Hola, gracias por tu invitación, muy agradecido! Aquí te va la segunda parte, lamento que sea tan largo, pero no me puedo aguantar. Formalhaut.
Mira, luego de que te fueras de allí, tuve que
fregar el piso porque estaba manchado con semen.
¿Sabes? He estado en la biblioteca todos estos días esperando volverte a ver. Los siguientes días, cada vez que he ido a cumplir mi trabajo en la biblioteca, he estado pensando en lo sucedido. Cada minuto allí, mi mente recordaba lo que hicimos. Había sido corto, pero intenso, y tremendamente excitante para ambos. Era mucho más de lo que podía ofrecerme mi esposa. A estas alturas en mi matrimonio había menos sexo que en una convención de monjas, por lo tanto hacerlo con una chica joven estaba fuera de mis expectativas. Me pregunté muchas veces si volverías, o si simplemente mandarías a alguien por ti a devolver el libro, pues pensé que quizás estuvieras avergonzada de volverme a ver a la cara, yo también lo estoy.
¿Sabes? He estado en la biblioteca todos estos días esperando volverte a ver. Los siguientes días, cada vez que he ido a cumplir mi trabajo en la biblioteca, he estado pensando en lo sucedido. Cada minuto allí, mi mente recordaba lo que hicimos. Había sido corto, pero intenso, y tremendamente excitante para ambos. Era mucho más de lo que podía ofrecerme mi esposa. A estas alturas en mi matrimonio había menos sexo que en una convención de monjas, por lo tanto hacerlo con una chica joven estaba fuera de mis expectativas. Me pregunté muchas veces si volverías, o si simplemente mandarías a alguien por ti a devolver el libro, pues pensé que quizás estuvieras avergonzada de volverme a ver a la cara, yo también lo estoy.
Uno de estos días, arribé a mi rutina habitual
de trabajo, una tarde más en ese silencioso, tranquilo, y a veces aburrido
lugar. Estaba en el escritorio, hablando con mi compañera de trabajo, quien
estaba al lado mío, una chica más joven que yo, sobre algunas cuestiones sin
importancia.
Una persona se acerca, y deja un libro sobre el
escritorio.
- Hola, vengo a devolver esto.
Inmediatamente sonaron todas las alarmas en mi
cabeza. Reconocí tu voz.
Levanté la vista y te miré. Nos miramos ambos a
los ojos. Estabas seria. Contigo venía un chico. Estaban tomados de la mano,
así que imaginé que era tu novio.
Mi compañera cogió el libro. Tú me volviste a
mirar y me preguntaste por cierto género de libros. Me puse de pie y te
acompañé a la sección de la biblioteca donde estaba lo que buscabas.
Antes de que empezáramos, tu novio te dijo algo
en voz baja, y se fue de la biblioteca. Caminamos por uno de los pasillos y
giramos a un lado, para llegar a la estantería del género literario que me
pediste.
El aire se cortaba con un cuchillo. Estábamos
quietos, solos, en silencio, uno al lado del otro. Yo estaba nervioso. Sólo se
escuchaban los pasos de algunas personas en la entrada, y a mi compañera de
trabajo hablando con ellos. Sin decir nada, empezaste a mirar todos los libros
que había en la estantería… comenzaste por los de arriba, leyendo título por
título, libro por libro, así que pensé que estabas buscando uno en específico.
No me animé a preguntarte.
Permanecí en silencio, allí de pie, sin decir
nada, esperando a que tú escojas lo que querías. Aunque, en ese momento, las
imágenes se repitieron en mi mente. Tu cara, tu cabello, tus piernas, tu culo….
Y tu coño.
Sentí movimiento en mis pantalones. Oh, otra
vez? Poco a poco, no podía controlar mi mente, y eso se traducía en no poder
controlar mi erección.
Lo peor –o mejor- es que has venido con una
falda de jean, y por lo que pude observar, más corta que la anterior, apenas te
llega a tapar el culo, no mucho más. Es realmente corta y parece algo ajustada. Afortunadamente, me sacaste del
trance, pues intentabas alcanzar un libro en lo más alto de la estantería, y no
llegabas. Te pusiste en puntas de pie para llegar, pero te ofrecí ayuda, ya que
yo era ligeramente más alto.
Me la negaste e intentando con tu brazo
extendido alcanzar el libro en puntas de pie, perdiste un poco el equilibrio y
casi te caes, a lo que hábilmente de mi parte pude sostenerte pues pasé mi mano
izquierda por detrás de tu espalda y te sujeté de tu cadera izquierda.
Pudiste coger el dichoso libro, y me
preguntaste si le podías echar un ojo, a lo que respondí que sí, que no había
ningún problema.
A todo esto yo aún estaba a tu lado, con mi
brazo izquierdo sobre tu espalda y con mi mano encima de tu cadera, sobre la
falda. No la había quitado, y tú no me habías dicho nada por el momento. Lo
abriste y comenzaste a leer la primera página, o eso parecía. Con mi brazo en tu cintura podía
notar tu calor, la suavidad de tu cuerpo. No me atrevía a mover esa mano, pero
simplemente en esa posición y esa sensación potenciaba aún más la erección en
mis calzoncillos, que ya era considerable.
Ante tu pasividad en el asunto, comencé a
bajarla. Sí, la mano que estaba en tu cintura. En este punto, sería tonto no
intentarlo. Si tú me decías algo, la quitaría, y si no….
Fui bajando lentamente mi mano con la palma
abierta. Pude sentir el comienzo de tus nalgas, por sobre la falda. A cada
instante, miraba a tu cara por si reaccionabas de alguna forma, pero seguías
tranquila leyendo el libro, sin perturbarte para nada.
Continué. A medida que mi mano bajaba por tus
nalgas, más fuerte, dura y palpitante se me ponía la polla, que ya me apretaba
demasiado bajo el pantalón. Llegué hasta la parte baja de tu culo, donde ya
sentía el final de tus nalgas, el comienzo de tus muslos, y el final de la
faldita. ¿Y ahora? Muy suavemente bajé un poco más para sobarte los muslos… tu
piel quemaba, tan suave, tan lisa, pero tan calentita. Notando como te dejabas
hacer, con mi mano derecha me apretaba la verga por encima del pantalón, para
que me dejase de apretar y doler tanto, y para ponerme más cachondo aún.
En ese momento, cerraste el libro. Yo me quedé
quieto, con mi mano sobre la parte alta de tus muslos, casi rozándote el culo
debajo de la falda.
Nuevamente te pusiste en puntas de pie, esta
vez para colocar el libro en su lugar, a lo que no tuviste problemas en esta
ocasión. Luego, seguiste mirando los títulos de los libros en la estantería.
Mi miembro me pedía proseguir con la tarea.
Ahora con mi mano, la metí bajo tu falda, para sobarte descaradamente el culo.
Podía notar perfectamente su redondez., y me topé con tus braguitas.
“Vaya. Hoy no te has venido suelta.” Antes ya
te había visto todo el culo, pero ahora tocarlo era una sensación muy superior.
Tú permanecías sin decirme palabra, sólo
limitándote a leer los libros, haciendo de cuenta que no pasaba nada.
Estaba en la parte baja de tus nalgas,
sobándote encima de las bragas con la palma abierta y apretándote el culito.
Con dos dedos comencé a palpar entre tus
nalgas, por encima de la tela de tus bragas, lo que debía ser tu ano. Metí mis
dedos en esa zona, y ya parecías respirar ligeramente más rápido. Poco a poco,
avancé con mis dedos hacia abajo, siguiendo la línea de tus bragas, y noté el
comienzo de los labios de tu coño. Estaba ligeramente abultadito bajo la tela.
Cuando lo notaste, abriste tus piernas un poco.
No demasiado, pero sí que las abriste. Con ese par de dedos, busqué el lateral
de tus bragas, para tocarte tu piel más íntima. Hurgué bajo el lateral de la
tela y metí mis dedos debajo, enseguida noté tu chocho, ¿cómo crees que lo
tenías?
El corazón me latía con fuerza, mis dedos se
empezaron a humedecer muy rápido. Te toqué el coño muy despacio y suave, de
arriba abajo, por toda tu rajita, sobando todo lo que podía. Se notaba húmedo,
casi mojado. Te miré a la cara y ya tenías los ojos cerrados.
Pasaba mis dedos sobre tu clítoris, mojándolo
con tu propia humedad vaginal, y ya notaba que empezabas a suspirar. Quité mis dedos de tu coño, y me
coloqué detrás de ti. Con ambas manos bajo tu falda, agarré los laterales de
tus bragas en ambas caderas y te la bajé hasta los muslos.
Ya con las braguitas húmedas a medio muslo, te
volví a meter los dedos en el coño, pero esta vez busqué introducírtelos. Tú
respondiste abriéndote más de piernas, sin decir palabras. Ahora podía tocarte
mejor. Primero, te pasé un par de dedos a lo largo de tu chocho, y luego te
introduje uno. Gemiste en voz baja. Luego, te metí el otro. Ahora te estaba
masturbando, follando con mis dedos a un ritmo pausado, mientras tú abrías tus
piernas para facilitarme el trabajo.
Ahora no estábamos solos como en la ocasión
anterior, a escasos metros estaba mi compañera, y aún podían oírse personas
allí. Al fin soltaste algo:
- Como regrese mi novio y te vea con los dedos
metidos en mi chocho, se va a liar una buena.
Más que detenerme, sólo me envalentonó más. Sacaba los dedos de tu coño, te tocaba el clítoris, luego te los volvía a meter…. Tú ya estabas suspirando demasiado, gimiendo tratando de no hacer ruido, mientras seguía estimulándote el ya chorreante coñito tuyo. Llevaste una de tus manos hacia atrás, donde estaba yo, para palparme el paquete. Inmediatamente me bajé los pantalones hasta los tobillos, a riesgo de que alguien apareciera, pero la excitación era demasiada. Con mi polla al aire, la tocaste con tu mano. Sentí un escalofrío.
Más que detenerme, sólo me envalentonó más. Sacaba los dedos de tu coño, te tocaba el clítoris, luego te los volvía a meter…. Tú ya estabas suspirando demasiado, gimiendo tratando de no hacer ruido, mientras seguía estimulándote el ya chorreante coñito tuyo. Llevaste una de tus manos hacia atrás, donde estaba yo, para palparme el paquete. Inmediatamente me bajé los pantalones hasta los tobillos, a riesgo de que alguien apareciera, pero la excitación era demasiada. Con mi polla al aire, la tocaste con tu mano. Sentí un escalofrío.
Te giraste, y te agachaste. Agarraste mi verga
con una mano, rodeándola completamente con tu mano. Parecía que ibas a hacerme
una paja. ¿O una mamada en la biblioteca?
Por lo pronto, giré mi cabeza a un costado, y
alcancé a divisar la sombra de alguien viniendo hacia nosotros.
Continuará…
Formalhaut, dime, ¿en qué biblioteca trabajas? ;)
ResponderEliminar:D Te gustó? saludos!!
EliminarEste relato me ha resultado más interesante...
ResponderEliminarEl morbo de ser infiel y de que tu pareja te pueda pillar, me mola... aunque solo en mi imaginación... en la realidad soy un cagao... jejeje.
Beso.
Teo, yo si siento ganas de ser infiel a mi pareja, no me importa demasiado ser pillada, aunque mejor que no, así se mantiene el morbo. Beso.
EliminarA mi tb m'ha entrat de sobte un interes per anar a la biblioteca...
ResponderEliminarLlàstima que al poble només hi hagi bibliotecaries.
belkis, si consegueixes l'adreça ja me la passes ;P
petonets Guapa
Ssshhh, a la espera ando de que el bibliotecario responda. Petonets.
Eliminarvaya yo leyendo esto mientras iba a entregar un paquete i ahora resulta que tengo dos....como suelto yo ahora el segundo....
ResponderEliminarJoan Gasull, céntrate en el "paquete" importante.
EliminarMECACHIS!!! EN LO MAS INTERESANTE...
ResponderEliminarPARA CUANDO LA CONTINUACIÓN???
EN MI EPOCA DE ESTUDIANTE IBA TODOS LOS DIAS A LA BIBLIOTECA,,, NO SIEMPRE A LEER,,, PERO TAMPOCO PASABA ESTAS COSAS.
UN BESAZO BELKIS!!!
Lord Shadow, estoy a la expectativa.
EliminarY a mí me pasaba igual....mucho ir a la biblioteca, pero siempre para cambiar libros, tampoco me pasó nada entre las estanterías. Besos.
Lectura y sexo: Gran combinación.
ResponderEliminarno has podido elegir mejor escenario.
Esperamos ansiosos la cont: La persona al otro lado de la sombra, ¿se une? ¿mira? ¿monta el pollo?
Enhorabuena al autor y gracias a Belkis por su publicación.
Un abrazo para ambos
Vlixes, a ver qué pasa. Para mí es un placer publicar relatos cedidos. Un beso.
EliminarAhora vuelvo y te comento. Primero, me voy a la biblioteca a devolver un libro.
ResponderEliminarDevastiel, no olvides llevarte minifalda.
Eliminarcómo que continuará?!?!?!?!?!
ResponderEliminarf, pues no sé....eso dijo su autor. Esto tiene que acabar en polvazo, fijo
Eliminarufff y dice continuara justo cuando el ambiente esta que arde, me voy a la biblioteca jajaja
ResponderEliminarbesos
Adis, creo que estos días aumentaran las visitas a las bibliotecas jejeje. Besos.
EliminarFormalhaut, sin querer, he debido borrar (precisamente) tu comentario: disculpas.
ResponderEliminarPero sí, te contesto que me ha encantado.