Nunca puede estar una tranquila del todo, siempre alerta...incluso aquí!


Tengo una pequeña preocupación, legal....relacionada con el blog.


Supongo que no habrá un abogado por la sala, ¿verdad? O en su defecto, ¿alguien muy puesto en temas legales, internautas y relacionados con la identidad y la privacidad, verdad?


Si por esas purísimas casualidades hubiese alguien, agradecería que se pusiese en contacto conmigo.


Si no eres abogado y quieres ponerte en contacto conmigo....pues también, jajajaja. No vamos a desperdiciar ocasiones así como así.

miércoles, 4 de mayo de 2011

¿ángel o demonio?








Hoy pasé un rato con el Sacarino hablando de temas laborales.
Después, hablamos del tiempo, de las vacaciones pasadas, de esto, de lo otro,….

Daba igual cuál fuese el tema de conversación. Mi rostro demostraba simpatía –creo- y que prestaba atención a todo lo que me contaba, incluso participaba animadamente de la conversación.
Pero mi mente no estaba en el tema, fuese cual fuese.

Yo no podía parar de imaginar cómo sería estar en la cama con él, en tal o cual postura, y en tal o cual circunstancia.
Empecé a excitarme, me removí incómoda en mi silla temerosa incluso de que él notase algo.

El sacarino hablaba después de los últimos movimientos sindicales en la empresa. Ni aún por ésas el deseo disminuyó.

Es como si en mi mente estuviesen el ángel y el demonio. El ángel pidiéndome que hiciese lo que estaba haciendo, atendiendo cortésmente la conversación de un compañero. Y el demonio….el demonio me pedía que le desnudase, o que me insinuase, o que hiciese cualquier cosa para que al final él viniese a mi cama.

En tal
lucha interna estaba yo que ni me dí cuenta de cómo él llegó en su conversación a hablarme de la última playa nudista que había visitado, de los beneficios de ir a una playa nudista sobretodo a nivel de liberación de complejos y elevación de la autoestima.

- Yo no sé si me atreveria, siento pudor – le decía yo, intentando continuar la conversación de una manera natural aunque ya el demonio estaba dando de ostias al ángel, y yo ya no sabía ni cómo sentarme, así es que me puse de pie.- Quizás podría quedar con alguien e ir,…

Él se ofreció a acompañarme, como profesional, por supuesto. Para que no me sintiese incómoda en el trago de desnudarme en público.

Me imaginé tenerlo desnudo, junto a mí, en la arena, desnuda yo también….¿Y nos pondríamos entonces a hablar de lo que le está costando la crisis a nuestra empresa? No, ni hablar….en esa situación ganaría el demonio, yo cabalgaría sobre él como si estuviese realmente posesa y después…¿después qué?
¿Seríamos capaces de volver a ser tan buenos compañeros y amigos como hasta ahora?

Espero que el Sacarino no vuelva a sacarme este tema en mucho tiempo porque una…una no es de piedra y aún no estoy segura de a qué baza juega él.


lunes, 2 de mayo de 2011

A oscuras





Ahora que me estaba acostumbrando a la luz, a la plena luz, a pasar de las penumbras o a no valorarlas tanto, llega la época de crisis.

No sólo crisis económica.

Así es que....apaga y vámonos.