Decidí coger una salida y dirigirme a
la primera playa que encontrase. No fue nada difícil. Creo que nunca había
visto amanecer junto al mar y me pareció algo realmente mágico, como un rayo de
vida. Y eso era lo que yo necesitaba después de haber dejado a mi pareja tras
una relación de cuatro años.
Saqué una manta que llevaba en el
maletero, y me tumbé en ella sobre la arena. Quizás no me durmiese, o quizás
solo una pequeña cabezada, pero necesitaba tanto y tanto descansar!
Finalmente debí quedarme dormida,
pues al cabo de no sé cuánto tiempo abrí los ojos y el sol me deslumbró. Tenía
la boca seca. Tumbada, pude ver que aún era temprano, no había nadie todavía
por allí. Me giré hacia el otro lado, y entonces volví a sentirme deslumbrada.
Vi a un hombre desnudo, radiante al
sol, bello, de un cuerpo escultural, incitaba al deseo y a la lujuria con sólo
mirarlo.
Me quedé mirándolo. Parpadeé
repetidamente. Estaba alucinada. O quizás tuve un accidente y aquello era el
cielo, y aquel morenazo sería un querubín. No, no podía ser; los ángeles no
tienen sexo y aquel tenía un sexo muy bien marcado. Tragué saliva, la poca que
aún generaba mi boca, y entonces él me ofreció la botella de la que estaba
bebiendo.
Foto cedida por otro excitante lector anónimo
Bebí, insaciable, intentando contínua
e inútilmente apartar mis ojos de él. Creo que en pocos segundos batí todos los
récords y lo recorrí varias veces de arriba a abajo. Él se dio cuenta y me
aclaró que nos encontrábamos en una playa nudista y que haría bien en
desnudarme antes de que llegasen los primeros bañistas y yo llamase la
atención, precisamente por estar vestida.
Dicho esto, se fue al baño. Se
zambulló, y aún vi su trasero resurgir de entre las olas. Se puso de pie, se
volvió a zambullir, así varias veces hasta que empezó a nadar mar adentro.
Parecía Neptuno sin tridente, y ni falta que le hacía, con lo que tenía
colgando.
Cuando dejé de verle, decidí
desnudarme y darme un baño. Si no me alejaba demasiado de la orilla, podría
bañarme, salir, envolverme en la manta y vestirme antes de que él regresara.
Después del cansancio por conducir y
de lo excitada que me dejó aquel tipo, el baño resultó reconfortante. Me tumbé,
haciéndome la muerta, y dejé que las olas me acariciasen y me balanceasen….era
una sensación mágica y agradable. De pronto, sentí que algo tocaba mi pierna,
¿sería una medusa?
Me incorporé y allí estaba desnudo
aquel morenazo. Hice ademán de taparme los pechos, pero el agua estaba bastante
clara, sí señor, ya lo creo, yo a él lo veía perfectamente.
Él se rió y me previno de que a
escasos metros de donde estábamos el suelo hacía un importante desnivel.
Le di las gracias y no sabía qué
hacer. No quería salir del agua y que me viese totalmente desnuda. Sin mediar
palabra, se acercó a mí, me apretó contra él, y empezó a besarme y a
manosearme.
Evidentemente, me resistí. ¿Qué se
había pensado? Si no había nadie más, podía follarse a un pez, o a la primera
sirena que pasase por allí, pero ¿a mí?
A medida que me apretaba el culo, y
me acariciaba el pecho, fui dejando de resistirme y empecé a corresponderle.
Tan tonta me sentía, que no imaginaba que una pudiese humedecerse por
dentro….estando dentro del agua, pero ya lo creo que era posible.
Allí de pie, en medio de una playa
desierta, bajó sus manos y entreabrió un poco mis muslos. Empezó a acariciar
muy suavemente mi coño….yo me moría de placer, casi sentía que mis piernas no
aguantarían mi propio peso. Como si adivinase mi pensamiento, mi Neptuno
particular me cogió por los muslos, me izó, haciendo que rodeara su cintura con
mis piernas.
En un movimiento que a mí me pareció
mágico pero para él debía de ser de lo más natural, con una mano me apretó más
contra él y con la otra presionó la parte baja de mi espalda haciendo que en un
abrir y cerrar de ojos su polla entrase fácil y cómodamente en mí.
Yo no podía creer lo que estaba
haciendo y menos aún lo que estaba sintiendo. Le besaba, le acariciaba mientras
intentaba sujetarme fuertemente a sus brazos, a sus hombros. Y creía morirme si
no empezaba a notar ya cómo trabajaba su polla dentro de mí, así es que decidí
moverme, haciendo que su polla entrase y saliese de mí, mientras hacía algo de
esfuerzo porque mis piernas no se soltasen de su cintura.
Y él hizo lo mismo, me embistió, con
todas las fuerzas con que podía hacerse en una situación como aquella,
sujetando hábilmente mi espalda, apretándome como él para acompasar nuestros
movimientos, que aumentaban en profundidad, en velocidad, en intensidad…hasta
que finalmente los dos estallamos, y nos corrimos…y todos los ríos van a parar
al mar.
No sé cuánto tiempo más permanecí
así, sobre él. Fue él quien me depositó en el suelo y me cogió de la mano para
que saliésemos del agua.
Lo que sucedió en los cuatro días
siguientes en que me quedé allí daría para otras cuatro historias. Todo empezó
cuando, ya en la arena, envié un mensaje a mi amiga: “Llegaré dentro de varios
días. Tu abuela tenía razón: una mancha de mora con otra mora se quita”.
Doy las gracias al propietario de la foto cedida para el blog, en esta ocasión.
ResponderEliminarY como suelo hacer, y por inspirarme con su imagen, le dedico esta entrada. ¡Qué menos!
Y ahora, con el permiso de la audiencia si la hubiera o la hubiese, voy a darme una reconfortable y fría ducha.
Las palabras son sólo letras siguiendo un orden pero las imágenes....muchas hablan por sí solas, y esta de hoy dice mucho....uffff!
¡Para que luego digan que es perder el tiempo pararse a descansar!!
ResponderEliminarUn beso!!
(Esto... ejem... ya me contarás cómo ejerces ese poder de convicción para que mancebos hermosotes te envíen fotos en bolas. ¡Guardaré el secreto!!)
Uol Free, sea cual sea el resultado, yo creo que el descanso nunca es una pérdida de tiempo.
EliminarEn cuanto a lo de las fotos, pues yo utilizo una táctica en dos pasos: el primero consiste en ganarme la confianza del mancebo. Y el segundo, en convencerle de lo que realmente me excita tanto su imagen o como la confianza depositada.
Eso...y que soy una persona tope, tope, tope de seria!
ummm sugerente relato y... sugerentes imágenes,
ResponderEliminarque aproveche esa ducha fría :-)
un besito,
c,
c, gracias.
EliminarLa ducha fría estaba surtiendo efecto hasta que has llegado tú....y me encendí de nuevo! Ufff. Besito
Ufff vaya relato mas calentito, y esa foto ya es el remate final, un dia me tienes que contar el secreto para que te envien esas fotos, a mi nunca me han regalado una imagen asi, ni asi ni asado
ResponderEliminarbesossss
Que no?... eso no puede ser. Cuando quieras te hago ese regalo asi o asado, como quieras jjijijiji
Eliminarummm esa era la idea jajaja
ResponderEliminarbesito,
c,
Argggggggggg con la fotito... no me extraña q te tengas q duchar jajajajaja. Qué gran relato belkis yo tengo una sed ufffffffffff, me darías un poco de agua?
ResponderEliminarBesotes
Gùde, dad de beber al sediento, que dijo no sé quién.
EliminarY yo me pregunto: por qué no follarse a las necesitadas? ains...Besotes
Y por qué no las dos cosas?
EliminarBesazos
Belkis: Escribes muy bien, cada día mejor y siempre en referencia al instinto animal.Cuantos valores sin descubrir y, tú eres uno de ellos.
ResponderEliminarMoni.
Moni, no es que escriba mejor, es que estoy de vacaciones jejejeje.
EliminarYo más que no descubierta estoy desaprovechada, no sé si me explico, jejeje. Besos.
Y YO QUE EMPIEZO LAS VACACIONES YA MISMO Y TENÍA PENSADO IR A LA PLAYA,,, LO MISMO NOS VEMOS.
ResponderEliminarUN GRAN RELATO. UN BESAZO BELKIS!!!
Lord Shadow, dime a qué playa irás y cabalgaremos juntos....las olas! jejeje. Besazo.
EliminarNo soy muy aficionado al mar y a la playa, pero me han entrado unas ganas locas de montar allí un campamento...
ResponderEliminarBesos.
Elvis, tú pones el campamento y yo...lo demás jejeje. Besos.
EliminarDucha fría??? NO!!!
ResponderEliminarHay mejores maneras de bajar el calenton.
Muy sexual y atrevido, el relato.
Personalmente nunca he follado en la playa o en piscinas, aunque lo he intentado, sin éxito. Es incómodo tener que esperar a que se baje el tema, para ir a la toalla.
Beso.
Teo, a veces el único remedio a mano es la ducha fría.
EliminarEn las piscinas, si no son privadas, es más complicado.
A mí me parece divertido ver tíos salir del agua, empalmados jajajaja. Beso
instinto a rabiar! xDDD. Pido perdón al chico de la foto pero no me termina xDDDDD. Besitos!
ResponderEliminarCarla, si yo sacara mi instinto a relucir, creo que...creo que...dejaría de escribir! jajajaja.
EliminarA mí el chico de la foto sí que me termina, aunque no haya empezado jejeje
Sí que me pone, mucho, aunque he de reconocer que tengo una gama de gustos muy amplia. Besitos
Mmmmmm, un encuentro así resulta de lo más sensual...
ResponderEliminarYo una vez tuve un amago de lo que podía haber sido y no fue: Tuve la suerte de estar sola en una playa, una playa inmensa, y absolutamente solitaria; todo un privilegio, un día entre semana en el mes de mayo. A la media hora un hombre que llega. Solos los dos. Él creo que desnudo, creo que de mediana edad. Hasta ahí todo normal.
Pero, en una playa de más de un kilómetro de largo, ¿por qué se tuvo que poner sólo a tres metros de mí? Me sentí amenazada, y a los pocos minutos salí pitando, de forma disimulada y tranquila, antes de conocer sus intenciones, pues en caso de ataque no tenía quien me ayudara. Ese fue el instinto que me salió en ese momento, el de la supervivencia, y no el sexual...
Milady, en la vida real, si yo estuviera en una playa solitaria, estoy segura de que cualquier visitante masculino no se pondría a tres metros de mí, y menos si el visitante tuviese el cuerpazo del de la foto.
ResponderEliminarPero esto es ficción; en este blog es ficción el 90% de lo que aparece o digo en él.
Y si unes fantasía y ficción pues da de resultado cosas como éstas, con las que a veces yo me lo paso genial redactando. Saludos!