Al fin había llegado el gran día, el
día de la presentación de la campaña publicitaria que él había diseñado.
Ya había hecho otros trabajos como
publicista, no en vano llevaba cinco años dedicándose a ello y no le estaba
yendo demasiado mal. Pero aquella campaña era para una compañía de mucho
renombre, para el lanzamiento de un nuevo producto, y estaba seguro de que si
todo salía bien, aquello lo catapultaría profesionalmente hacia el éxito,
porque aún en período de crisis, la gente sigue consumiendo…incluso publicidad.
Hizo la presentación, pasó el video,
explicó la campaña publicitaria y todo el mundo permanecía en completo
silencio, tanto la junta directiva de su empresa como los representantes de la compañía
del producto. Al acabar, el silencio perduró unos segundos más y finalmente,
hubo aplausos.
Él se sentía satisfecho y se ofreció
a responder algunas cuestiones si las hubiera. Justo cuando el primer comprador
alzó su mano, sonó su teléfono móvil. Maldijo interiormente no haber recordado
desconectarlo antes de entrar en la sala. Miró que el remitente del mensaje era
su esposa.
Pidió disculpas por la interrupción y
decidió continuar, contestando a la cuestión que le habían planteado. Hubo un
par de consultas más que él resolvió sin ningún esfuerzo, y mientras se oían
varias voces al unísono de los directivos que intentaban ultimar detalles del
contrato, entró un nuevo mensaje de ella, de Mia, de su esposa.
Pensó que si ella no había llamado al
número de la oficina debió ser porque se trataba de alguna emergencia. Así es
que leyó el primer mensaje: “Querido…¿recuerdas cuando ayer por la tarde,
acabando tu trabajo, me dijiste que me fuera de compras con alguna amiga, que
me comprase algo bonito?....Pues lo he hecho. Ahora te envió un mensaje con la
foto”.
Él pensó incrédulo en que casi se
jugó una reunión importante por algún trapo-última-moda. Pero ya no le
necesitaban en la reunión, así es que abrió el segundo mensaje, junto a una
fotografía.
Foto cedida amablemente por Mia Jones-Wallace
“Sí, querido, me he puesto un
pearcing en el ombligo. ¿A qué me queda mono? ¿Quieres venir a verlo?...te
estoy esperando”.
Algo le pasaba a Mia, nunca solía
llamarle a la oficina, nunca se hizo fotografías desnuda, nunca le tentó tanto
como entonces.
Volvió a mirar la fotografía; era
cierto, se había agujereado el ombligo. Y de pronto sintió deseos de besar su
ombligo, de chuparlo junto a las bolitas de aquel artilugio, de oler su
perfume, de succionar sus blancos pechos, de poseerla pero ya.
Mia estaba en la cocina, preparándose
una ensalada para comer. Para ella sola; imaginaba que él estaría reunido, que
no habría visto aún su sorpresa, que luego tendría que hacer gestiones y que
por supuesto no vendría a comer. Poco podía sospechar ella en esos instantes que
no llegaría a comer y que él estaba conduciendo hacia su casa, quitándose la
corbata y abriéndose la camisa, mientras se saltaba ya demasiados semáforos en
ámbar y cuando lo que en realidad le presionaba eran sus pantalones.
Dedico esta entrada a Mia por su generosidad y confianza al cederme (para deleite de todos los que aquí nos juntamos) esta bonita imagen suya.
Si tú me dices ven, lo dejo todo....
ResponderEliminar¿Firmaron el contrato, al menos?.
Pues sí, todo un deleite de cuerpo.
ResponderEliminarY los pearcings, aunque me gustan más en la nariz, dan un toque de sensualidad.
Beso... a ambas.
A veces las prioridades de ls carne vencen a las obligciones sociales y profesionales.
ResponderEliminarSaludos
M'encanta que m'enviin missatgets insinuants a la feina (i a casa, i al cotxe jajaja) :P
ResponderEliminarBon dia Guapa!!
Buenísima entrada... eso de q te manden una foto al trabajo hace q se pare un poco este mundo loco... lo se por experiencia.
ResponderEliminarBesazos
dejar una reunion de trabajo para ir a comerle lo de abajo.....
ResponderEliminarES NORMAL QUE ACUDA AL LADO DE SUS ESPOSA... ¿QUIEN NO LO HARÍA??
ResponderEliminar¿PERO QUE PASÓ CUANDO LLEGÓ A SU CASA?
UN BESAZO BELKIS!!!
Muchas gracias por la entrada guapa!! esta mañana nada mas leerlo le enviado la foto a mi chico, solo te digo que estoy haciendo la ensalada haber si viene el y pone la carne jejej.Un besazo
ResponderEliminarAntes de contestaros, siempre como muestra de agradecimiento por vuestra visita, doy las gracias públicamente (aunque ya lo en privado también) a Mia por su colaboración desinteresada en esta locura mía de coleccionar imágenes de lectores-as. Ojalá se anime más gente.
ResponderEliminarNo es necesario ser un bellezón como Mia...a mi me basta (y me excita) la disponibilidad y la confianza al ofrecer una pequeña parte de vosotros, en imagen.
Besos, Mia
Toy, ¿sabes qué te digo?....Ven!!!! jejejeje. Sí, sí....al menos en esta historia todo salió bien.
ResponderEliminarTeo...a que sí? ains....espero que me deleites tú algún día...con una imagen. Beso.
Siempreefe, me despistó un poco tu newlook. Las necesidades de la carne siempre deberían ser prioritarias y siempre satisfechas....ains, menuda utopía. Saludos.
Ssshhh, a mi también, aunque cuando eso sucede suelo perder la concentración en el trabajo. Petonets.
Gùde, yo también he vivido esa experiencia aunque la foto no era para mí personalmente, sino para Belkis. Besos.
Joan Gasull, un hombre inteligente, sí señor.
Lord Shadow, lo que pasó al llegar a casa es evidente: se comió el pearcing y todo lo que lo rodea jejeje. Besitos.
Mia, gracias a ti...de nuevo. Eso, que ponga toda la carne en el asador. Ufff...ahora estoy yo asaita perdía. Besos.
Hola, tímidamente entro en tu blog, Belkis, tras haber dado el salto desde el Diario del Malagueño Morboso. Ya te había leído previamente en otras entradas, y decirte que he disfrutado mucho con todas ellas, y con ese punto de pique que se agradece a cualquier hora de cualquier día. Es una historia cotidiana la que hoy presentas, y en la que me veo reflejada. Me gusta enviar fotos, ya sabes, a mi pareja, y el efecto que buscaba lo he conseguido siempre, segura que no iba a venir corriendo a mi lado por esa foto, pero que a la noche iba a tener mi recompensa más que asegurada. Pronósticos acertados...
ResponderEliminarEl juego de las fotos por móvil es uno de los aportes de la tecnología a las relaciones de pareja, aunque hay que estar muy seguro a quien le envías el material, y estar segura de que no te la va a jugar. También reside ahí el morbo y el riesgo.
Piercing, lencería, un baño, fotos en la ducha, striptease en un video... todo vale en los previos.
No bajéis nunca la guardia. Y ¿por qué no enviarle, justo ahora, una foto a él o a ella, para que os traten mejor que nunca cuando os encontréis más tarde?
Milady, puedes entrar siempre que quieras, por supuesto...y ojalá te quedes.
ResponderEliminarEl tema de enviar fotos picantes a tu pareja es un tema cotidiano, pero no tan normal como parece...de hecho, yo no lo he hecho nunca (tampoco tengo a quien enviárselas) ni conozco a nadie -salvo aquí- que lo haya hecho. Imagina entonces el morbo que tiene para mí que algunas personas me envien imágenes de ellas!
Y sí, hay parejas que si se rompen, juegan sucio y el tema de la publicidad de las imágenes es uno de ellos.
Muchas gracias por la visita. Beso.
Exquisita redacción, como de costumbre... Tengo pendiente enviarte una foto, no me olvido... Ojala te inspire y pueda leer algo conmigo como protagonista...
ResponderEliminarUn abrazo.
http://diariodeunaesposaobediente.blogspot.com.es/
Sr. Álex, gracias. No quiero exigir ni presionar pero sabes que será para mí una delicia (morbosa y excitante) tener una imagen tuya en mi colección.
EliminarLa inspiración es algo que va y viene, pero nunca colgaré una imagen vuestra en el blog sin unas palabritas de acompañamiento....qué menos eso para mostrar mi agradecimiento! Lo otro, sólo sería cortar y pegar.
Un abrazo.