miércoles, 30 de marzo de 2011

El último capítulo




Hace algunos años, cuando aún no me había dado cuenta de que escribir no era especialmente lo mío, se me ocurrió que podría escribir un libro.

La parte en la que un escritor se ha de documentar sobre lo que escribe casi podía ahorrármela, puesto que iba a ser autobiográfico.

Quería hablar de los hombres que habían pasado por mi vida, que todos ellos podrían haber estado en mi cama y no lo estuvieron y por qué no estuvieron, por qué no acepté o por qué no me atreví. Una especie de autoanálisis del por qué de mi vida sexual tan aburrida y sobre todo tan reprimida. Sin pretender visualizarlo desde ningún punto de vista, ni psicológico, ni educativo, ni cultural,…nada de nada, como mucho desde un punto de vista muy personal e íntimo.

Si hoy decidiese escribir sobre aquello, el libro tendría dos partes: la que he mencionado y la segunda, totalmente opuesta (aunque con parecido resultado), intentar vislumbrar el por qué yo me iría a la cama casi con cualquier hombre y sin embargo ellos (vosotros) me parecéis ahora los retraídos.

Cuando sepa cuál sería el último capítulo, cómo acabaría concretándose esta rocambolesca historia, entonces quizás me decida a escribirlo, pero es que el final aún no se ha escrito…estoy casi totalmente convencida.

lunes, 28 de marzo de 2011

Silueta

Me gusta tu cuerpo. Me gusta todo lo que veo en él, lo que puedo tocar, lo que puedo descubrir.

Me apasiona y me excita infinitamente recorrerlo centímetro a centímetro sin dejar nada por indagar.


Creo que tu cuerpo se hizo para disfrutarlo, para que tú goces pero para que lo sintamos también los demás.


Y siempre seré débil ante tus encantos. Nunca podré decirte que no. Y tú, conocedor de todo esto, te desnudas delante de mí, lentamente, mientras te miro, mientras sabes lo que me provocas,…


Supe que tu cuerpo me transportaría vertiginosamente desde la más dulce de las ternuras hasta la más salvaje de las lujurias la primera vez que vi su silueta.




Foto cedida por Dr.Love


jueves, 24 de marzo de 2011

Cuerpo, melodía de amor

Pudiera parecer que ésta no es una "canción calentita" porque la letra no sea muy explícita. Pero creedme, lo es.
Según yo lo interpreto, habla de la búsqueda del amor a través del placer del cuerpo. O sea, al contrario de lo que solemos hacer habitualmente; primero nos enamoramos, y luego damos placer a nuestro cuerpo y al de esa persona de la que nos hemos enamorado.
La verdad, no sé cuál es la opción más acertada. Quizás la de Emmanuelle.

Creo que a algun@s os traerá gratos recuerdos esta canción.
Aliana, gracias por tu aportación para esta minivideoteca de canciones calentitas.


martes, 22 de marzo de 2011

Ya es primavera en Salida

El lunes llegó la primavera. Y yo la empezé con un catarro descomunal. Congestión total en las vías respiratorias superiores, malestar general, dolor de cabeza, y una voz tirando a gangosa, que no es la mía habitual. Me costaba respirar.

Después de desayunar en la cafetería de la oficina, J. me dijo: "Eso se te descongestionaría si me la chupases".


Me quedé alucinada. Lo más fuerte que J. me ha dicho en muchos años ha sido "Mejoras con los años, como el buen vino". Yo le contesté "hay vinos que se pican" y quizás por eso nunca más hizo ninguna alusión a mi persona ni a la suya, ninguna conversación más allá de lo estrictamente laboral.


No me amedranté, a pesar de la falta de confianza, y le dije que de acuerdo, que le esperaba en los lavabos de la tercera planta (son los menos concurridos y por tanto había menos posibilidades de ser pillados in fraganti).


Yo llegué tan sólo un par de minutos antes. Nos metimos en uno de los servicios de caballeros, y echamos el pestillo.


Él no dejaba de mirarme, con cara de excitación pero se le notaba nervioso. Creo que aún no se lo creía.


Con mi voz afónica, le pedí que se relajara. Me senté en la tapa del wc, él estaba de pie frente a mí.


Desabroché el cinturón de su pantalón, bajé la cremallera y le ayudé a desnudarse de cintura para abajo. Sin siquiera tocarle, aquello empezó ya a tomar un volumen considerable.


Cogí aquella polla que se me antojaba dulce y deliciosa -aún sin haberla probado- entre mis manos y la acaricié, de arriba a abajo, con la presión justa que yo iba intuyendo que le gustaba, y realizando aquel gesto de acariciar en círculos con mi pulgar la punta sabrosa y rosada.


Foto cedida por Matías

Llegados a este punto, me gusta lamer mis dedos, endulzar mi boca con ese primer néctar, preludio del manjar que habrá de venir después. Si el sabor me excita por dentro, luego resulta más fácil excitarle a él, por dentro y por fuera.


No podía oler, el resfriado me robó ese placer, pero el sabor era arrebatador. Así es que agarré su frondoso trasero, le atraje hacia mí y metí su verga en mi boca.


Estaba caliente, herguida, dura....podía notar en mi lengua y en mi boca esas venas, hinchadas de placer, que parecía que iban a estallar de un momento a otro.



Foto cedida por Matías


Yo controlaba la situación, marcaba la velocidad, la presión de mis labios,...y me permitía sacársela de mi boca y recrearme en la punta rosada, sedosa, húmeda,...

Agarró mi cabeza y hundió toda su verga en mi boca, con violencia. Del impacto, creí notar su capullo en mi garganta. Por un segundo, sentí arcadas y deseos de vomitar. Él no dejaba de empujar, hacia adentro, hacia afuera, sin soltar mi cabeza, yo apenas podía respirar, pero no importaba demasiado....ver su rostro a punto de estallar, sentir su capullo a punto de reventar,...aquello era lo que yo más deseaba en esos instantes.

Y envite tras envite, acoplándose casi a la perfección el grosor y el tamaño de su pene a la cavidad de mi boca, estalló. Y sentí aquel manantial recorrer mi garganta, un torrente inmenso y cálido que acabó desbordándose por las comisuras de mis labios.


Realmente, creo que al cabo de unas horas yo ya respiraba un poco mejor. Y sí, soy una romántica; me gusta la primavera y me gusta recibirla con un capullo en las manos.


Nota: Dedicado a Matías por su "generosa aportación" y a Hielo, por el subidón de esta mañana.

Esto sigue estando vigente.
























lunes, 21 de marzo de 2011

Para madurit@s



La verdad es que, envejeciendo, aparecen los problemas de vista.
Si ves dos cerdos y un lechón, bien.
Si no ves eso, de cabeza al oculista!!!

sábado, 19 de marzo de 2011

Alucinada y excitada



En los últimos días viene sucediendo algo en la trastienda del blog que me está dejando totalmente alucinada, extasiada y muy excitada en ocasiones.
Quienes hayáis seguido regularmente el blog, sabréis que en alguna ocasión os he pedido alguna foto (generalmente, de una parte en concreto del cuerpo), pero no siempre dio resultado. De hecho, sólo hubo dos valientes que en alguna ocasión se atrevieron a mandar una foto para ser publicada.
Ahora he recibido alguna imagen más y me vuelve loca que algunas hayan sido incluso sin solicitarlas.
Creo que todos tenemos una parte de nuestro cuerpo que resaltaríamos sobre las demás, y que no nos importaría exhibir, porque creo que todos llevamos dentro a un-a exhibicionista en potencia.
Incluso yo, que antes era más recatada y pudorosa -¿o quizás conservadora?- he hecho y haré mis pinitos exhibiéndome.
Por tanto, en concreto a quienes han mandado alguna imagen y en general a quienes quieran hacerlo y se lo estén pensando, he deciros algunas cosillas:

- Las imágenes han de ser de cualquier parte del cuerpo, parte que se mostrará desnuda o semidesnuda. La parte la elegís vosotr@s.
- A los que las mandan sólo para mi deleite personal, gracias! No serán publicadas si vosotros no lo autorizáis.
- A los que quieren que sean publicadas, se respetará en todo momento el más absoluto de los anonimatos. No voy a jurarlo sobre la Biblia ni sobre el Kamasutra, pero quienes me conocen saben que puedo abrirme cuanto quiera pero soy una tumba cuando hay que callar algo, y una mujer de palabra.
- Las que sean para publicar lo iré haciendo junto a un tema o una materia en que la imagen esté de acorde, ya que no hay hasta ahora suficientes imágenes para crear un álbum específico.
- A los morbosos y morbosas: me excita cantidad ver imágenes de personas reales, de a pie, cuerpos de lo más normal posible. Si pretendiese ver cuerpos 10, me iría a internet; es más fácil pero nada excitante para mí. Sin embargo, que alguien real se haga una foto y te la mande, pensando en lo que va a provocar tras la pantalla….eso es…¿nadie está de acuerdo conmigo en que es realmente excitante?
- Y por último…guardad las imágenes. Puede que algún día el blog desapareciese y con ello todo su contenido; sería una lástima perder tan bellas estampas, no?

Dicho todo esto…¿se anima alguien más a alegrarme la vista? Por cierto…si alguna chica se anima, decirle que las mujeres hasta ahora no me despiertan ningún instinto sexual, pero las condiciones para la publicación o no de las fotos serán las mismas.
Ah! Y de pareja también valen.

viernes, 18 de marzo de 2011

Para Ato

Torrante, puede que sea cierto y que hubiese una época en la que el pene tuviese hueso.
Justo después de leerte, me llega un correo con una posible prueba referente a este hecho que ahora nos ocupa y que me ha dejado bastante reflexiva.







jueves, 17 de marzo de 2011

Toda entera

...la boca me sabe a tu cuerpo...
...sin que sobre un pedazo de piel...
...castígame con tus deseos....

Ni te imaginas la de noches que he mojado mis sábanas, mis dedos y mis labios recordándote a ti, fantaseando con aquel y soñando con aquel otro




lunes, 14 de marzo de 2011

En el punto (2ª parte)

Acordamos una cita en un hotel concreto, a una hora concreta. A esa hora yo ya estaba lista; duchada, perfumada y vestida con poca ropa: la situación lo requería.
Llamaste a la puerta, nos presentamos y fui a darte dos besos en la mejilla, de cortesía, como cuando conoces a alguien, y tú me besaste en la boca, metiéndome tu lengua hasta la gargantilla. Una lengua suave, dulce, pero fuerte y arrebatadora...aquello prometía.
Tras quitarte la chaqueta, te sentaste en una silla y me pediste que me masturbara.
¿Cómo? Pensé que tú encontrarías mi punto G, no que me fueses a dar instrucciones para localizarlo yo.
Mi cara debió reflejarte lo que estaba pensando y me dijiste: "Necesito ver cómo y dónde localizas tu placer".
Me tumbé en la cama. Me sentía un poco incómoda, pues la masturbación siempre la había practicado en solitario, o cuando lo había hecho en algún lugar público, siempre había sido procurando evitar las miradas curiosas.
Intenté concentrarme y me desnudé por completo. Me tumbé en la cama y empezé a acariciarme. Aunque me gustaba, creí que no podría pero vi cómo metías la mano por la cintura de tu pantalón y empezabas a tocarte, a acariciarte. Eso me animó, me excitó, sentí que yo te excitaba.



Seguí acariciándome, sin dejar de mirarte, y creo que con la mirada imploré que siguieras tú.
Te levantaste de la silla, viniste hacia la cama y tu lengua, la que percibí suave pero fuerte a la vez minutos antes, empezé a sentirla en el lugar donde más deseaba sentirla.
Tu lengua en mi coño, y en el punto más ardiente, empezó a generarme olas de placer inmenso. Cuando creí que estallaría en un orgasmo demoledor, empezé a decirte "ahí...sigue..." porque tu lengua encontró el punto exacto que en aquel momento era lo único real para mí.
Recuerdo que sujeté tu cabeza, en un movimiento instintivo de acercarte más a mí, de sentirte más íntimo justo en el momento en el que iba a llegar al clímax, e incomprensiblemente te levantaste, te subiste la cremallera del pantalón y me dijiste que te ibas a tomar un café.
No dije nada. Pensé que eras un capullo, aunque realmente eso ya lo pensaba antes. Pero dejarme así, justo en ese momento, fue una canallada.

Estaba tan enfadada que ni siquiera pude acabar lo que yo sola había empezado y lo que tú contribuiste a acrecentar.
Me puse una camiseta y cuando buscaba mis bragas alguien llamó a la puerta de nuevo. Eras tú. Otra vez. "¿Se te ha olvidado algo?"- pregunté enfadada pero intentando aparentar indiferencia.
Otra vez me besaste. Y seguiste haciéndolo, y besabas mi cuello, y empezaste a acariciar mis pechos, por debajo de mi camiseta. Manos firmes y suaves convirtiendo mis pezones en caramelos, dulces y duros, mi piel en oleadas de frío y calor, unas a continuación de las otras, y muchas simultáneamente.
Me dijiste al oído: "Niña, (solías llamarme así aunque, afortunadamente, me tratabas como a una mujer), ¿has hecho algo? ¿acabaste?".
"No- te dije- después de la putada que me has hecho, se me han quitado las ganas."
Acariciaste suave mi coño, que volvía a estar ardiendo, y me dijiste: "Tenía que dejarte con las ganas para que ahora tuvieras más. ¿Ves cómo ha dado resultado?"
Eras un capullo, pero tenías razón.

Tras desnudarte y conseguir con ello que se me excitaran hasta las pupilas, hiciste que pusiera mi culo en el borde de la cama, me tumbé hacia atrás y tú, arrodillado frente a mí, volviste al juego de que tu lengua exploraba todos los rincones de mi coño, húmedo y ardiente. Pero esta vez jugabas con ventaja, ya sabías dónde estaba mi punto más exacto, aquel por el que yo perdía los sentidos llenándome de sentido.

Por segunda vez, te retiraste cuando yo estaba a punto de correrme, y pensar que iba a hacerlo en tu boca me exaltaba interior y exteriormente.

Pero esta vez no te fuiste. Simplemente, te incorporaste un poco e introdujiste dos dedos en mi vagina, una entrada placentera.

Los curvaste y empezaste a acariciarme por dentro. Diferente. Tus dedos largos, suaves, acariciaban firmes, pero sin presionar, seguros y dulces a la vez.

El placer iba en aumento, empezé a sentir como si me faltase la respiración,...De pronto, una sensación extraña, como si hubieses tocado algo que me hubiese provocado ganas de orinar.

No era posible. En aquel momento, no. Necesitaba seguir, seguir sintiendo. Creo que inconscientemente empezé a mover las caderas, y con tu mano libre me sujetaste. El placer no vendría por mi propio movimiento sino por el que simplemente dos de tus dedos estaban generando.

Y de pronto rozaste algo, algo que me hizo estallar, estremecerme, convulsionarme, gemir,....era un placer tan intenso que casi dolía.

Y mientras estaba gozando de aquel maravilloso descubrimiento sentí como una humedad, tibia y dulce, que era expulsada con fuerza, salpicando y salpicándome.



Cuando empezé a recuperarme, tuve que darte la razón: "Tenías razón. Existe el punto G. Espero saber encontrármelo sola".

-Si no te encuentras, o no te lo encuentras, llámame -dijiste.

Así eres tú, simple y tajante. No te contesté pero sabía que te llamaría. Es más, sabía que aquella misma tarde necesitaría más, mucho más.


¿Recuerdas cuando me sugeriste escribir algo así, sobre el descubrimiento del punto G? Creo que tú lo habrías hecho mejor.
Dedicado a alguien que vino, estuvo pero se fue.

jueves, 10 de marzo de 2011

En el punto (1ªparte)




Tú y yo hablamos (virtualmente) a través del messenger, sobre la existencia o no del famoso punto G.
Tú, hombre al que presupongo tremedamente experto en las artes sexuales y amatorias, mantenías firmemente que sí.
Yo, mujer, conocedora básicamente de mi propio cuerpo, mantenía que no.
En cualquier caso, yo mantenía que el punto G era aquel en que la mujer llega al máximo de placer, y que la mayoría de mujeres lo tenemos localizado en el clítoris.
Pero que gustos existirán tantos como personas, y probablemente alguna mujer tenga su punto G localizado en otro sitio, a saber: los pezones, el ano,...en cualquier parte.



Me enviaste entonces por correo electrónico información a modo de fotografías y documentales sobre la teórica ubicación del punto G e incluso algunas informaciones sobre posturas y maneras para localizarlo más fácilmente, tanto una mujer a sí misma como si lo localizaba otro individuo.
Estas informaciones, y algunas que yo busqué por mi cuenta, parecen a veces contradictorias.


Hay mucha gente, incluso médicos y científicos, que no creen en su existencia. Existen muchos sexólogos que mantienen que la mayor parte de las mujeres somos clitorianas, alcanzamos el éxtasis con la excitación del clítoris.


Finalmente, concluiste que debía buscármelo o hacer que me lo buscaran. Y que tuviese presente que una de las condiciones que favorecen que el punto G realice su cometido y sea fácilmente localizable y estimualado es estar en un estado previo de máxima excitación.Y te contesté que quería que me lo encontrases tú.


Hasta ese momento la conversación tenía un tono normal, y no hubo excitación ni morbo -al menos por mi parte- justo hasta ese momento.


De ahí a concretar una cita en un hotel, en una ciudad equidistante de nuestras ciudades de procedencia, fue sólo cuestión de tiempo, de unos días.
Era una situación extraña: no había romanticismo, no había morbo,...todo parecía una mera cuestión de localizar un punto dentro de mí que yo consideraba inexistente.


domingo, 6 de marzo de 2011

De disfraces

Me encanta disfrazarme y suelo hacerlo todos los años.

Algunos ejemplos de disfraces/personajes que he usado:










El disfraz de este año ha sido:



Y el que tengo muchas ganas de ponerme, y puede que lo haga algún año:


jueves, 3 de marzo de 2011

La mejor hora es ahora

¿Cuál es la mejor hora del día para follar?
Las respuestas pueden ser numerosísimas, dependiendo de individuos, gustos, momentos, situaciones,...Y al final, podría reducirse al máximo afirmando que la mejor hora del día es aquella en la que tienes ocasión de hacerlo. Evidentemente, la hora ideal sería aquella en la que sientes deseos de hacerlo, que no siempre coincide desgraciadamente cuando tienes ganas a cuando puedes.
Durante mucho tiempo creí -y creo que mucha, mucha gente también- que la mejor hora era por la noche. Quizás porque entonces estamos más relajados, se dan menos interrupciones, existe más tiempo,...
Hay mucha gente que cuando más le gusta es por la mañana, al despertarse. Para esto es requisito más que indispensable que haya alguien en tu cama, claro. Y que los dos tengan las mismas ganas, y que el hecho de estar despeinado y algo desaliñado no sea ningún inconveniente sino todo lo contrario, más bien un aliciente excitante.
A media tarde, a media mañana,...Cualquier hora es buena si uno tiene ganas y las circunstancias son propicias.
A mí me apetece mucho, mucho, pero que mucho, después de comer. En la hora de la sobremesa. Si además es verano, el deseo se convierte ya casi en necesidad.
¿Cómo superar esa necesidad a esa hora? En verano, si no tengo a nadie a mano, me doy un chapuzón, para enfriarme. Si no tengo ni hombre ni piscina a mano, hay que recurrir a la autosatisfacción. Pedazones de masturbaciones las de después de comer!
En realidad, alguna ha sido muy, muy cortita...la excitación era tan grande que un simple roce, dos simples caricias, y llegar a la locura era cuestión sólo de unos instantes.
En los días cotidianos, laborables la mayoría, las ganas de tomarme ese rico postre después de comer quedan sosegadas por el estrés laboral...para algo bueno tenía que servirme!
En realidad, cualquier hora me parece buena. Tengo ganas y siento deseos a cualquier hora. Supongo que esto es normal después de un largo período de abstinencia
A veces me pregunto si, de igual manera que del amor al odio hay un paso, habrá sólo un paso de la abstinencia absoluta a la ninfomanía exquisita. Aún no lo he podido comprobar.
¿Qué hora es ahora? Pues efectivamente: ahora también tengo ganas. Y tú no estás aquí. Ni tú, ni tú, ni tú....

miércoles, 2 de marzo de 2011

Quiero tocarla-2ª parte


Explicar abiertamente que me gustan y que me encanta acariciarlas, lamerlas fue solo una confesión más.

Pedir que alguien se atreviese a mandar una foto de la suya fue un reto que no creí que se cumpliese.

Pero mira por dónde había entre los lectores un valiente, uno dispuesto a exhibir la suya. Y me mandó una serie de fotografias.

Estoy alucinada! Es realmente bonita, apetecible,mmmmm

Me ha costado escoger qué fotos colgar aquí, pues todas eran divinas. Así es que he aquí una muestra para deleite de todas aquellas a las que le gusten como a mí, y el resto queda para mi deleite y disfrute personal y particular.

Nunca hay dos sin tres...ni cuatro. Esto sigue abierto siempre. Si alguien se anima, ya sabe: foto y al correo. Venga, seguro que hay por ahí más de uno con una vena exhibicionista aún por explotar. O explotada, me da igual.

MaRTiN, la tienes divina!!!! Con tu permiso, esta noche serás mi fantasía sexual (y más noches ;)