miércoles, 26 de enero de 2011

Como un himno

Como dije recientemente, se me ha ocurrido hacer una pequeña colección de canciones "calentitas" en su letra, para goce y disfrute personal y de todo aquel a quien le apetezca. Hay algunas más (gracias también a los que habéis hecho alguna sugerencia. Poco a poco irán apareciendo todas).

Ésta me la recomendó Aliana, a través de un comentario. Como dije, ni el estilo ni la intérprete son muy de mi estilo, pero la letra....increíble! Tanto, que creo que la voy a convertir en mi himno, el himno de la república independiente de mi coño.


domingo, 23 de enero de 2011

¿Golfa o beata?


El otro día estaba yo teniendo dos conversaciones paralelas en el Messenger, con dos hombres. A los dos los conozco desde hace algún tiempo –virtualmente hablando, claro-, son de lugares muy diferentes y tienen una manera de ser y expresarse completamente diferente. Creo que los dos tienen un gran potencial de atracción y excitación, pero no sé si en esto soy muy objetiva.
La cuestión es que casi simultáneamente en ambas conversaciones, uno de ellos me dijo que era una beatilla y el otro me llamó golfa (cariñosamente, claro).
Acabadas ambas conversaciones, empecé a pensar en ello. ¿Cómo era posible que dos personas me catalogasen de manera tan extremadamente diferente? No podía ser por el contexto de la conversación porque ambos me conocen casi de la misma manera para tener los mismos argumentos para juzgarme, o etiquetarme.
Creo que hay hombres a quienes les gusta el sexo con las mal llamadas beatillas; esas mujeres que sienten cierto pudor, que se muestran tímidas,…. A éstos les encanta ir destapando poco a poco el frasco de las maravillas, y notar cómo ellos son el elemento dominante.
A otros les va más el tipo golfilla, esa mujer que se atreve a todo y con todo, con descaro, y que es capaz de dominarles a la vez que le ofrecen todo.
Es mucho generalizar, por supuesto. Sólo hablo de mi propia experiencia. Pero yo creo que toda mujer lleva una golfa dentro, ésa que da lo que quiere y toma todo cuanto le da la gana, ésa que deja al hombre con ganas de más pero sólo se lo ofrecerá si ella quiere.
No es bueno juzgar por las apariencias, y mucho menos por las apariencias de unas palabras. Si quieres saber cómo es una mujer –o un hombre- en la cama, sólo hay una manera: meterse en ella, de lleno. Y mostrar, dar y recibir tanta confianza y complicidad como sea posible.
Quizás sí que tenga algo de beata, y algo de golfa también; todo ello bajo la apariencia de una mujer de lo más normal y corriente. O sea…..tres en una; y cuando me meto en la cama, no sé cuál de las tres aflorará antes.

sábado, 15 de enero de 2011

De casualidad

Creo que existen bastantes canciones con alguna o algunas frases realmente sugerentes, y relacionadas directamente con el sexo.
Hace un tiempo pensé en crear una etiqueta con estas canciones, e irlas colocando porque de verdad, que a mí me sugieren mucho.
Fue un mini-proyecto que quedó en el aire, hasta que hace un par de días, y de casualiad, me topé con esta canción de Aute. La desconocía por completo.
La he esuchado (y leído) varias veces y cuanto más la leo, más me sugiere. No creo que nadie diga lo contrario.

Alguna más hay pensada por ahí, que la iré colocando por aquí, como archivo propio, para no olvidarlas. Y si alguien se anima a nombrar alguna que cumpla esta característica, subimos el video y otra más para la colección.





domingo, 2 de enero de 2011

Preludio

El primer día del año me desperté temprano, con un estómago revuelto casi imposible de controlar, con un dolor martilleante y agudo en la cabeza y con un mareo que no permitía sentirme estable en ninguna postura.
Pensé que quizás me había pasado con la bebida, pero no era consciente de haber bebido tanto. Al final llegué a la conclusión de que el porro que me fumé, y que no surtió aparentemente ningún efecto, al final causó estragos.
Me desperté aún vestida, en el sofá. Me desnudé y como pude me metí en la cama. No podía dormirme por el estado físico en que me encontraba. Pensé en ti, y en lo mucho que me gustaría que estuvieses en mi cama.
Y así fue como decidí empezar el año masturbándome. ¿Qué mejor manera? Evidentemente, la había mejor: follando. Tal y como siempre me gusta acabar un año, pero que últimamente ya no lo consigo.
Metí mi mano, entre mis bragas y empecé a acariciarme. No sentía nada, aparte del dolor de cabeza cada vez más insistente y el mareo cada vez más vertiginoso.
Acaricié todo mi coño, introduje un dedo en mi vagina, luego dos, luego decidí mimar mi clítoris. Nada. No lograba sentir nada, y la humedad brillaba por su ausencia.
Me quité las bragas, la única prenda que aún llevaba encima. Acaricié mis pechos. El placer empezaba a sobrevenirme, pero aún no era lo que yo esperaba.
Cerré los ojos, y empezé a acariciarme, con mimo primero, con fuerza después. El placer de la masturbación –a pesar de la contrariedad de disfrutar del sexo en soledad- es que uno-a acaba sabiendo cómo tocar, dónde, a qué velocidad, con qué intensidad,…..
Poco a poco, mi pequeña bolita del placer, fue despertando lentamente de su letargo resacoso y al final consiguió elevarme. No fue como otras veces, fue un orgasmo breve y no muy intenso, pero suficiente como para animarme a por un segundo.
Estaba preocupada por la reacción. Yo me lo estaba currando a conciencia, pero el cuerpo no respondía como era de esperar.
En el segundo decidí facilitar las cosas un poco. Humedecí mis dedos con mi propia saliva, y toqué con mis dedos húmedos toda la abertura, humedecí una segunda vez……… La saliva me trajo recuerdos de la última vez que una lengua quiso acercarse a mi coño, y entonces….. esta vez fue más fácil, aunque la mente tuvo que ayudar bastante. Esta vez mi espalda se arqueó en el momento álgido y mordí la almohada para canalizar el placer que escapaba incluso por mi boca.
A pesar de las dos ocasiones, a pesar de que después de todo no fueron sin placer, algo era diferente. Y hoy estoy con la preocupante duda de saber si mi cuerpo reaccionó así ante la resaca o que necesito algo más ya para sentir.
Se me pasa por la cabeza si no será un aviso, el preludio de lo que va a ser mi vida sexual durante el 2011. Si además de perder la capacidad de excitar, pierdo la de excitarme….¿qué me queda? ¿Voy a tener menos sexo aún que en el 2010?
Esto no pinta bien. Me están entrando ganas de buscar voluntarios para hacer un estudio de campo –en mi campo, claro, el que hay entre mis piernas- para corroborar una teoría o la otra.