Todo el tiempo
que duró aquello, unas pocas horas, él iba hablando de tanto en tanto, y casi
todo lo que decía eran frases referentes a partes de mi cuerpo. No sabía si su
propósito era excitarme aún más, o elevar mi autoestima, o simplemente pudieran
ser hasta ciertas sus palabras. Sea cual fuese la razón, lo consiguió.
Los pechos se
llevaron la mayor parte de elogios, caricias, lametones, mordiscos,
apretones...
Me decía: “estás
llenita, pero estás pá comerte”....e iba y me comía.
Me decía: “me
gustan tus piernas”, e iba y las abría y se introducía en medio.
En uno de los
pequeños descansos, tumbados uno enfrente del otro, besándonos me dijo: “tienes
una inmensidad de curvas, y me encanta marearme recorriéndolas, bella odalisca”....
y entonces dibujaba el contorno de mi silueta, suavemente con un dedo, desde el
hombro hasta el muslo, y volvía a subir, y a bajar de nuevo, esta vez
entreteniéndose por el camino a jugar con mis pezones.
En mitad de la voràgine
en que se habían convertido nuestros cuerpos, hicimos un descanso más. Fuimos hacia la cocina a beber algo de
nuevo y fumar. Entre calada y calada, más besos....nicotina mezclada con sabor
a sexo, al suyo, al mío,... cigarrillos que no pudimos acabar porque el deseo
nos llevó de nuevo hacia la habitación.
Allí empezamos a
besarnos y acariciarnos, estando de pie. El deseo no nos dió tiempo a llegar a
la cama. Admiré y deseé su cuerpo, como pocos he deseado. Acaricié suavemente
su pecho, su torso, como quien palpa un tesoro que acaba de descubrir.
Él me dijo: “¿Sabes lo que darían muchos hombres por estar así contigo, por ocupar ahora mi lugar?”.
Sonreí, casi me dieron ganas de reir, y él me dijo “mírate”.
Frente a nosotros había un gran espejo que yo ni habia visto. Y allí estaba reflejado el
cuerpo del deseo, su cuerpo y el mío... lo reconocí como mi cuerpo, por
supuesto, pero qué diferente se veía desnudo y al lado del suyo.
No quise mirar
mucho más, y me fui arrodillando, como si fuese a postrarme ante un dios
divino, y me dediqué a mostrar oralmente toda mi admiración a aquel falo
majestuoso.
De vuelta a la
cama, casi a punto de llegar de nuevo al pleno apogeo, me hizo girar y ponerme a
cuatro patas. Pensé que mi trasero no era la mejor visión que podía ofrecer de
mí misma, pero dejó de importarme en absoluto cuando sentí su primera embestida.
Empezé a gemir,
me agarraba a las sábanas revueltas en un intento vano por contener la fuerza
que me estaba invadiendo, y entonces él, a la vez que explotaba y me llenaba,
se puso algo místico: “qué culo, dios mío, qué culo!”.
Nos sobrevino el
agotamiento, el cansancio más placentero existente. Cuando recuperamos un poco
la respiración, continuamos besándonos y acariciándonos. Entonces él se fijó en
mis pies: “qué pies más pequeñitos que tienes!, parecen los de una gheisa!”. Seguro que se veían pequeños al lado de los
suyos, pero no sé...hice ademán de esconderlos, pues no me gustan nada en
absoluto. Él los cogió entre sus manos para evitarlo y los besó.
El último beso
que me dió en posición horizontal fue acompañado de otra frase: “eres una
odalisca, una bella odalisca”.
Yo no dije ni
palabra. Él prosiguió: “¿No sabes lo que es una odalisca?”
Pues no, no lo
sé. No sé por qué razón conozco el significado de infinidad de palabras pero no
sabía lo que era una odalisca.
Me besó en la
nariz y me dijo: “Pues lo buscas en internet que para eso eres muy lista”.
Mientras buscaba
mi tanga por todos los rincones de la habitación, pensaba que cuando llegase a mi casa buscaría qué significaba la palabra odalisca.
bueno, quizás la idea de odalisca que tenía en la cabeza (mujer de belleza exuberante), no coincide del todo con la definición exacta del término (esclava del harén turco), vamos que... ¡¡¡no tenía ni idea!!!
ResponderEliminarbesitos,
c,
c, algo así va a ser. Besos....gracias por seguir por aquí
EliminarUffff pedazo de relato... y ese juego con los pies jooooooooooo
ResponderEliminarGùde, jajaja, sabía que dirías algo al respecto, pero confía en mí: tengo pies de cerdo! Besotes.
EliminarMe encanta ese animal y sus pies... aunq suene raro, lo que tendrás es pies de cerda jajajajaja
EliminarUNA CONTINUACIÓN GENIAL,,, ESPERO QUE HAYA SIDO REAL ESTA HISTORIA Y QUE LA HAYAS DISFRUTADO MUUUUUCHO, :P
ResponderEliminarUN BESAZO BELKIS!!!
Lord Shadow, como dije en una ocasión, en los relatos ¿realidad o ficción? siempre hay un poco de ambas cosas. Besazo
EliminarOdalisca o no.....el treball de camp ha estat perfecte.
ResponderEliminarJoan Gasull, puede, pero a mí me gustaría seguir invesetigando jejeje. Petonets
EliminarQuién fuera Sultán para complacer a semejante odalisca... perderse entre esas curvas y recorrer cada centímetro de su piel, con los dedos... con la lengua...
ResponderEliminarmmmmmm.... otra vez lo volviste a conseguir... me erizaste entero.
Besos, mi odalisca
Tloque, jajajaja, qué bueno. ¿Recuerdas cómo te llamo siempre?: sultán!!!!
EliminarTú sí que me erizas a mí; desde que te leo no logro controlarme ni los pelos de la cabeza, parezco una loca jajajaja. Besos
Curvas... divinas curvas. No hay nada mejor que unas buenas curvas rellenas de carne.
ResponderEliminarBesos.
Elvis, las curvas, éstas, las de carne, están hechas para derrapar por ellas. ¿Tú cómo conduces? ;) Besos
EliminarQue me gustaría que esta fuera una experiencia real, y no una ficción ... En algún momento hay que parar y empezar a hacer reales las fantasías, aunque haya quien opine o crea que la realización de una fantasía puede ser decepcionante, al no cumplir nuestras expectativas.
ResponderEliminarYo apuesto por ese riego, por la posibilidad de que sea mejor que lo fantaseado.
Y sí, cada cual se ve a sí mism@ con ojos muy diferentes a cómo te ven. Por suerte el amante de la odalisca tenía una mejor percepción de la realidad que ella misma.
Abre bien los ojos Belkis, a ver si hay más ojos observándote que los que ya tienes percibidos ...
Milady, yo también pienso que la mayoría de las fantasías se deberían realizar.
Eliminar¿Quieres que te diga qué parte fue real y qué parte es ficción? Lo haré en privado jejeje.
Mis ojos están tan abiertos que parezco una lechuza, pero estoy segura de que no hay nada en el horizonte. Besos
Doncs espero que hi hagi molt de realitat i poquet de ficció en aquesta història... Perque odalisca o no ets una "gran" noia i ho dic en el millor dels sentits.
ResponderEliminarUn petó re-guapa
Ssshhh, te digo lo mismo: te lo cuento en privado. Claro que soy una "gran" chica, lo digo desde el principio. Tú lo dices con otro sentido, más cariñoso, porque me conoces y tal, pero la realidad es la que reflejan los espejos. Petonets
Eliminar¿No será un advertencia ese "pues búscalo..." para que tengas las maletas preparadas cuándo regrese a buscarte?
ResponderEliminarUn abrazo
Ulyses, este "sultán" no vendrá nunca a buscarme, aunque sí a tentarme. Un abrazo
EliminarQue dos relatos repletos de sensualidad...
ResponderEliminarMe entran ganas de llevarlos a cabo.
Beso.
Teo, para que salga exactamente igual el tipo tiene que estar muy salido y la mujer muy redondeada jejeje. Beso.
EliminarHola Belkis, pues este relato me deja con algo, mucho deseo de tu cuerpo, de conocerlo y rendirle culto, disfrutarlo y consentirlo, perderse en el y convertirse en el protagonista de tus relatos, viajar por esas curvas lentamente, disfrutar el paisaje mmm.
ResponderEliminarMas que odalisca te veo como una diosa a quien me gustaria rendir culto por las noches jeje
Besos humedos Belkis
Sexo y Fetiches, sólo son palabras. Verse frente a frente es algo totalmente diferente. ¿diosa yo? jajajaja, sí, en mi propio cielo. Besos...húmedos también, por supuesto
EliminarEl de la penúltima foto se ha metido por la salida de emergencia.
ResponderEliminarEl muy puñetero....
Teo, tendría una urgencia. Ojalá siempre que tuviésemos una, encontrásemos una salida, de emergencia o no.
EliminarToy, quise decir Toy...Toy, Teo, os confundí
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