sábado, 20 de octubre de 2012

Psicopequé





Recién acabada la carrera, encontré mi primer trabajo. Era temporal, y no estaba demasiado bien remunerado, pero era un inicio.
Firmado ya el contrato, y tras poner en común con la junta algunas cuestiones de trabajo, me convocaron a una reunión con todos los entrenadores de la escuela de fútbol infantil y juvenil.
El presidente de la junta me presentó: “Tras recibir algunas quejas de algunos padres sobre el trato de algunos entrenadores hacia los críos, el club ha decidido contratar una psicopedagoga, para que analice vuestras metodologías de trabajo y pueda aportar algunos cambios que ayuden a mejorar…….”
Uno de los entrenadores (Jose) intervino: “una psicopequé?”, con cierto tono de sorna. Ya intuía que con aquel tendría problemas.

En una semana y media de asistir  a los entrenamientos de todos los grupos, enseguida vi cuáles eran los tres entrenadores a los que tendría que dar algunos consejos sobre metodología, tono de voz o empatía. Pero en concreto a uno, Jose, quien extendió por todo el club un mote hacia mi persona, psicopequé, porque trataba a los niños como si fuesen soldados en una  instrucción. Y me centré en esos tres casos: elaboré informes, mantuve reuniones conjuntas e individuales, redacté por escrito algunos consejos sobre metodología y todos lo entendieron y acataron excepto Jose.
Así es que tuve que trabajar más con él, presenciar durante muchos días sus entrenos, corrigiéndole en algunos gestos y métodos. Siempre lo hacía sin testigos, para no cuestionar su autoridad ante el equipo. En una de esas tardes de entreno, Jose me dijo que subiese al vestuario, y dejó a su equipo al cargo de otro entrenador más joven.
Una vez en el vestuario, me gritó, me dijo que qué me había pensado, que yo era una señoritinga-listilla-de facultad que nada sabía de fútbol. Yo le pedí que no me gritase y le dije que tenía razón; que yo no sabía de fútbol y por eso no cuestionaba sus tácticas pero sí un poco su metodología, su manera de trabajar.

Él siguió chillando, yo pidiéndole que bajase el tono, y al final me empujó contra la pared, con fuerza, apenas podía moverme. Me besó, fuerte, con furia; con una mano presionaba mi abdomen para retenerme junto a la pared, y con la otra cogió todo mi coño como si se tratase de una pelota de goma y lo aplastó y masajeó. Cuando se apartó de mí, le dije que si volvía a repetir algo así lo denunciaría por acoso laboral. Y estuve más de una semana recordando esa sensación, dolorosa y placentera a la vez.
Eso no le retuvo para nada, y siguió siendo borde, especialmente conmigo, incluso en público. Cuando estaba a punto de mi evaluación final, dejándole fatal por supuesto, le molestó una corrección mía y me volvió a gritar: Psicopequé…fuera del campo!


Esta vez fui yo quien le pidió que fuese a los vestuarios. Al entrar, cerré la puerta y le pedí que se sentase en uno de los banquillos de jugadores. Le dije que no se le ocurriese abrir la boca, que ahora no había corral donde él tuviese que ir de gallito.
Me desnudé. Él hizo ademán de ir a levantarse, y yo le empujé hacia el banquillo de nuevo. Le dije que ahora íbamos a trabajar con su método. No quiero que hables, ni que me toques….sólo que me dejes hacer- ordené, intentando que mi voz sonase lo más autoritaria posible.
Le bajé el pantalón del chándal, y empecé a acariciar su polla, que no tardó demasiado en estar erecta como un mástil. Me arrodillé en el suelo, me incliné hacia él y la introduje en mi boca. Él se removía en su asiento, y me cogió de la cabeza intentando dirigir mis movimientos.
Saqué su polla de mi boca y le dije que no me tocase, ni hablase, que allí y ahora mandaba yo.
Me senté sobre él, mirándole a la cara, agarrándome con mis manos a las perchas, y lentamente me dejé caer sobre él, sintiendo cómo aquella polla dura y húmeda me penetraba, yo me la penetraba, hasta lo más hondo que podía llegarme.
Supe, noté, que aquello no iba a durar demasiado. Que, aunque yo no creí que fuese sexual, la verdad es que había mucha tensión acumulada entre nosotros y que aquello iba a explotar en poco tiempo.
Empecé a cabalgar sobre él, haciendo que él entrara en mí, saliendo, contoneando mis caderas, apretándome contra él… me faltaba la respiración, sudábamos, no había mucha ventilación, él empezaba a gemir, se agarró a mis caderas pero separé sus manos, quería dominarle, quería ser la dueña y señora de aquel orgasmo que le iba a regalar.
Y apreté mi ritmo, y mi coño se acoplaba a su polla a la perfección, como unas buenas botas a un futbolista. Y seguí, y no podía más, yo quería alargarlo, quería incluso detenerme y hacerle suplicar, pero yo no podía más,  necesitaba correrme, y lo hice. Y él lo hizo también. Durante dos segundos, nos miramos a los ojos, me pareció que la rivalidad ya no era tal, y entonces él me besó en el cuello. Ésa fue mi debilidad. O la suya. De pronto sólo vi a un hombre, extenuado, rendido.


Nos vestimos, en silencio. Al final le dije que había muchas maneras de que todos nos lo pasásemos bien, pero que con un poco de colaboración por parte de todos, nos lo podríamos pasar mejor. Ése fue mi mensaje.
Una semana después, entregué mi informe final y me marché del club. Tres semanas después, Jose y yo nos veíamos a diario, y a diario follábamos, en su casa, en la mía….a veces en el coche.  En mí se despertó una necesidad y una lujuria difíciles de cubrir; creía que sólo Jose podía cubrirlas.

Muy poco después nos fuimos a vivir juntos. No nos llevamos demasiado bien, no somos la pareja ideal, discutimos por las tonterías más absurdas, pero follamos todas las noches, algunas mañanas y muchas tardes, las que él no entrena con su equipo.
Finalmente hizo caso de algunos de mis consejos; y ya fuese por eso, o porque el equipo trabajó realmente duro, lograron clasificarse entre los primeros puestos.

A veces me gusta follarme a Jose dominándole, haciéndole bajar sus humos. Yo, que con mis dos o tres relaciones anteriores siempre fui muy modosa y más bien me dejaba llevar. Otras veces, Jose sufre una especie de arrebato sensual que hace que su único objetivo sea provocarme placer como sea, dominando, ordenando, dirigiendo… y yo simplemente acato lo que dice y me vuelvo loca de placer. Con Jose he descubierto que soy multiorgásmica: ¿lo he sido siempre? ¿es posible que sólo lo sea con él?
Jose está aprendiendo a controlar su carácter irascible y su ira a veces algo incontenida. Yo creo que en el fondo intenta disimular la gran sensibilidad que habita dentro de él, para hacerse fuerte, sentirse fuerte. Pero Jose es dulce, sensible,…conmigo lo es mucho. No le hablo de esto, porque cuando lo hago, me susurra al oído: “Te voy a follar psicopequé”…. Y acabamos follando y se acaba la conversación.
Por mi  parte, yo estoy aprendiendo algo de fútbol. Un deporte que creía odiar pero resulta que no lo conocía y no lo entendía. He disfrutado de algunos grandes partidos en el sofá, junto a Jose, y después allí mismo nos hemos puesto a follar como bestias, sin importar cuál había sido el resultado del partido, si nos era favorable o no.
Y los dos estamos aprendiendo juntos que podemos tener miles de orgasmos y que todos nos saben a algo diferente.
Quizás, después de todo, yo sea una buena psicopequé.

Dedicado a Jose, entrenador con un poco de genio, y único personaje real de esta historia . Algún día lograré bajarte los humos!

29 comentarios:

  1. Doncs quina sort que va tenir en José de topar-se amb tu, no?? jeje Ja ho sap que li has dedicat un post??
    Petonets Belkis

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sss, sí, el de la historia real (ficticia) sí que tuvo suerte.
      El Jose real no sabe nada de nada, ni siquiera lo imagina. Petonets.

      Eliminar
  2. Eso ha sonado a una declaración de intenciones ante Jose... jejeje. Al final vas a acabar por dominar el fútbol y sus tácticas. Vas a salir al ataque...
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Javi Signum, creo que antes consigo distinguir un saque de banda de un córner (se escribe así?) que Jose sepa que no le miro como entrenador.

      Eliminar
    2. Perfectamente escrito. ¿Ves como dominas? Y seguro que Jose sabe como le miras...
      Besos.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. ToyFolloso, en este caso, lo único que se puede hacer es entrenar jejejeje

      Eliminar
  4. Bonita manera de bajarle los humos a alguien...

    Aunque sospecho que se consigue el efecto contrario, que eche más humo.

    ResponderEliminar
  5. No soy entrenador, pero tengo unos humos...

    Voy a contratar una psicopequé, y antes d eempezar, le diré que lea tu entrada.

    ¿Ese método para bajar los humos lo enseñan en la facultad, o es de cosecha propia?

    Enhorabuena por los resultados... y el método
    Un abrazo psicofísico

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vlixes, pues no sé...aunque cerca le ando, yo no soy psicopequé. Pero sí, el método es cosecha propia, y creo que funciona. Un abrazo de psico nada, bien apretao.

      Eliminar
  6. mentre no us poseu d'acord continuareu amb els bons resultats.....per tant rivalitat a dalt de tot

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joan Gasull, creo que rivalidad fuera de la cama y com-penetración dentro de ella, funciona.

      Eliminar
  7. Bueno, parece que ya sabes cómo intentarlo.
    Buena suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Devastiel, saber sí, pero.... como he dicho, yo no soy psicopequé, y además Jose ya tiene quien le baje (o le suba) los humos.

      Eliminar
  8. El Jose este ya estaba entregado desde el principio, sólo disimulaba para que te fijaras en él y le hicieras terapia particular. Era un cordero con piel de lobo je je.
    Bsss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uol Free, eso es cierto, asi es Jose: cordero disfrazado con piel de lobo, y dan unas ganas de arrancarle esa piel a tiras!

      Eliminar
  9. Escondemos bajo una coraza nuestra sensibilidad, solo al alcance de aquellos/as que tienen la suficiente paciencia para escarbar.

    Beso.

    ResponderEliminar
  10. Sabía de tu valía. Es la mejor manera de amansar a las fieras... o gallitos como dices. Una buena follada y le tienes comiendo de tu mano.

    A tus PIES

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gùde, no es por cuestionar mi valía pero...es ficción. Mis manos...ya sabes cómo están.

      Eliminar
  11. UN RELATO MUY SUGERENTE,,, Y CON UN MÉTODO MUY BUENO,,, LO HAS DOMINADO MUY BIEN.... EL FIERO LEÓN,,, RESULTÓ SER UN LINDO GATITO.
    UN BESAZO BELKIS!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lord Shadow, a veces me siento con fuerzas de dominar a cualquier fiera! jejeje. Besos.

      Eliminar
  12. Hola, Belkis...

    ¿Ese Jose... no será el Mourinho, no...?

    Porque creo que tiene una mala leche... o se lo hace, o se lo monta, y en el fondo no es así XDDDDD

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fantasma....grata sorpresa!
      Pues no es Mourinho pero es madridista, y no sé si en el fondo no tiene tan mala ostia pero a ése no sé yo si me ponía a bajarle los humos. O, pensándolo bien, quizás sí, que también tiene su puntito jejeje. Besos

      Eliminar
  13. Belkis, tu relato me calentó...
    ... voy a disfrutarlo con "él"...
    gracias...
    besos desde buenos aires de...
    ella

    ResponderEliminar
  14. NosotrosDos (ella), gracias por la parte que me toca, pero creo que no necesitáis muchas ayuda para calentaros jejeje. Espero que hayáis disfrutados.
    Besos desde mi morada.

    ResponderEliminar
  15. La paciencia es siempre positiva y normalmente la aprendemos con los años, incluso en exceso pienso que no es mala....
    Besos belkis.

    ResponderEliminar

Me excitan las palabras... así es que no olvides dejar alguna.