lunes, 26 de julio de 2010

Aur revoire


A pesar de los muchos impedimentos y dificultades, al final me ausento una temporada por un descansillo vacacional.

Intentaré disfrutar del sol



De la buena gastronomía del lugar, si la hubiera


Y sobre todo, os echaré de menos.

A ti, mi ardiente anónimo,.....te estaré esperando









viernes, 23 de julio de 2010

Gilis no, gracias


Conozco a P. desde hace años.
P. es el típico tío madurito, que está bastante bien físicamente. Pero le pierde, al menos ante mis ojos, que es totalmente inmaduro y que suele hacer alarde de su físico.
Hoy, estando en una terraza varias personas, P. volvió a hacer alarde, y se hablaba del tema de la desnudez.
Se explayó, quiso impresionar -no con mucho éxito- y después le hice mi alegato:
"Mira P. a mí los tíos desnudos me parecéis todos iguales. Todos tenéis lo mismo. Unos, mejor colocado que otros, claro está. Unos con más barriguita, otros con más musculitos, unos con la polla más larga, o con la polla má gorda,....pero todos tenéis lo mismo.
No voy a negar que un buen cuerpo no me resulte apetecible. Pero no me impresiona un buen cuerpo, lo siento. A mí un tío me gana precisamente por lo que no se ve, creo que me explico.
A mí, lo que me puede impresionar de un tío, lo hace vestido. Me impresiona cómo hable y sobre todo cómo me hable. Me puede impresionar e impactar hasta límites insospechados cómo abrace y cómo acaricie, aunque luego desnudo no tenga un cuerpo 10.

Pero ese hombre, el que sin desnudarse es capaz de impresionarme, es el que yo quiero en mi cama. Ese hombre es el que yo deseo saborear y contemplar desde todos los ángulos posibles.
Lo dicho, P.: tú follas con los ojos y yo con muchas más cosas. Creo que tú te estás perdiendo mucho más que yo".
Para empezar, y aunque dadas las circunstancias yo no debería ser demasiado exigente,....paso de follar con un gilipollas! Antes prefiero el autoconsuelo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Toma del frasco

Esta mañana mientras me duchaba y me aseaba para venir a trabajar pensaba en la cantidad de productos que utilizamos a diario: champú para el pelo, gel de baño, dentrífico, colutorio, crema hidratante, colonia/perfume,.... Eso como básico.
Luego estarían además los productos de belleza con los que ando algo reñida pues no logran los resultados esperados.
Y pensando en eso estaba, cuando caí en la cuenta de que si existiese un frasco que al abrirlo nos impregnara de cierta sensualidad, nos hiciese más atrayentes, magnéticos,...a todos nos encantaría tener uno, ¿verdad?
Pues yo lo tengo, metafóricamente hablando claro.
Quizás lo tenía hace tiempo, quizás me había olvidado de él, quizás es que pensé que era un producto que con el paso del tiempo caduca, o quizás es que no podía o no me atrevía a destaparlo.
Pero lo abrí, lo destapé y algo nuevo me impregnó.
No, no soy sensual ni atrayente ni magnética. Pero sí más que antes.
Porque eso se nota, se siente, y hasta hay quien lo percibe y no tiene ningún reparo en manifestarlo.
Sigo pensando que este verano mis hormonas están sufriendo una revolución diferente a la habitual debido quizás a un pequeño cambio en mi cuerpo.
Pero en el fondo es que he destapado ese frasco. Muchos de los que os pasáis por aquí habéis contribuido en cierta medida a ello, unos más que otros.
Os lo agradezco enormemente.
Hacía mucho tiempo que esta mujer que os escribe no gozaba de la propia sensualidad. De hecho, la creía inexistente.
Hoy existe. Y late. Y se percibe. No sé cuánto tiempo durará, ni cuándo se agotará el frasco.
Pero pienso disfrutar de ella.
No avergonzarme cuando alguien me mire, sino permitir que su mirada se recree.
Aceptar algunos halagos que, aunque escasos y que me cuestan de creer, ahí están.
No habrá imagen en este post, porque no sé si sabría encontrar alguna que tranmitiese lo que siento. Podría poner una mía, pero....eso rompería el encanto, ¿no?
Incluso voy a permitirme, aunque sea temporalmente, dejarme enganchada esta etiqueta de presonajes excitante.

lunes, 19 de julio de 2010

A media luz

En mis primeras experiencias del arte amatorio-sexual (y en las segundas, y en las terceras) siempre preferí que fuese a oscuras. No en penumbra, no, que puede tener su encanto. Cuanta más oscuridad, más a gusto me sentía yo. Algún tropezón involuntario nos costó esta manía mía a mí y al susodicho.
Sólo había una explicación a esa manía: ocultar al máximo posible a la vista del otro mi cuerpo. Disimular o esconder todas las imperfecciones de mi cuerpo me garantizaban (o eso creía yo) que la relación del momento diese mejor resultado.
Con el tiempo, empecé a aceptarme, al menos en la cama. Me dí cuenta que podía conseguir y dar mucho placer, a pesar de cómo fuese mi cuerpo (siempre y cuando el susodicho lo aceptase) y sobre todo independientemente de la luz que hubiese. Pasé entonces a sentirme cómoda haciéndolo en penumbras, con la iluminación justa para ver y ser vista, pero con la oscuridad suficiente para que ningún defecto fuese evidente.
Un tiempo después pasé a la era de la luz. Quería hacerlo a plena luz; no me importaba en absoluto ser vista, pero ante todo, quería ver.
Quería recrearme en todos sus detalles, en el cuerpo que estaba poseyendo y que iba a poseerme. Y no quería perderme ningún detalle sensorial, incluyendo los visuales.
Hoy en día el efecto lumínico que exista mientras follo no me importa demasiado, aunque tratándose de Él, quizás porque vuelva a sentirme de alguna manera como una adolescente, vuelvo a sentir aquel pudor antiguo a no mostrar mi cuerpo tal y como es.
¿Qué más da la luz? ¿Qué más da la postura? ¿Qué más dan las circunstancias? Hoy, tras convertirme en una salida confesa y con pocas oportunidades de apaciguamiento, lo importante es el placer: sentirlo, darlo y gozarlo.
A veces me sale una vena romántica y me apetece hacerlo a la luz de la luna, en luna llena. Esa luz mágica, blanca, alumbrando su silueta, su cuerpo acercándose a mí…..es algo que me produce un placer y una satisfacción indescriptibles. ¿Cuándo es la próxima luna llena?

jueves, 15 de julio de 2010

Castigada sin postre


Hoy fuimos a comer un grupo de compañeros de trabajo. Habíamos reservado mesa, por supuesto. Y en la mesa de al lado, estaban comiendo cinco bomberos, con sus uniformes de calle.

Nada más percatarme, escogí en la mesa el sitio idóneo para poder recrear mi vista durante toda la comida, y no me refiero al contenido de los platos.
Todos mis compañeros saben el morbo que me despiertan los bomberos (
creo que hasta vosotros lo sabéis ya).

Comimos y bebimos; varios platos como paella, gazpacho, ensaladas, bistecs,….todo rociado de un buen vino y cerveza sin alcohol para los que conducimos (ante todo, responsabilidad). Y el ingrediente que no ha faltado en toda la comida ha sido el morbo y el cachondeo.

Fijándome bien, observo que no eran tan atractivos. Tan sólo uno me resultaba apetecible físicamente. Pero es el uniforme lo que me pone, no me cabe la menor duda. Es algo normal: a vosotros, los chicos, os suele poner las chicas vestidas de enfermera o de colegialas, no?

Antes de servir los postres, yo ya tenía ganas de fumar. Para hacerlo, tenía que salir a la terraza contigua, donde se encontraban ellos, los propietarios de mis fantasías en ese momento.
Intenté contener las ganas de fumar pues sabía que en cuanto me levantase de la mesa y me dirigiese a la terraza, mis compañeros (sobre todo los masculinos) formarían algún revuelo.
Dos compañeras salieron a fumar, así es que aproveché y salí detrás de ellas. Como era de esperar, el revuelo se formó. Creo que hasta los bomberitos se percataron. Así es que, una vez en la terraza, me puse de espaldas a ellos y lo más alejada posible, no me atrevía ni a mirar.

Pero mientras me fumaba el cigarro, y mantenía una conversación trivial sobre el calor que estaba haciendo con las otras compañeras, no pude evitar que se me disparase la imaginación: ¿a cuál me follaría primero? ¿podría con los cinco? ¿sería un impedimento la diferencia de estatura? ¿lo de la manguera larga y dura sería sólo un mito?
Nadie, absolutamente nadie, se percató de mis pensamientos ni de mi excitación. Creo que afortunadamente.

Al volver a la mesa, decidí que ya que me había quedado sin un rico y sabroso postre, mejor me pedía algo del menú.
Los bomberos se marcharon. Recriminé un pelín a mis compañeros; creo que les asustaron. El psicólogo (había uno entre nuestros comensales) dijo que era de
lo más normal del mundo, los bomberos despiertan pasiones entre la mayoría de las féminas.

domingo, 11 de julio de 2010

Cuando el Deseo adquiere rostro

Ahora todo es diferente. No estoy preparada para saber si mejor o peor, pero sin duda, diferente.
Antes el Deseo no tenía forma definida; podía despertarse en una mirada con alguien con quien me cruzase, con una sonrisa seductora, con la observación de un culito respingón, con el baile sensual de una nuez al hablar, con unos hombros tentadores,….. Cualquiera era válido para despertar una sensación de deseo, aunque fuese momentánea.
El Deseo tiene ahora rostro, y por tanto, ha dejado de ser anónimo. Ahora sueño con que sean sus manos las que me acaricien, es su torso el único que yo deseo acariciar, es su sabor el único que quiero probar, sólo a él me quiero abrir,…
Ahora la excitación se concreta en un rostro, en un cuerpo, y creo que eso la hace más intensa. Por tanto, el placer consiguiente, lo es más también. Pero, tras recuperar el aliento, tras volver en mí,….como siempre, no hay nada.
Estoy lista. Tengo cuerpo y alma preparados para las decepciones; así es que aunque no logre que seas mío, eso no va a impedir que siga deseándote.
Quizás el Deseo tenga mil rostros y mil formas……hoy por hoy, sólo me interesan las tuyas

sábado, 3 de julio de 2010

Energía renovable


Como cada verano, me encanta ir a la piscina o a la playa. En realidad, lo que me gusta es tomar el sol.
Sentir ese calor intenso sobre la piel hace que me vaya recorriendo una especie de placer de pies a cabeza. Cuando la piel parece que está llegando a su límite de aguante, entonces una ducha refrescante o unas brazadas en el agua.
Vuelvo a sentirme fresca como una rosa. Y otra vez, a la parrilla, vuelta y vuelta.
Y así me puedo tirar varias horas con las consabidas paradas para comer, fumar, tomar café o charlar con algún conocido.
Esa sensación de abandonarme, de casi total entrega a los rayos de sol, me recarga de energías. Creo que todo tiene una explicación y es que los rayos de sol reactivan no sé qué vitamina que influye en el optimismo.
A la vuelta a casa, entre el calor, el cansancio, parece que las fuerzas me abandonaran. Una ducha tibia, una buena dosis de crema hidratante, una cena no muy copiosa,….. y al cabo de un par de horas la energía que fui recibiendo, como si de una placa solar se tratase todo mi cuerpo, se reactiva.
La temperatura corporal sufrida se transforma en explosión de deseo. No me falla nunca.
Ir un día a tomar el sol significa tener unas ganas locas de follar por la noche. Y no importa si algunas zonas de mi piel están enrojecidas y puedo sufrir dolor. Eso es un riesgo secundario. Se trata de una energía recibida que explosiona, y que ha de ser liberada. Y no de cualquier manera; no me serviría irme a hacer footing a medianoche. Es sexo…y si no puede ser en buena compañía, tendrá que ser en solitario.
Y si no se libera toda la energía, ahí quedará almacenada….. no corren tiempos para ir derrochándola.