domingo, 28 de febrero de 2010

En el campo de batalla, por Esttivalia


Le aburría bastante ir a aquellos tediosos congresos, pero debía acudir a ellos dos o tres veces al año. Raquel era propietaria de una empresa de servicios informáticos y no podía perderse ninguna de las nuevas aplicaciones que salieran al mercado.

Preparó con cuidado lo que debería llevar, no sin antes consultar el tiempo que haría en Burgos esos días: Frío, como era de esperar en febrero, pero soleado. Burgos... nunca había estado allí... aprovecharía para conocer la ciudad. Se rió al pensar en el último congreso al que acudió en tierras más cálidas y en cómo terminó... “Tomás, un conversador maravilloso pero un desastre en la cama, jajajaja”.

Llegó a Burgos y se instaló cómodamente en el hotel. La primera conferencia sería al día siguiente después de comer, así que tendría tiempo por la mañana de hacer un recorrido turístico. Aunque no era tarde, ahora estaba demasiado cansada. Se dio un baño y pidió que le subieran la cena a la habitación. Al acabar de cenar encendió el portátil y consultó su correo, hizo un par de llamadas y escribió en el buscador: “turismo Burgos”. Le gustó la ruta del Cid por la ciudad. El personaje del Cid le apasionaba desde niña... caballerosidad, valentía, honor, inteligencia, heroísmo, nobleza... seguía admirando esas cualidades en un hombre, incluso la ruda aspereza del guerrero ejercía sobre ella una fascinación indecible.

Se acostó riéndose de sí misma: “Raquel, tienes 35 años y vas a dormir sola por haberte enfrascado en leyendas de caballeros medievales que no van a venir a acostarse contigo. No tienes remedio.”

El sol la despertó temprano. Una ducha casi fría acabó por despertarla del todo. Rápidamente se vistió, tomó el desayuno en la cafetería y echó a andar disfrutando del aire gélido de la cuidad.

Miró su reflejo al pasar por un escaparate. Apenas se había maquillado pero la impresión fue buena. El vaquero ajustado le quedaba bien, se adaptaba a sus bonitas caderas y aquella cazadora corta realzaba sus largas piernas. Llevaba zapatos sin tacón y, con el pelo recogido en una coleta alta, tenía un aire juvenil y desenfadado que le gustaba. Se sabía una mujer atractiva y continuó caminando segura de sí misma.

La explanada del castillo a las 9 de la mañana estaba prácticamente desierta. La vista de la ciudad era maravillosa y buscó su cámara de fotos. Fotografió todos los ángulos y perspectivas y, tan absorta estaba, que se sobresaltó cuando una sensual voz masculina dijo detrás de ella:

- Estás contemplando la cuna de Castilla y una de las catedrales góticas más hermosas del mundo. ¿de dónde eres?

Se giró y quedó atrapada en aquellos ojos que la miraban profundamente.

- Estoy de paso en viaje de negocios, ¿tú eres burgalés?.
- Sí, y tengo la mañana libre... ¿te gustaría tener un guía? – preguntó con una sonrisa traviesa y prometedora.

Por la cabeza de Raquel circularon a toda velocidad imágenes de caballeros y damas medievales, de batallas y reconquistas... El hombre era interesante... guapo y bien educado... parecía culto... podría ser una bonita aventura, ¿quién sabe?...

- Sí, estaría encantada. –Contestó sonriendo también.

La mañana pasó rápidamente en compañía de Rodrigo que la tenía cautivada con su entusiasmo. ¿Sería igual de apasionado en todo? Raquel planeaba no acudir al Congreso y pasar con él la tarde para adivinarlo. Estaba a punto de proponerle una comida íntima y una siesta más íntima aún cuando él, mirando su reloj, dijo:

- Siento tener que dejarte ahora, tengo un almuerzo de trabajo y estaré ocupado hasta las diez. (Y continuó haciendo un guiño) Llámame después si te apetece que siga mostrándote alguna otra maravilla.
- Te llamaré, puedes estar seguro. -Afirmó mientras apuntaba su número de teléfono.

Apenas tuvo tiempo de comer, arreglarse y cambiarse de ropa. El salón de reuniones del hotel ya estaba lleno cuando llegó. Encontró un sitio cerca de la puerta y se acomodó deseando que aquello terminase cuanto antes. La perspectiva de pasar una noche en magnífica compañía le impedía concentrarse en los ponentes que ya saludaban y se disponían a empezar la presentación. El corazón le dio un vuelco cuando reconoció la profunda voz de Rodrigo en uno de ellos, y uno más al levantar la vista sorprendida y encontrarse con los ojos de él clavados en los suyos. Disimuladamente escribió en su móvil: “Cicerone o señor del castillo? historiador o guerrero? presa o depredador?” y le envió el sms entre divertida y expectante.
Le vio sacar el teléfono y, con falsa seriedad, teclear algo que recibió al momento: “turista o princesa? chiquilla o mujer? vestida o desnuda?”

¡Cómo le gustaba ese hombre!

A las diez en punto de la noche Raquel fue la primera del salón en levantarse. Rodrigo ya venía hacia ella. Las miradas eran tan intensas que delataban lo que ambos habían estado reprimiendo durante toda la tarde.

- Te invito a cenar y me arriesgo a que escojas el sitio. –Dijo él
- Mi habitación. –Contestó Raquel con rotundidad.

El abrazo de Rodrigo era como lo había imaginado... fuerte, exigente, seductor... Ella se desmoronaba ante el Campeador que, frente al espejo, besó sus labios y los mordió con delicadeza. Lenta y apasionadamente él pasó la tibia boca por su cuello, su nuca, su rostro... Raquel sentía como crecía su excitación y cómo en la pelvis de Rodrigo, una potente espada se disponía para la batalla. Correspondió con ardor a sus besos y se apretó contra él. En ese momento, consciente de la respuesta que había provocado, la delicadeza del caballero dejó paso al instinto animal del macho excitado. A tirones le sacó el vestido por la cabeza y con los dientes intentó despedazar el sujetador mientras la empujaba hacia la cama. Sus manos retiraron la única prenda que le quedaba sobre el cuerpo y durante un instante contuvo la respiración al contemplar a la hermosa mujer de la que iba a disfrutar. La miró a los ojos una vez más y leyó en ellos que estaba incendiada por el mismo brutal deseo que él sentía. Raquel abrió sus muslos provocándole, le alentaba a tocarla, a besarla, a lamerla, a morderla... y él aceptó la invitación con la respiración agitada. Pasó su mano por la humedad de ella y metió los dedos en su abrasador refugio arrancando de su garganta un gemido que parecía nacerle en las propias entrañas.

Se quitó la camisa revelando un musculoso pecho y siguió desnudándose orgulloso ante ella. Allí estaba el hombre que era ahora su amante, de pie, devorándola con una mirada que encendía todas sus hogueras. Fijó los ojos en su entrepierna y vio que era realmente un semental. Sus caderas se movieron espontánea e instintivamente enviando al varón un inconfundible mensaje de urgencia. Rodrigo se sumergió en el río de placer que se le ofrecía saboreando con avidez hasta la última gota mientras Raquel vibraba y elevaba su cuerpo jadeante empapándolo todo con su ardiente necesidad. Cada golpe de placer era más intenso y empezaba a ahogarse en el gozo que sentía. Él mordía, succionaba, lamía y presionaba como un maestro mientras sus manos recorrían la piel sudorosa de ella, que arqueó su cuerpo, tensó sus piernas y se derrumbó sobre la cama con un grito salvaje de placer consumado. En su interior miles de músculos se contraían, a la vez que sus pechos se endurecían como el acero. Rodrigo sintió que aquella visión era la más espléndida del mundo y orgulloso de su trabajo, acomodó su cuerpo junto al de ella abrazándola, sabiendo que no era el momento de decir ni hacer nada más.

Pero el guerrero aún tenía su espada en alto y la sentía furiosa por combatir. Nada le excitaba tanto como lograr el placer absoluto de una mujer y pronto comenzó a acariciar el cuerpo satisfecho que descansaba a su lado. Con sus manos...con su lengua... con sus dientes... Raquel no tardó en sentir en carne viva un fuego que creía ya aplacado. Fue en cuestión de segundos que estuvo dispuesta para batallar de nuevo. Entonces Rodrigo la tomó y la sentó sobre sus caderas. Sentir aquella piel húmeda atrapándolo y resbalando sobre él le hacía jadear sofocado en cada embestida. Mientras la penetraba, la besaba salvajemente, lamía con fiebre la piel salada de sus pechos y sentía el placer de ella como suyo propio. El olor a sexo de sus cuerpos sudorosos le resultaba irresistible y elevaba su pasión hasta límites infinitos. Raquel, en trance, seguía la espiral de lujuria que nacía en Rodrigo y cabalgaba locamente sobre él matándole y muriendo al mismo tiempo. Una ardiente sensación en su sexo le decía que pronto volvería a tocar el cielo. El hombre que estaba dentro de su ser era una apasionada fiera dominada por un instinto animal y primitivo. Su pelvis iba y venía alcanzando cada vez rincones más profundos y estremecedores. Se dejó caer sobre él para recibir con intensidad el último golpe de sus caderas y así, los dos ferozmente unidos, sintieron como sus sexos descargaban su incontrolable furia al unísono en el clímax del placer.

“Creo que no podré moverme de aquí nunca si no me ayudas” dijo Raquel sonriendo dichosa y extenuada, y Rodrigó la besó dulcemente: “No me extraña... no has cenado”.
Autora: Esttivalia

jueves, 25 de febrero de 2010

¡Que no me toque nadie!


Ser una salida, pensar casi contínuamente en el sexo y disimularlo ante el mundo, es algo que se aprende a sobrellevar (al menos se intenta).

Pero hay ocasiones en que es muy, muy difícil. Me basta que alguien me roce el hombro, o que me mire fijamente, o que me estreche la mano.....cosas tan simples y cotidianas activan algún resorte en mí que hacen que la fantasía me vuele con esa persona y que me ponga babosa y húmeda en cualquier lugar que me encuentre. Y normalmente en circunstancias donde te tienes que aguantar.....te quedas con las ganas y te jodes!


Son circunstancias cotidianas que cada vez me cuestan más de salvar.

Hoy conducía por una calle; el coche parado pues había una importante retención. Por la acera, pasa caminando alguien a quien conozco (no íntimamente, por supuesto) pero que está para comérselo de pies a cabeza, alguien con quien tener fantasías sexuales cada noche, fuente de inspiración de muchas masturbaciones,....

Me saluda, un simple gesto con la mano y sonríe. Y ya está!....resorte activado.

Correspondí al saludo alzando la mano, y humedecí mis labios (los de la boca, aunque los otros también) y mordí leve y suavemente mi labio inferior.

Fue un gesto involuntario.....supongo que mi cerebro quería infundir un pequeñísimo dolor para hacerme volver a la realidad, para concentrarme otra vez en la carretera.


Más tarde una persona me dió una información laboral. Era errónea, él estaba equivocado. He tenido que comerme las ganas de decirle: "sólo por eso, me debes un polvo".


Me gustaría advertir al mundo que no me toque nadie...que estoy uff! Y que si lo hacen, tarde o temprano tendrán que atenerse a las consecuencias.

Creo que tengo el deseo demasiado a flor de piel.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Depilación masculina

Capítulo I

Lunes. Llego a casa nervioso y excitado. Hoy voy a poner en práctica mi plan para sorprender a cuchicuchi y pasar una noche de sexo animal. He decidido depilarme pubis y testículos y quedarme suave como un CD virgen, a ver si se anima la cosa matrimonial, que últimamente anda de capa caída.

Como no tengo ni idea de cómo hacer esto, pregunto a una amiga de un foro aprovechando que veo en una foto suya que ella también se rasura. Leo y apunto sus consejos:
- Primero rapar con máquina de cortar el pelo
- Utilizar espuma o gel
- Pasar maquinilla, nunca a contrapelo
- Luego echarse crema hidratante

No puede ser tan difícil. Todas las tías de las fotos con las que me la meneo llevan el chochete como la pantalla del PC.
Llego a casa y manos a la obra. Primero la máquina de cortar el pelo. Esto es fácil. Intento pensar en el Fary manteniendo relaciones homosexuales con TinkyWinky porque el cosquilleo de la maquinilla en las pelotas me está poniendo cachondo, y como me líe....Acabo el primer rasurado con la máquina. Coño, cómo mola, ahora llevo el mismo corte en la cabeza, en la perilla y en la polla. Soy capicúa. Vamos con la espuma. Esto también tiene su gracia. Vuelta a pensar en el Fary y TinkyWinky. Con la espuma, mi pito parece una Papá Noel. Hago el bobo delante del espejo: " ¡Aaaaaaaahhhh!, un pene rabioso, ¡aaaaahhhhh!"


Bueno, al grano que te me distraes. Cojo la cuchilla de afeitar. Se van a cagar, es la Guillette Mach3 TDI 16v. Esto corta más que la sierra de Viernes13. Gràcilmente levanto mi escroto para tener mejor visión.
Primera duda:
Vale, hazo en el sentido del pelo. ¡Coño!....¿Cuál es el sentido del pelo en un cojón?
Cagada, yo tengo el huevo redondo (¿qué raro, no?), los pelillos no parecen tener un "sentido". Simplemente, salen de punta. Bueno, pues entonces dará igual.

Voy pasando la maquinilla con cuidado, aunque no evito darme un pellizquito. Miro a ver si por el corte que me acabo de hacer en el huevo asoma el pollito. No, ha habido suerte. No asoma ni un esperma.

Lo he pasado mal cuando he llegado a la zona que linda con el ojo de Sauron, casi atrás, pero la cosa no ha ido mal. Ataco el otro huevo, más de lo mismo, como en el chiste:
- Manolo, ¿sabes que tengo abilismo?
- No jodas, ¿y eso qué es?
- Un huevo grande y el otro lo mismo.
Voy a atacar los muslos, ahí casi no tengo vello, excepto en la zona más próxima a la bolsa escrotal. Sin problemas. Queda tan suave como las nalgas de una quinceañera patinadora. Toca la parte superior, que afeito sin problemas. Bidé y agua caliente.... parece que noto algo de escozor por algunos puntos. Serán cortecitos. Me miro al espejo.
Joder, qué impresión. Parece que vuelvo a tener 10 años. No, no lo digo por el tamaño del pene, lo digo por la calva joder.
Pero algo va mal. Observo grandes deficiencias. Veo las piernas peludas y, llegando a los muslos, de repente, una calva. Lo mismo sucede en la panza, baja un canalillo de pelos desde el ombligo y al llegar al paquete....¡zas! Parece los montes de Chernobyl. Y por detrás es aún peor. ¿Cómo voy a llevar un culo peludo y que al girarme parezca que ha llegado el otoño? Queda de pena. Calma, que no cunda el pánico. Aún quedan dos horas para que llegue cuchicuchi. Tengo tiempo, espuma, cuchillas y pulso de cirujano (con cirrosis, eso sí). No queda otro remedio.
Primero el culo. ¿Alguien se ha depilado el culo sólo? Mientras lo hago siento que soy el primero en intentarlo. Me retuerzo hasta que me cruje el espinazo para poder verme. No llego a verme el culo y empiezo a afeitar sin ver. ¡Mierda!...¡se me olvidó pasarme la máquina del pelo primero!. Ya da igual. Llego a la zona del ano. No veo nada.
Cojo un espejo de mano de cuchicuchi, el que utiliza para depilarse las cejas y esas cosas. Me pongo en la cama como una mujer en el paritorio. Con el espejo de la pared y el de mano hago posturas hasta que me veo el culo.
¡Coño!....tanto tiempo juntos y apenas nos conocíamos.
Un par de minutos y cortecitos después, y a base de pasarme la mano por el "lomo", dejo de notar pelos. ¡Culo depilado! Después de eso, las piernas no tienen dificultad. El torso lo hago leyendo el Hola. Joder con el Rey, cómo se lo ha pasado en la visita a Marruecos.
Bueno, pues dos cuchillas y medio bote de espuma después...¡no me reconozco! Coño, hasta parezco un deportista. ¡Qué fresquito se nota!....el aire hace cosquillitas por zonas que antes estaban abrigadas. No sé si ponerme trocitos de papel en los cortecillos, como hago con la barba.
Decido que mejor no, no vaya a verme mi mujer y me suelte "¡anda! qué disfraz de momia más guapo!"
Una duchita para eliminar todos los pelillos y resto de espuma, con la maquinilla voy repasando algún despistado. Esto me gusta, me siento limpito, no sé, como más higiénico sin tanto pelacho.
Queda el paso de la crema hidratante. Vamos allá.
Busco entre los potingues de cuchicuchi. Hay cosas rarísimas. Por un momento dudo.... ¿no estaré buscando entre sus cosas de restauración de muebles?. Leo "lifting", "reafirmante" "Anti-age"....¡ésta! "Leche desmaquilladora hidratante". Justo lo que busco. Espero que me dé para todo el cuerpo.
Empiezo a untarme en el mismo orden que me he afeitado. Joder, pues será todo lo hidratante que quieras, pero pica como su fruta madre. Voy untando crema mientras todo me va escociendo. Joder, joder. Ahora entiendo cuando las tías dicen que lo pasan mal con la depilación.
Cuando termino parezco una anchoa en lata. Tengo que sujetarme a la cama porque pego un resbalón en la tarima flotante. Me apunto mentalmente el nombre de la crema por si un día cuchicuchi me deja practicar el sexo anal, joder como desliza, con esto le meto yo la tranca y se piensa que es el meñique. Otra vez, qué no, joder, que no lo digo por el tamaño, que es por lo que resbala la crema.
Me escuece todo el cuerpo. Parece que tengo un hormiguero cabreado en los huevos. Me visto y me voy a sacar al perro, a ver si se va calmando la cosa. Horrible. Cualquiera que me vea pensará que tengo una batería de coche enchufada a las pelotas. Voy como si me soltaran descargas.
Escuece todo, pica que rabia. Algo pasa. Llego a casa y me desnudo ¡Ostias!.... ¡estoy más rojo que Llamazares!. UUhhhh, que la he cagado, que la he cagadoooooo. Pero si yo he seguido las instrucciones de la Paty.
¿Será que las tías tienen el chirri más resistente?
Dedido volver a ducharme con agua fría y la cosa se calma, pero donde me rozo me pica un huevo (nunca mejor dicho). Aguanto como un campeón a que vuelva cuchicuchi. Me conoce como si me hubiera parido, así que según entra por la puerta y me ve, dice "Algo has hecho".
Es como cuando le digo voy a comprarme un casco para la moto que está en oferta de 175 €...y vuelvo con uno que cuesta 399, según entro por la puerta tiene la carita igualita a la de este momento.
- Verás, creo que la he cagado.
- ¿Qué has roto? ¿Cuánto te ha costado? ¿Llevas mucho tiempo tirándotela?
- Que no, que no, que no es una cagada de ésa.... mira.
Me desnudo y le enseño mi obra. Parezco un alemán en Torrevieja un 2 de agosto. O una gamba de Huelva.
- ¡Ay la madre que te parió!.... pero si estás en carne viva.
- Yo es queee....quería darte una sorpresita...quería raparme los huevos y eso.... pero claro, quedaba mal, y tirando, tirando.....
- Pero...¿cómo lo has hecho? ....¿con hacha?
- Nopes. Yo creo que ha sido la crema hidratante. Ahí sí que me ha empezado a picar.
- ¿qué crema te has echado?
- Ésta.....
- ¿la desmaquilladora? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Capítulo II
Miércoles. Por fin se han pasado los picores. Lo peor ha sido el culo. Me he retorcido como si tuviera lombrices. Parecía que había plantado el ano en un avispero. El pecho pica y la zona genital.
Tanto me he rascado que un amigo me preguntó "Tío...¿no te habrás ido de putas y te habran pegado algo?"
No tuve valor a explicarle lo ocurrido, así que ha dejado de hablarme porque es amigo de mi mujer y piensa que soy un putero.
Hoy voy a intentar hacer el amor con mi mujer. Estos dos días ni me la he meneado. Cualquier movimiento irritaba alguna zona de mi cuerpo y terminaba rascándome mientras veía cómo mi pene (casi la única zona de mi cuerpo que no está irritada) se bajaba.
Ahora me noto mucho mejor, casi no me pica nada, no tengo nada irritado.
Ayer tenía unos granos rojos por todo el cuerpo, como picaduras de mosquito. Mi mujer decía que tenía "cada poro de tu cuerpo cabrado contigo". Pero hoy se va a cagar. Eso sí, le diré que se abra de piernas en el borde de la cama. No quiero roces.
(Desconozco la fuente y el autor)

lunes, 22 de febrero de 2010

Busco amante

(Creo que esto no va a funcionar, pero a ver qué resulta)
BUSCO AMANTE

* Requisitos imprescindibles:

- Sexo masculino

- Independiente económicamente

- Con vivienda propia

- Pasión por el sexo oral

- Muy activo sexualmente

- Tolerante

- Ni engreído ni prepotente

- Adaptabilidad de horarios

- Buena conversación, alegre y divertido

- Dedicación exclusiva (cuando esté conmigo)

* Requisitos negociables:

- Edad preferente entre 35-55

- Preferentemente, que no le guste el fútbol

- No excesivamente velludo