Durante mucho tiempo, él me repetía
que por las mañanas no estaba muy cariñoso conmigo porque yo tenía un mal
despertar. Yo era arisca e irascible al despertarme y él prefería apartarse de
mí hasta que el día avanzase un poco y mi humor cambiase. Y yo, que reconozco
que me siento mejor cada mañana tras el primer café y el primer cigarro, le
creí. Y durante años creí que él tenía razón. Hasta que un día me di cuenta que
“mi mal despertar” no existía, que sólo era su visión, su opinión. En cualquier
caso, era un hecho fácilmente contrastable: sólo tenía que despertar al lado de
otra u otras personas.
Un día, un hombre especial me
despertó así:
Imagina que mi dureza se
hace evidente –y creciente- entre tus nalgas, acurrucada como te encuentras,
refugiada en mis brazos; tu respirar lento y profundo me indica que duermes.
Decido entonces –de hecho, mi deseo decide por mí- atreverme a despertarte.
De manera que mi mano
izquierda se arriesga a acariciarte los pechos, a pellizcarte ahora un pezón,
ahora el otro. Y la derecha se abre camino pubis abajo, a partir del punto
exacto en que el sueño se apoderó de nosotros.
Una presión ligera, una
caricia más intensa, y desplazas los muslos lo necesario para que mis dedos
índice y corazón se internen en tu vulva, entreabierta y dulce. Y una caricia
más en el punto adecuado, con la punta del dedo corazón, y todo se inunda de
flujo, mezcla de miel y sal.
Medio minuto después de
tu estremecimiento, me haces notar que te has despertado. Aún entre la frontera
entre el sueño y la vigilia, comienzas a articular una –supongo- protesta. Pero
cuando te digo al oído: “Quieta, Belkis, o quizás esto no vale por todas las
veces que te he escrito deseándote buenos días?”, siento cómo tu cuerpo se
relaja de nuevo.
Y tus nalgas se encogen alrededor de mi pene, para apropiarse de él, para sentirlo mejor, como si quisiesen engullirlo. Correspondo envolviéndote un pecho con la mano, apretándote el pezón entre mis dedos abiertos.
"Ahora, Belkis, dedicaré
a tu perlita un toque matutino. La cogeré entre el movimiento lateral de mis
dedos, para que los sientas rodeándola, pero más quietamente que si te tocase
como tú misma lo haces, como yo lo he hecho antes, con la punta del dedo
corazón.”
Te acomodas sobre mi mano
y percibo cómo se acelera tu respiración Tus nalgas me comprimen aún más, la
vulva parece abrirse o quizás sea que te humedeces más aún, la perlita parece
crecer, enderezarse como uno de tus pezones que ahora mis dedos espabilan y
endurecen.
"Estás a punto de
llegar, Belkis. Y yo no me pararé hasta que me lo impongas a gritos. Y
entonces, mientras te recuperas o quizás para ayudar a tu recuperación, te haré
girar y mamaré tus pechos. Sin tregua. Chupándolos como si quisiese sacar leche
de ellos y dándoles mordiquitos para que no olvides que te deseo”.
Gracias
al autor de estas palabras por cedérmelas para ser publicadas.
¿No
creéis que pueden haber tantos despertares diferentes como personas diferentes
puedan y quieran dormir y despertar a nuestro lado?
Pues en mi caso no importa quien intente despertarme. Por las mañanas es cierto que estoy de mal humor y lo único que me apetece es darme media vuelta XD
ResponderEliminarDevastiel, que no, que no es mi caso, que eso me hicieron creer a mí. Yo no tengo mal despertar, pero influye quién me despierte, eso sí.
EliminarNo tinc mal despertar, encara que si em desperten així ja ni t'ho explico...
ResponderEliminarPetons Guapa!!!
Ssshhh, si me despertasen así, me volvería a dormir para que me despertasen de nuevo jejeje. Petonets.
EliminarCreo recordar que nunca me han despertado de manera similar...
ResponderEliminarY eso que yo si he despertado así a algunas... Jooo!!!
Beso.
Teo, pídelo, insinúalo, exígelo....lo que sea. Despertar de esa manera tiene que ser...bueno, tú lo habrás presenciado. Beso.
EliminarYo tengo buen despertar y si lo hacen de esa manera que describes muchoooo mejor.Besos Belkis
ResponderEliminarisabel, mañana voy a despertarme así, aunque tenga que hacérmelo yo sola jajaja. Besos.
EliminarNo creo que me despierte igual todas las mañanas.
ResponderEliminarContengo multitudes y todas se apoderan de alguno de mis despertares.
Guille, no te imagino con ningún mal despertar.
Eliminares que no es lo mismo levantarse corriendo que levantarse corrida....i claro esto se nota en el humor si o si
ResponderEliminarJoan Gasull, jajaja, mejor explicado, imposible.
EliminarEso es como el despertador... notar q aquel odioso botón de apagado se torna en uno maravilloso que enciende tu despertar haciendote olvidar el café y hasta el cigarro.
ResponderEliminarBesazos
Gùde, pues sí...no es lo mismo apretar la tecla de parada del despertador que te toquen "la tecla" de encender jejeje. Besazos.
Eliminar¡Qué suerte tienes Belkis! Siempre es un placer despertarse así por la mañana, cuando uno está lleno de energía.
ResponderEliminarHylia, sabes? Es todo pura ficción. Mi suerte está en que alguien lo haya pensado, imaginado y me lo haya descrito.
EliminarESO SI QUE ES UN BUEN DESPERTAR, ASÍ SI QUE SE EMPIEZA EL DÍA CON MUCHA ALEGRÍA,,, O LO MISMO NO TE APETECE LEVANTARTE DE LA CAMA.
ResponderEliminarUN BESAZO BELKIS!!!
Lord Shadow, la verdad es que así dan ganas de no moverse de la cama....hasta que se pase la calentura jejeje. Besazo.
EliminarGran despertar, de los que gustan y dan gusto...
ResponderEliminarBesos.
Mmmmm me encanta que me despierten asi, pero hay a quien no le gusta eh, ellos se lo pierden
ResponderEliminarbesotes cielo
Interesante despertador... ¿lleva botón de esos para que vuelva a sonar a los cinco minutos por si te quedas dormida?
ResponderEliminarTorpe Mán, tocando ese botón no hay forma de quedarse dormida...
ResponderEliminarJavi Signum, desde luego que sí, aunque a mí suele despertarme el puto botón del despertador. Besos.
ResponderEliminarAdis, lo dicho: yo me quedo con las ganas pero ellos pierden más. Besotes.
TorpeMán, mi botón suena cada vez que lo tocan, fíjate tú.
ALz, exacto. Será por eso que me duermo muchas mañanas?