lunes, 29 de agosto de 2011

Cóctel de verano






Una noche de mis vacaciones fui con una gente a una coctelería. Una chica del reducido grupo me recomendó uno que ella había probado noches antes. Le pregunté por su composición y me pareció apetecible: un ingrediente con cualidades excitantes quizás afrodisíacas, otro algo dulce o amargo y otro con chispa de alcohol. Lo probé y me encantó. Aún me cuesta describir las sensaciones al saborearlo.



Noches más tarde volví a esa coctelería y, mientras mi acompañante curioseaba la carta de cócteles, yo pedí el mismo, indicando los ingredientes pues no sabía ni cómo se llamaba.

Mi acompañante preguntó al camarero por el cóctel que yo había pedido y éste le contestó que el mío no estaba en la carta.



Volví a saborearlo y a sentir las mismas sensaciones que la vez anterior, aunque volví a notar que una vez mezclados los ingredientes, el aspecto no era muy agradable aunque el sabor era deliciosamente indescriptible.



A los pocos minutos el camarero se acercó a mi mesa y me dijo, siguiendo indicaciones del propietario y elaborador de los cócteles, que el que yo estaba tomando aún no tenía nombre y que yo podía dárselo si quería. Le dije que lo pensaría mientras me lo tomaba.



Aspecto no muy agradable pero sabor exquisito (las apariencias engañan), ingredientes supuestamente afrodisíacos, aún por explotar bastante ...coño! Ya lo tenía: propondría que el cóctel se llamase Belkis.


Sin pensarlo mucho, cogí una servilleta y anoté mi dirección de correo electrónico y debajo en mayúsculas la palabra Belkis. Llamé al camarero y se la entregué. Le dije que si llamaban Belkis a ese cóctel yo le haría publicidad gratuita de su maravilloso local y sus deliciosos cócteles allá donde pudiese, empezando por este blog.



Tuve que regresar antes de comprobar si el cóctel ya había sido bautizado o no y, de momento, no he recibido ningún correo. Puede que pase un año hasta que pueda volver y comprobarlo.



Estoy segura de que ni el dueño del local ni quizás nadie por aquellas latitudes conozca este blog. Si así fuese, seguro que habría salido a conocer a la verdadera Belkis jajajaja, pero aún sí me arriesgué, y qué?


Os daré a conocer el nombre y latitud del lugar si llego a tener constancia de lo que os he contado. Mientras tanto, si queréis saborear Belkis, os puedo dar por correo su composición aunque, claro, no tengo las proporciones.