Nos atraíamos y nos hicimos amantes.
Teníamos bastantes cosas en común:
los dos estábamos casados, los dos teníamos hijos y los dos estábamos hartos de
la rutina con nuestra pareja.
La primera vez que nos vimos quedamos
para cenar, en un pueblo algo alejado del que vivíamos. Queríamos evitar
encontrarnos con alguien conocido. La cena transcurrió con total normalidad,
charlando sobre varios temas pero parecía más el encuentro entre dos amigos que
entre un hombre y una mujer que buscaban compartir algo más que mesa y mantel.
Salimos del restaurante, nos besamos
y cada uno se dirigió a su coche. Quedamos en volver a vernos, el próximo
viernes (los viernes era el día que mejor nos iba a los dos por circunstancias
personales y familiares).
Al viernes siguiente quedamos en un
hotel. Él me mandó un sms con la dirección y el número de la habitación,
indicándome que él me estaría esperando en ella. Subí ansiosa y nerviosa, y
casi no me atrevía a mirar a los ojos de aquellos con quienes me cruzaba. Llamé
a la puerta, me abrió, me besó y me pidió que me desnudase.
¿Así, sin más? ¿Sin precalentamiento?
Me enseñó un bote pequeño que llevaba
en sus manos. Era aceite, con olor a no sé qué flores del paraíso, pero era un
aroma embriagador. Me dijo que sólo quería darme un masaje y que sólo me
follaría si yo se lo pedía.
Me desnudé y me tumbé hacia abajo en
la cama. Vertió una pequeña cantidad en sus manos y empezó a extenderla por
todo mi cuerpo. Luego me di la vuelta e hizo lo mismo, y yo mordía mis labios,
me moría de placer pero no quería pedirle aún que me follara, quería disfrutar
más de sus manos, recorriéndome.
El viernes de la semana siguiente fui
yo quien intentó sorprenderle. Nos vimos en un hotel diferente. Compré unas
cuerdas y cuando llegó le pedí que se desnudase completamente y después le até
brazos y piernas a la cama.
Le dije que me moría por ver cómo su
polla iba poniéndose erecta, dura, y todo ello sin que él pudiese tocarme ni
tocarse. Me desnudé delante de él, empecé a acariciar mis pechos, a pellizcar
suavemente mis pezones, bajé las manos despacio por mi vientre, y me masturbé.
Tranquilamente, enfrente de él, mientras mi mirada iba ansiosa de sus ojos a su
polla que, evidentemente, creció y creció, antes de que mi boca ávida le diese
su merecido.
Otro de nuestros viernes estábamos
realmente cansados por una semana laboral agotadora; estuvimos a punto de
anular nuestra cita. Acordamos que veríamos tranquilamente una película en la
tele, una de terror, nuestras preferidas, y luego haríamos lo que nos pidiese
el cuerpo. Pero ese día, nada más entrar en la habitación, él me empujó contra
la pared, me sacó zapatos y medias, y allí mismo de pie empezó a comerme el
coño como nunca antes lo había hecho. Me corrí contra la pared, sintiendo en el
último momento que las fuerzas abandonaban mis piernas y que caería allí mismo
arrodillada. Entonces él me izó, yo rodeé su cuerpo con mis piernas,
apretándome fuertemente contra él, y de esta manera follamos, de pie, golpeando
la pared, como locos sedientos, sin tiempo ni siquiera para llegar a la cama
que estaba a escasos dos metros.
Otra semana, en otro hotel, yo llegué
antes que él y fui a darme una ducha. No sé cómo convenció al conserje de que
le abriese, pero entró en la habitación y se desnudó sin que yo me enterase.
Entró en el baño, dándome un gran susto, y se metió conmigo en la ducha. Nos
dimos cuenta que no éramos tan jóvenes ni ágiles para follar apasionadamente
impregnados en jabón y con el suelo de la bañera tan resbaladizo, pero
encontramos la manera. Y una vez él me hubo enjabonado toda con sus manos
suaves, e hidratado y estimulado convenientemente mi culo, me agaché, me agarré
a una barandilla de seguridad que afortunadamente estaba colocada en la pared,
y me lo folló fuertemente, pero todo sonaba, olía y se sentía maravilloso,
mientras el agua nos iba cayendo encima.
Fueron varias semanas de pasión,deseo, lujuria, sexo, excitación, erotismo… hasta este viernes pasado.
Después de tener tres polvos seguidos
(algo extremo en él) y a cada cual mejor, nos abrazamos y nos besamos
profundamente. Él apartó el pelo de mi cara y me habló al oído
- Querida, yo creo que ya hemos cumplido con creces lo que nos recomendó la psicóloga, ¿no crees? Es que esta terapia de pareja nos está costando una pasta entre hoteles y canguros para los niños.
- Querida, yo creo que ya hemos cumplido con creces lo que nos recomendó la psicóloga, ¿no crees? Es que esta terapia de pareja nos está costando una pasta entre hoteles y canguros para los niños.
No sé si tenía razón, no sé si habíamos recuperado algo o no, ni siquiera sé si es nuestra rutinaria cama la que nos llevó a aquel estado de dejadez y abandono. Si la terapia ha tenido buen éxito o no, lo sabré el próximo viernes, en que después de muchas semanas, volveremos a compartir juntos nuestra cama.
Como terapia de pareja puede resultar un poco caro, aunque si el resultado es bueno habrá valido la pena.
ResponderEliminarM'ha sobtat molt el final, de veritat.
Petonets Guapeta
que ha funcionat està més que clar....el que no sabem és si continuarà funcionant o no...El plaer ja no els hi treu ningú
ResponderEliminarUN GRAN RELATO,,, EXCITANTE Y ERÓTICO!!!
ResponderEliminarUNA BUENA TERÁPIA,, PARA ACABAR CON LA MONOTONÍA Y EL ABURRIMIENTO,,, LA CUESTIÓN ES SI HA FUNCIONADO O TENDRÁN QUE SEGUIR CON ELLA, AUNQUE SEA ALGO CARA...
UN PLACER HABER LEIDO ESTE RELATO,,, UN BESAZO!!!
Sublime,me gustaria entender a los otros blogeros pero no puedo.Julio.
ResponderEliminarMe ha gustado y excitado amiga Belkis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ssshhh, hoy en día no sé si muchos podrían permitirse esa terapia y menos aún, sin tener un resultado positivo garantizado.
ResponderEliminarDe todos modos, es excitante aunque sólo sea como juego sexual, tener alguna vez una aventura con la propia pareja -esto no es nuevo, se ha visto ya incluso en el cine:
http://www.youtube.com/watch?v=wckQJklXPIg
Besos
Joan Gasull, jo apostaria a que no funciona.
Lord Shadow, pues no lo sé, no tengo ni idea. Si ella tiene dudas al volver a su cama, quizás no funcione. Muchos malos recuerdos y noches solitarias vividas en ella, quizás. También podrían cambiar el dormitorio! Besos.
Julio, yo te traduzco: Ssshhh dice que se ha sorprendido con el final. Y Joan Gasull dice que no se sabe si funcionará o no, pero el placer ya se lo han llevado. Tú sí que eres sublime! Besos.
Anastasio Prepuzio, a mí me ha excitado su presencia aquí.
Belkis, querida, siempre nos llevás a excitarnos, muy bueno el relato,
ResponderEliminarYo apuesto a que algo nuevo y bueno surge entre los dos.
A nosotros nos funciona cortar con las situaciones rutinarias o de malestar saliendo de la escena, y, sobre todo, teniendo una noche de sexo, si es fumados mejor...
besos
ella
si podés, agregale a la entrada, el seguimiento por correo electrónico
ResponderEliminarbesos
ella
Nosotrosdos (ella), es que vuestro caso es tan auténtico y genial! Sóis la antítesis al tipo de pareja en el que me inspiré.
ResponderEliminarBesos a ambos.
PD: Desde que blogger cambió su nueva interfaz, ando algo perdida, la verdad. Por ejemplo, muchos blogs que he seguido desde hace tiempo, sólo puedo dejarles un comentario si entro desde el Chrome. Otros, para permitirme el seguimiento por correo, me exige la escritura de esas dos palabritas encriptadas que me pone un pelín de los nervios. Pero otros, en cambio, permite el seguimiento desde cualquier navegador, con o sin palabras de comprobación. No lo entiendo, la verdad.
Si algún voluntario-a me lo puede aclarar, que me mande un correo o que me invite a cenar a su casa jajajaja ;)
La imaginación puede con todo, querida Belkis. Y otra vez más, me ha encantado, el relato y las fotos. Ojalá pudiera saber cual es el problema del blogger ;)
ResponderEliminarExplorador, no sé quien dijo "la imaginación al poder".
ResponderEliminarSí, la verdad es que sigo sin resolver el problema. Besos.
Una terapia de estas cada cierto tiempo sería recomendable en la vida de (casi) todos.
ResponderEliminarGuille, recomendable y además efectiva para parejas que no acaban de funcionar bien por algún problemilla elemental como pueda ser el estrés, el exceso de obligaciones y responsabilidades...en este caso se necesita salir, huir por unas horas.
ResponderEliminarCuando lo que se instala en tu cama es la incomprensión, la incomunicación, la rutina pegajosa...eso difícilmente lo salva una escapada de fin de semana. Ni nada, vamos, creo yo. Beso.
...me pido los jueves...
ResponderEliminar(s)
soydecolores, hecho! Quedamos pasado mañana? jejeje. Besos.
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