Llevaba días sintiéndome atrapada: rodeada
de personas y cosas de las que no puedo escapar.
Eran las doce de la noche, salí al
lavadero y me quedé mirando las rejillas de la pared que daban al exterior.
Hacía frío, mucho frío…ese lavadero, gracias a la poco elegante idea del
constructor, parecía una jaula colgada en el exterior de la vivienda. Y como en
una jaula me sentía.
Me acerqué a una de las rejillas, la
que caía a la altura de mis ojos, y me quedé mirando como nacían y volvían a
morir una vez tras otra los chorros de una fuente que hay en una glorieta a
unos cien metros de mi ventana. Eso sí que era libertad, saltar como el agua en
cascada, caer en picado, y volver a renacer y saltar con fuerza renovada….
No me lo pensé dos veces, creo que ni
lo pensé. Me desnudé, bajé a la calle, caminé esos cien metros y me zambullí en
la fuente, paseándome por los diferentes chorros de agua. Los primeros
instantes fueron como cuchilladas profundas en la piel, el agua fría y la
temperatura de la noche en pleno diciembre no podían causar otra sensación.
Pero enseguida empecé a sentirme mejor, más libre, más yo.
No sé cómo ni por qué –aunque no vi a
nadie en la calle, alguien debió avisarles- apareció una patrulla de la policía
local. Uno de los agentes me ordenó salir de la fuente, me negué, insistió con
amenazas de entrar a buscarme, y el frío del agua y unas gotas de raciocinio me
hicieron recapacitar y salí, temblando incontroladamente.
El agente de la policía que me gritó
se quitó su trescuartos y me lo dio para que me abrigase. Me subieron al coche
patrulla y me llevaron a comisaría. Estuve en el calabozo alrededor de media
hora, aunque antes me trajeron una toalla para secarme y un chándal que
pertenecía al agente Fernández –el mismo que me prestó su chaqueta- y que me
estaba enorme, pero cumplía su función de abrigo.
Resultaba paradójico que todo aquello
hubiese sido una manera de expresar mi ansia de libertad, y que todo hubiese
acabado conmigo entre rejas.
Me trasladaron en el mismo coche
patrulla a un centro médico para que me practicaran analítica de sangre y
orina, para determinar qué sustancia tóxica o alucinógena había tomado para
cometer la locura de bañarme desnuda en diciembre en una fuente pública. Cosa
que evidentemente, quedó descartada.
Después una charla con un psicólogo
de la policía, para intentar averiguar si yo sufría alguna especie de paranoia,
depresión o desorden mental que me hubiese llevado a aquello. Nuevamente no
encontraron respuestas. Ni las iban a encontrar, no buscaban en la dirección
correcta.
Finalmente, todo acabó con una
denuncia por exhibicionismo y alteración del orden público (qué orden?) y una
multa que tendría que satisfacer al día siguiente.
El coche patrulla me acompañó a mi casa, un agente se quedó en él y el agente Fernández me acompañó a casa de una
vecina, que tenía copia de las llaves de mi casa.
Abrí la puerta, le invité a pasar y
tomar un café, me contestó que estaba de servicio. Hice ademán de quitarme la
sudadera del chándal para devolvérselo, y me dijo que no, que ya volvería a
buscarlo cuando acabase su turno.
Le pregunté: “Si invitas a follar a
un policía, eso es desacato a la autoridad? Y si cojo tus esposas y te encadeno
a mi cama, ¿eso es utilización indebida de la propiedad pública?”. Rió, con ese
sonido de algunas risas masculinas que tanto me excitan. “No, eso es una
invitación tentadora”, y se marchó.
Entré en mi casa. Me di una ducha
caliente, comí algo ligero, me lavé los dientes, me tumbé en el sofá frente al
televisor y sonó el timbre…..
Al abrir, allí estaba vestido de
paisano el excitante agente Fernández. Llevaba en su mano su porra
reglamentaria y unas esposas.
Pasó, nos dirigimos a mi habitación,
me desnudé, cogí las esposas y, casi sin darme cuenta, me vi con las muñecas
sujetas a mi cama.
Resultaba paradójico que me hubiese
excitado imaginando a aquel hombre esposado a mi cama, y ahora fuese yo la que
había acabado de aquella guisa.
Él se desnudaba, mirándome, sin
pronunciar palabra. Le pregunté si alguna vez había utilizado aquella porra, en
el cumplimiento de su trabajo. Y me dijo que no, que nunca lo había necesitado,
afortunadamente.
No sé si leyó mis pensamientos, o
intuyó mi deseo, pero cogió la porra y empezó a acariciarme muy suavemente,
todo mi sexo, que se mostraba totalmente abierto y dispuesto.
La sensación fría, dura, algo rugosa,
de la porra me hizo contraerme en un principio, pero poco a poco me dejé llevar
y empezó a resultar una experiencia placentera.
Cuando estaba a punto de correrme,
paró, tiró la porra a los pies de la cama y se quedó mirándome, mientras
acariciaba su glorioso pene.
Le pregunté por qué paraba, y me
dijo que quería ver en mi rostro y en mi cuerpo cómo deseaba que continuase,
hasta que llegase incluso a suplicarle. Le dije que “ni hablar!, no voy a
suplicar por eso!”
Se agachó entonces entre mis piernas,
las separó, y hundió su cabeza entre mis piernas. Sentí su lengua recorrer e
investigar todo mi coño, hasta que al final logró saber cómo y dónde debía
detenerse más. Yo no podía más, estaba a punto de estallar en su boca, y notaba
que cualquier movimiento algo brusco de mi pelvis hacía que las esposas se
tensasen y me hiciesen daño en las muñecas.
Él seguía lamiendo con la punta de su
lengua el punto exacto de mi placer, y cuando ya realmente no podía
más…..volvió a parar.
“Pero…..”, no acerté a decir nada
más. Estaba estupefacta y totalmente insatisfecha, quedándome ya en dos
ocasiones a la puerta del orgasmo, aunque hubiese entrado igualmente aunque
aquello fuesen las puertas del mismísimo infierno.
“Tendrás que suplicarme”, me repitió
él. Yo, que me moría por estallar, le dije que no, y que aquello era un caso
evidente de abuso de autoridad, rozando los límites de la tortura.
Ayudándome para no dañarme, me hizo
girar colocándome a cuatro patas, sin soltarme las esposas….. empezó a
acariciarme con sus dedos y sin aviso previo, introdujo lenta pero firmemente
toda su polla en mi coño.
Creo que tuve un primer espasmo de
placer en ese momento. Fue entrando y saliendo de mí, lentamente, mientras que
con sus manos abría y separaba mis nalgas, dejándolas solamente para con un
dedo acariciar el ano, que poco a poco se fue abriendo también ante él.
Seguía embistiéndome, aumentando
lentamente la velocidad y la presión, a medida que aumentaban también mi deseo,
mis gemidos, mis ganas por acabar llegando a la cumbre.
Si existía el acoplamiento perfecto
entre una polla y un coño, creo que se estaba produciendo en aquel momento. No
sobraba ni faltaba nada, los movimientos eran perfectos, las embestidas pura
delicia…. Y de pronto, sacó de mí su polla. Esta vez, además de estupefacta,
estaba cabreada,…. Las ganas del placer ya me dolían y no pude por menos que
suplicar, casi implorar: “¡Fóllame!, no pares….fóllame!”, y él así lo hizo.
Nunca antes perdí tanto la noción de
la realidad en mitad de un orgasmo. Y el placer fue tan intenso que casi me
daba miedo pensar si sería o no irrepetible.
No sé cuánto tiempo transcurrió con
su polla dentro de mí, y él reclinado sobre mi espalda, hasta que decidió
soltar mis esposas.
Se vistió, me puse una camiseta y le
acompañé a la puerta de mi casa. Al marcharse, me besó, intensa y
profundamente….no lo había hecho hasta ese momento.
Me arrodillé en mitad del pasillo, le
desabroché los pantalones y empecé a acariciarle la polla con mis manos. Enseguida
estuvo a punto, y entonces la introduje en mi boca, muy, muy despacio…. La
saqué de nuevo,….empecé a lamerla de arriba a
abajo, todo el contorno, su dulce capullo,….
Él empezó a gemir, sujetándome la
cabeza y se apoyó contra la pared, esperando probablemente estallar en mi boca.
Me levanté, me relamí los labios como
quien relame un sabroso plato, le besé en los labios y le dije que volviera
otro día suplicándome lo que no había acabado de darle en aquellos momentos.
Sonrió, se subió los pantalones y se
marchó.
Resultaba paradójico que, deseando
tanto comer, me hubiese quedado con hambre.
En alguna ocasión quise (en otras llegué a hacerlo) participar en algún concurso de microrelatos. Paradójicamente, me salen excesivamente largos para ello.
ResponderEliminarPues va siendo hora de que lo hagas por que son muy buenos, te lo digo yo. Anímate!!
ResponderEliminarBesos.
Javi Signum, alguna vez lo hice ya, pero....digamos, que con otra temática jejeje. Besos.
EliminarMe ha encantado tu relato.Besos
ResponderEliminarisabel SD, gracias! A mí me encanta el tipín que muestras en tu avatar. Besos.
EliminarQuién los sabe escribir largos, los sabe escribir cortos, sin embargo al revés es más dificil. A mi me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos varios.
P.D. ¿Abres el correo alguna vez?
Amowhor, yo sólo sé taquigrafía...o sea, darle al teclado (soy una simple secretaria).
EliminarSi estoy delante del ordenador, mi correo está abierto. ¿No me digas que me has enviado un correo que se me caen las gragas al suelo!!!!jajajaja
Ahora, en serio...si me has escrito hoy, probablemente no lo he recibido...hoy he padecido un intento de usurpación de mi cuenta.
Besos varios
¿Gragas? Yo me quedé en el tanga... Debo ser muy antiguo, jiji.
EliminarTe lo envié el día 29 de diciembre...
Como para tener prisa!
¿gragas? jajaja, lo que hacen los nervios.
EliminarCorreos del 29 revisados...nada tuyo! sniff
Sorry, el día 28.
EliminarAmowhor, tampoco, pero jajaja....ya lo pillo: el 28 fue el dia de los santos inocentes!!!!! Ains, si es que siempre pico
EliminarNo querida, no era una inocentada... En fin, sobreviviras sin el.
EliminarPues si es irrepetible, esperaré al próximo 28 de diciembre!
EliminarHombre Amowhor, ya que se lo has comentado yo le volveria a enviar el correo... Eso es poner la miel en los labios!!!
EliminarElla es muy dulce... No hay problema!
EliminarUna passada el relat!!! Això sí, com a microconte t'ha quedat un pelt llarg... ;)
ResponderEliminarPetonets Guapeta
Ssshhh, pues éste se va a quedar así, que no está la cosa para más recortes jejeje. Petonets
EliminarUn relato excitante... aunque el final, me ha dejado a medias.
ResponderEliminarBeso.
Teo, precisamente ésa era la intención: dejar a medias. No a ti, faltaría más!
ResponderEliminarSino al susodicho, que la dejó a ella a medias en dos ocasiones seguidas.
Vengativa que es una ....a veces. Beso.
Dulce tortura, y muy efectiva.
ResponderEliminarCuando llega el orgasmo despues de varios amagos, es altamente satisfactorio.
Torpe Mán, a que sí? Parece que la hubieras probado...
EliminarGUAU!!! MENUDA HISTORIA,,, REALMENTE EXCITANTE,, ESPERO QUE NO TE HAYAS RESFRIADO CON ESE BAÑO FRESQUITO,,, JEJEJEJEJE...
ResponderEliminarY QUE MALA ERES DEJANDO ASÍ AL POLI,,, CLARO QUE DONDE LAS DAN LAS TOMAN Y ASÍ VOLVERÁ OTRO DÍA A TÍ.
UN BESAZO BELKIS!!!
Lord Shadow, si es que ya lo dice el dicho: la policía no es tonta, jejejeje
EliminarBesazo
Sembla mentida lo que l'aigua freda pot arribar a escalfar.....
ResponderEliminarJoan Gasull, y más si el agua es a chorro
EliminarEstimada Amiga Belkis:
ResponderEliminar"A nivel legal la aceptación de la desnudez en lugares públicos fue superada en 1989 con la abolición del escándalo público como delito de nuestro Código Penal, y confirmada su desaparición en el Código de 1995. Nuestros legisladores ya dejaron claro hace más de 20 años que la desnudez no podía ser objeto de criminalización en un estado de derecho como el nuestro" (Blog de la Federación Española de Naturismo).
Aunque alguno de nuestros ayuntamientos pretende legislar estos aspectos de la convivencia ciudadana, no tienen capacidad de hacerlo. En España, salir desnudo a la calle es perfectamente legal. Es nuestro derecho y nuestra libertad.
Ahora bien, en muchos casos se aplica la "resistencia a la autoridad" como excusa para multar o sancionar al nudista callejero.
Digo esto porque de buen grado me habría unido a usted en ese baño nocturno. ;) y aprovecho para animar a todos los lectores y lectoras de su estupendo relato a no cortarse y a lanzarse desnudos y desnudas a las calles y las fuentes a disfrutar de la libertad de ser uno mismo.
Igual conocemos gente interesante al hacerlo. Como usted.
Besos
ResponderEliminarEstimado Sr. Chuan Che Tzú, me encanta la gente liberal que exhibe su cuerpo sin ningún pudor. Y, aunque he de reconocer que yo no me atrevería (fíjese usted que esto está bajo la etiqueta "Relatos", sólo es eso), me maravilla la gente capaz de hacerlo.
No está tan permitido el nudismo como usted indica; fíjese por ejemplo en el siguiente enlace, que hace mención al lugar donde resido:
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/prohibido-ir-desnudo-banador-barcelona/csrcsrpor/20110429csrcsrsoc_8/Tes
Y, si lo que pretendía era causarme impresión e invitarle a bañarse conmigo en la fuente que hay enfrente de mi casa (único dato real de esta historia), pues..... lo ha conseguido! jajajaja.
PD: A veces, sólo a veces, me pone que me hablen de usted.
Estimada Amiga Belkis:
ResponderEliminarEse tipo de normativa está recurrida (parte de la enoorme labor de la Federación Española de Naturismo, que puede verse en http://fen-naturismo.blogspot.com.es/2011/07/la-fen-demanda-al-ayuntamiento-de.html) y en buena parte ganada ante los tribunales correspondientes ya que los Ayuntamientos no tienen potestad para legislar sobre normas de rango superior.
Lástima lo de Barcelona, que en tiempos fue un ejemplo europeo de respeto a las libertades individuales y sigue siendo sede de una de las pocas asociaciones por el derecho a la desnudez en público (http://www.telefonica.net/web2/addan/triptic/tripcat0base.htm) .
Por otro lado, agradezco enormemente su invitación... aunque me aterra la posible aparición del interesante policía de su relato. .. XD
Besos
Chuan, tú ven y por el poli no te preocupes. O le invitamos a la fiesta, o le dejamos que siga cumpliendo con el deber y tal y tal.
Eliminar(Voy a mirarme estos enlaces)
Genial relato que se lee solo, es decir que no es a mi parecer largo.
ResponderEliminarEsa la parte técnica, la otra es que me ha dado una sana envidia además me trae el recuedo de nuestro camping nudista de todos los años.
Un abrazo
efe, gracias, de veras.
EliminarEl nudismo en diciembre no es muy apetecible, no? Abrazo.
Cada vez que pienso -a veces por vuestros escritos- en la libertad sexual...medito sobre la libertad de los animales.
ResponderEliminarEl anónimo anterior lo he escrito yo que me llamo Moni.
ResponderEliminarMoni, yo creo que los animales tienen generalmente más libertad sexual que nosotros. Abrazo.
EliminarCollons amb l'agente Fernández! Aquest que seria… el poli "bueno" o el poli "malo"?
ResponderEliminarMolt bo, Belkis. Felicitats! ; )
Jaume, qué...qué...qué...qué sorpresa! jejeje
EliminarYo creo que este poli es bueno, aunque intentó hacerse el malo durante un rato.
Saludos
Wawwwww q rico!!!!!!!!!! Me encanta ese encuentro con los grilletes mmmmmmmmmmmmmm
ResponderEliminar¿A que sí, Gùde?
EliminarY la porra también tiene su puntazo, eh?