domingo, 25 de noviembre de 2012

Broche de fuego



   Esto viene de aquí y de aquí.

Durante las cinco tardes siguientes de mi estancia, follamos por varios rincones de bosques y caminos solitarios. Recuerdo especialmente la última tarde en que bajamos a la orilla del río, me desnudó y me hizo reclinarme dándole la espalda sobre una gran roca. Después de acariciarme y estimularme convenientemente, me folló analmente. Sus embestidas eran regulares y firmes, y a cada una de ellas mi sexo húmedo chocaba contra la roca. Cuando yo estaba a punto de correrme –hasta ahora siempre conseguía que yo llegase antes que él- sus perros, que ya me tenían como amiga, lamían mis pies descalzos, añadiendo una nueva sensación. El estallido final fue sublime.

Me incorporé y empecé a practicarle una felación que, dada su excitación, duraría muy poco. Así es que estuve alerta y en su momento culminante, agarré su pene y apunté hacia la roca, para que su semen quedase allí, impregnando la roca, como la impregnaron mis jugos. Como los enamorados graban sus iniciales en el tronco de un árbol, quise que la señal de nuestro deseo quedase allí también, aunque no fuese permanentemente.
Cuando nos vestíamos, le pedí que si quería venir a cenar aquella noche a mi casa, como despedida, pues a la mañana siguiente yo me marcharía de allí. Le dije que yo prepararía la cena y que él, a cambio, tendría que encender la chimenea de la casa, que yo no había sido capaz de encender. Descubrí que estaba casado y que quizás tendría problemas para venir, pero aceptó. Me dijo “de acuerdo, te enseñaré a follar”.
Esa frase me dejó algo descolocada. ¿Qué quiso decir? ¿Tan mal había estado yo haciéndolo? ¿Cómo llamaba a aquello: “jugar a las casitas”?

No sé por qué pero follar delante del fuego siempre había sido para mí una fantasía recurrente, teóricamente fácil de llevar a la práctica, y prácticamente imposible de realizar.
Cuando llegó, yo ya tenía la cena lista, y ya estaba duchada, algo de maquillaje, perfumada,… Él me besó, literalmente se comió mi boca y se dirigió hacia la chimenea, para encenderla. Iba dándome instrucciones de cómo hacerlo, “y ahora con este cacharro, que se llama fuelle, se le echa aire, reavivando el fuego, por eso a esto se le llama follar, entiendes?”. ¡Era eso, follar era eso!


Mientras cenábamos y bebíamos vino, íbamos charlando, una conversación distendida, reíamos. Su risa era una de las cosas que más me excitaba. Entonces le expliqué lo de mi fantasía, aunque sin poder darle una explicación.
Nos sentamos frente al fuego y durante unos segundos nos quedamos callados, oyendo el crepitar de la leña en el fuego. Empezó a besarme, mientras que sus manos me recorrían por debajo de la ropa, en aquellos lugares donde la ropa no lo impedía. El deseo nació y creció rápidamente, probablemente es que estaba contínuamente latente.


Nos tumbamos en el suelo, frente al fuego. El calor de la chimenea, y el calor que nos nacía de dentro, hizo que nos fuésemos desnudando el uno al otro, sin parar de besarnos en ningún momento, a veces mordiéndonos y otras chupándonos.

Tumbada contra el suelo, él se reclinó sobre mí y empezó a recorrer con su lengua todo mi cuerpo. Se detuvo bastante tiempo en mi cuello, se recreó en mis pezones, lamiéndolos, succionándolos, mordisqueándolos levemente, mientras los masajeaba con sus manos. Creí volverme loca mientras bajaba por mi vientre y, en lugar de ir al centro donde yo le deseaba, dio un rodeo, besando mis muslos, mis rodillas y mordisqueando los dedos de mis pies. Volvió a deshacer el camino, y esta vez sí, empujó mis muslos haciendo que me abriese totalmente a él.

Sentir su lengua sabia y cálida en mi sexo ardiente me hizo comprender el por qué de mi fantasía: era sentir el calor que venía desde fuera hacia adentro, y el que salía de dentro hacia fuera, desde el propio cuerpo, fruto de una excitación suprema. Y era la luz: sólo el color del fuego alumbraba nuestros cuerpos.
Después de hundirse entre mis piernas, después de desear que se quedase allí permanentemente, estallé; él no se apartó, y se bebió de un trago el orgasmo que le brindé.



Me incorporé, quería follármelo, cabalgar sobre él, pero él me empujó repentinamente contra el sofá y hundió todo su pene en mí, de una sola embestida, fuerte y certera. Yo me sujetaba a él, rodeándole con mis piernas, apretándome contra él, acariciando su espalda, mordiendo sus hombros,… y sentí una sensación difícilmente repetible cuando le sentí caliente dentro de mí, y le vi como un ser de fuego por el color anaranjado de la estancia y las llamas reflejándose en su piel.


Al acabar, buscó un bolígrafo en su chaqueta y escribió su número de teléfono en mi culo. Volvimos a reir. Se vistió y nos despedimos. Creo que los dos intuíamos que no sería para siempre. Se vistió y se marchó; alguien lo esperaba en otra cama.
Desnuda, me senté en el sofá, frente al fuego y encendí un cigarrillo. Fantasía ardiente y caliente satisfecha. Todos los buenos momentos tienen su broche de oro; yo tuve mi broche de fuego.

27 comentarios:

  1. El fuego siempre enciende la pasión...

    ... y cuando se sabe controlar, nunca quema.

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    1. Manolo Blog, últimamente no me importaría quemarme, al menos sería señal de que he estado jugando con fuego.

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  2. Sort que el foc l'heu guardat per casa...al bosc és molt perillós!!!
    M'ha agradat molt tot el relat. Fantasia o no ho fas molt bé.
    Petonets

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    1. Ssshhh, te quedan dudas? Te las aclaro: fantasía total. Petonets.

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  3. abans de dutxar-te còpia el número escrit a boli en tant preuada part anatòmica del cos, mai es tard per avisar a que et vinguin a encendre el foc

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    1. Joan Gasull, si es que yo tengo calefacción central....así me va!

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  4. Lo que no haga el fuego... Incluso descubriste el otro significado de follar, igual que yo, lo desconocía.
    Besos.

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    1. Javi Signum, nunca te acostarás sin follar una cosa más. Digo saber, saber. Besos.

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  5. Broche de fuego, madre mía ¡sublime! no se me ocurre nada más.
    estoy sin palabras... y sin aliento

    Felicidades a tí y a tu follador por tan "encendido" polvo, qué digo polvo: polvazo!

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    1. Vlixes, sabes? Lo de la chimenea es una fantasía mía: mira, que me apetece a mí arder con el fuego ardiendo. Y lo del follador, pues existe...es alguien real, pero de momento sólo folla en todos los sentidos en mi imaginación.

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  6. Aclaro que sí, follar y follador existen:

    http://lema.rae.es/drae/?val=follador

    (De follar1).

    1. m. Operario que afuella en una fragua.

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    1. Gracias por la aclaración, no me vayan a censurar el blog que ya, ya,...ya hablaré pronto de eso.

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  7. ¡Últimamente estás que ardes! Y propagas el fuego, ¡pirómana!

    Ejem... una cosita, ¿el número de teléfono te lo tuviste que mirar a través de un espejo? ¿Lo escribió ya valorando esa eventualidad? Lo digo porque ha sonado todo el tiempo el mío, y venga sms de ¿encedemos otra vez la chimenea, baby? A ver si resulta que has marcado al revés :P

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    1. Uol Free, claro, era eso: la imagen invertida del espejo! Por eso no venían a incendiarme de nuevo.

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  8. Madre mia Belkis como andas, ha sido un relato explosivo, tambien desconocia que darle al fuelle para encender el fuego se llamase follar, otra cosa aprendida, muy buen relato cielo, cada vez escribes mejor

    besotessss

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    1. Adis, escribir no sé, pero sí...cada vez estoy más salida, de eso no me caben dudas. Besotes.

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  9. Me quedo con esa llama que arde en ti...

    Con la llama de esos dos amantes...

    Y en esa llama en la chimenea... que quema y caldea esa estancia repleta de pasión.

    Beso.

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    1. Teo, qué bonito y excitante. ¿Tú no tendrás chimenea, verdad? Beso.

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    2. No, como mucho un pequeño calefactor...

      Pero pagando... San Pedro canta. Y existen unas casas rurales... de ensueño.

      Beso.

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  10. JAJAJAJA... LA PALABRA FOLLAR,,, TIENE VARIAS DEFINICIONES MUY DISTINTAS ENTRE SI.
    Y PARECE QUE TE ENSEÑARON A FOLLAR MUY BIEN Y DESPUES TE FOLLARON DE MARAVILLA FRENTE A FUEGO,,,, JEJEJEJEJE,,, COMO BIEN HAS DICHO UN GRAN BROCHE DE FUEGO PARA ESTA ENTRAÑABLE HISTORIA.
    ¿VOLVERAN A VERSE?

    UN BESAZO BELKIS!!!

    UN BESAZO BELKIS

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    1. Lord Shadow, toooda la noche follando, de una u otra manera jajaja.
      No sé si volverán a ver...a mí me da que no. Besazo

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  11. El fuego es un escenario sorprendentemente sexual.
    Bonito relato de una velada especial.

    Saludos

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    1. efe, cierto, enciende lo ya encendido aún más, si cabe. Pero vamos, repito que fantasía solamente. Saludos.

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  12. Y claro él te dijo: "Te enseñaré a follar". Estará convencido que eres una mujer que nunca has disfrutado del sexo o que has disfrutado poco. Eso te dió que pensar. A varias se lo he dicho yo a algunas mujeres antes de comenzar las sesiones de amor.
    Moni.

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  13. mmmmm. el calor del fuego de un hogar sobre la piel desnuda... el calor del sol sobre el cuerpo mojado en una playa... sensaciones a las que soy adicto...
    Lástima que se prodiguen poco.

    Por cierto, si no recuerdo mal, "Follar" también tenía otro significado, quizá del gusto de nuestro común amigo el Sr. Prepuzio: "expeler una ventosidad sin ruido"... ;)

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  14. Tengo que salir a pasear por el bosque más a menudo...

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  15. Tras esta semana que ambos sabemos que es mejor olvidar, seguro que por prescripción facultativa para alejarse nuevamente del tedio y medicarse, Ella volverá al campo... un fin de semana de cuatro días al menos, ya que debe incrementar la dosis, en el bosque, en el campo, en el rio, en la roca, en el fuego... ummmm! Esperamos ese cuarta esencia....

    Un beso en tus labios.

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Me excitan las palabras... así es que no olvides dejar alguna.