sábado, 3 de julio de 2010

Energía renovable


Como cada verano, me encanta ir a la piscina o a la playa. En realidad, lo que me gusta es tomar el sol.
Sentir ese calor intenso sobre la piel hace que me vaya recorriendo una especie de placer de pies a cabeza. Cuando la piel parece que está llegando a su límite de aguante, entonces una ducha refrescante o unas brazadas en el agua.
Vuelvo a sentirme fresca como una rosa. Y otra vez, a la parrilla, vuelta y vuelta.
Y así me puedo tirar varias horas con las consabidas paradas para comer, fumar, tomar café o charlar con algún conocido.
Esa sensación de abandonarme, de casi total entrega a los rayos de sol, me recarga de energías. Creo que todo tiene una explicación y es que los rayos de sol reactivan no sé qué vitamina que influye en el optimismo.
A la vuelta a casa, entre el calor, el cansancio, parece que las fuerzas me abandonaran. Una ducha tibia, una buena dosis de crema hidratante, una cena no muy copiosa,….. y al cabo de un par de horas la energía que fui recibiendo, como si de una placa solar se tratase todo mi cuerpo, se reactiva.
La temperatura corporal sufrida se transforma en explosión de deseo. No me falla nunca.
Ir un día a tomar el sol significa tener unas ganas locas de follar por la noche. Y no importa si algunas zonas de mi piel están enrojecidas y puedo sufrir dolor. Eso es un riesgo secundario. Se trata de una energía recibida que explosiona, y que ha de ser liberada. Y no de cualquier manera; no me serviría irme a hacer footing a medianoche. Es sexo…y si no puede ser en buena compañía, tendrá que ser en solitario.
Y si no se libera toda la energía, ahí quedará almacenada….. no corren tiempos para ir derrochándola.

16 comentarios:

  1. Entiendo el tono general del post, y me parece muy lógico y coherente (yo podría contar mi película). Lo que me preocupa -y es tu caso y el de mucha otra gente- es que mencionas con alegría el consumo de varias cosucas que son demostradamente cancerígenas. Muy peligrosas. Salvo el orgasmo. El orgasmo parece que no lo es, pero no salva de lo otro.

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  2. Alonso, supongo que debo agradecer tu preocupación, así es que lo hago. Un beso.

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  3. Hoy la vi de nuevo; ahí, sobre la plateada arena de la playa. Al regreso de mi desandado paseo playero, me regala su imagen desnuda sobre la tela de mi retina.
    Son las 8h30 de la mañana, miro a mi izquierda, a la derecha, todo mar. Al caminar sobre la orilla del mar, notando el cosquilleo de esas olas en saludos de buenos días, miro a la izquierda donde, invisiblemente, observo la silueta de su cuerpo sobre la arena, esa huella que quedó dibujada en mi retina el pasado año.
    Son las 12h 40 del mediodía, mis pasos desandados se acercan a esa silueta imaginada de su cuerpo desnudo: una piel enrojecida por los primeros rayos de sol del año; unos pechos blancos y en su volcán, la aureola ensombrecida que, como presintiendo mi cercanía, se abren sus pezones firmes y fuertes a mis callados suspiros de deseo. Su vientre respira en composición de un vals en calma, sin prisa; arriba, abajo. Abajo, como su bajo vientre erizado de vergel en oasis sobre la arena; como gotas de rocío, unas pequeñas gotas de sudor, establecidas por el rey astro, iluminan en tras luz de los rayos solares, las tiernas paredes de unos labios entreabiertos.
    A ese hora, cuando las olas del mar, cansadas y calientes, se retiran a su mar, más allá de mi izquierda, queda ahí, sobre la arena, su cuerpo desnudo sin huella: sus muslos abiertos, sus pechos despiertos; su boca entreabierta y sus labios, todos sus labios saboreando el dulce de mis besos y el frescor caliente, como explosión, de esa follada liberación.
    Esta noche, repasaremos el camino de la mañana, a esa hora donde las olas llegan solas, liberadas.

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  4. Am, qué, qué,....qué bonito! ¡y qué abierta me he quedado! Ahora no estoy segura de si me excita más a la luz del sol o a la luz de la luna

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  5. belkis, es que el día que me veas fumando, ese día me verás tomando el sol. Ya puestos. Ambas cosas son cojonudas para la piel, como sabrás.

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  6. La de veces que he parado en un pinar, a la salida de la playa, a echar un casquete en el asiento trasero del coche, como un lozano adolescente.
    Y no tiene nada de culpa el influjo del sol, ni la integración con la naturaleza. Porque cuando más me siento atacado por el golpetazo de calor, es el día que he tenido guapas vecinas de playa, con esculturales cuerpos preservados púdicamente por una escuálida tanguita.
    IIIIIJJJAAAAAA!

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  7. Alonso, toma un día el sol, tumbado a mi lado, desnudos o semi...y toca mi piel....luego dime si el sol me la estropea.
    Y después de....no hará falta te que fumes un cigarro, pero yo sí, claro jajaja.

    Toy, todo influye, el calor, el llevar menos ropa...el verano es muy prolífico. Lástima que yo no tenga un pinar a mano.

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  8. Desde ahora miraré a las mujeres que toman el sol en la playa de otra forma más sexual. Hasta ahora no comprendía a las mujeres ese afán de tomar el solato del que yo trato de taparme con camisetas, sombrillas,gorra...inmediatamente después del baño.
    Se de mujeres que ni siquiera se bañan, les basta tomar el sol.
    Y como dices, esas ganas que te enttran de hacer el amor, forma parte del sistema humano o mundano de la procreación.
    Con tu permiso, pruebo esas uvas, quito lo que queda de racimo y te doy un gran beso en el mejor meollo.

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  9. Goriot, yo sí; yo sí necesito remojarme de tanto en tanto.
    No estoy de acuerdo en lo de la procreación. El sexo es sólo sexo, placer. Mayor aún si va acompañado de algo más, como los sentimientos.
    Pero procrear....es sólo una función más del sexo y ni mucho menos la principal.
    En cuanto a las uvas, come, come...que están fresquitas. Aunque notarás que la temperatura aumenta a medida que el racimo se vaya acabando.
    Espero que a la dueña, que no soy yo, no le importe.
    Besinos

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  10. Que no, belkis, que no. Que no tomo el sol contigo (ni sin ti), y menos desnudo. Y si tú estás fumando, yo me salgo del cuarto. Que es que tienes que darte cuenta de que somos incompatibles. In-com-pa-ti-bles. Es un fastidio, pero no parece haber remedio. Hablando de pieles, deberías tú tocar la mía, no digo más. Y por favor, no me sobrestimes. Yo, sexualmente, nada. Cero. Cero borriquero. Mi relación actual con las mujeres es sólo charlar y pasear, y ya en lo segundo se lo piensan (no hay candidatas). Qué se le va a hacer. Soy Alonso, el peripatético sólito.

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  11. Pues nada, Alonso...tú te lo pierdes! jajaja, es coña.
    Por supuesto que somos incompatibles, pero no digas que es porque fumo y tomo el sol...eso sí que queda patético.

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  12. Lo has explicado muy bien, yo siento lo mismo, me identifico contigo. Y aquí, en galicia, como hay menos de esos días de sol, pues no veas cómo lo valoro.

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  13. Gracias susana. Empezaba a sentirme -una vez más- como una especie de bicho raro.
    Vente para el este una temporadita, para el Mediterráneo.

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  14. Ya lo decía mi abuela que era una señora muy sabia: "Lo mejor del sol... ¡La sombra!" Y yo sigo sus consejos a rajatabla.
    y, ¿crees Belkis, que esa explosión de deseo es consecuencia de tomar el sol? Yo diría que es la guinda que el cuerpo pide tras un día de feliz relajación (aunque haya sido a la sombra).
    Un beso.

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  15. Esttivalia, pues no discutiré yo los sabios consejos de tu abuela, pero a mí me pasa cuanto más sol tomo.
    Cuanto más me torro por fuera, más por dentro también.

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Me excitan las palabras... así es que no olvides dejar alguna.