domingo, 25 de marzo de 2012

De postre, carne



Nos conocimos por internet, como suele hacerlo mucha gente hoy en día. Conocerse era una manera muy generosa de llamarlo ya que, con pocos datos compartidos como nombre, edad y lugar de residencia, decidimos enseguida quedar en persona.

Un sitio, una hora. Él llegó antes, yo puntual como un reloj (aunque no suele ser mi estilo). Dos besos en las mejillas y pasamos a tomar algo. Y luego unas copas en un lugar muy agradable. Hablamos de todo, de situaciones laborales, de experiencias sentimentales, de aficiones,… Llegó la hora de despedirse; nuevamente dos besos en las mejillas.

Me marché con la duda de si no le atraía lo suficiente, o si era tímido y no quiso lanzarse a algo más. A mí él me gustó bastante. Un tipo que me haga reir, como mínimo me interesa. Si además me gusta, ya me atrae. La duda quedó despejada cuando él propuso una segunda cita.

Nuevo encuentro, nuevos dos besos en las mejillas. Nuevamente horas de conversación, esta vez más animada, más franca, con menos tapujos y timideces. Creí interpretar en alguna ocasión en su mirada que quizás deseaba algo más, pero no se lanzaba, ni a cogerlo, ni a pedirlo, ni a sugerirlo.

Al despedirnos, esta vez nos besamos. Besó mis labios, mi cuello, el hombro que me quedó descubierto, y nuevamente mis labios. Yo me acercaba más a él, me apretaba contra él, los dos nos dimos cuenta de lo erectos de mis pezones aún sin haberlos tocado, y de pronto…. Propuso que nos marchásemos. No juntos, cada cual a su casa.

Algo pasaba y yo no atendía a averiguar qué era. ¿Quizás no le gustó mi manera de besar?

Una semana más tarde me envió un mensaje al móvil, diciéndome: “Te invito a comer. En mi casa. Yo cocino. ¿Vendrás?”.

Claro que iba a ir. Probablemente volviese a marcharme con las ganas, con el cuerpo ardiendo y las bragas húmedas, ansiosa por sentir y sentirle, pero valía la pena arriesgarse. Me gustaba mucho.

Le contesté: “Vale, iré. ¿Qué estás preparando?. Mejor mándame una foto, que la comida suele entrar por los ojos”.

Y me mandó esta foto:

Foto cedida por un adorable y paciente lector anònimo

Me quedé de piedra. Era evidente que se trataba de una invitación en toda regla a comer, a comerle. Me parecía deliciosa, ya se me hacía la boca agua.

“Mmmmm… me muero de ganas y estoy muerta de hambre. Mantén la carne caliente que no tardaré en llegar”.

En poco más de una hora, yo ya estaba duchada, vestida con un vestido que me sentaba bien, ligeramente maquillada, y llamando al timbre de su casa.

Me abrió, me besó (nuevamente en las mejillas!), entramos al salón, la mesa estaba puesta: platos, copas, una botella de vino, un par de rosas, una gran y colorida ensalada,….

“Ponte cómoda y sirve el vino que voy fuera al jardín, tengo la carne en la barbacoa, caliente como tú la pediste…”, me dijo.

¿La carne en la barbacoa? O sea, que realmente era una invitación para comer. Y encima yo como poca carne. Se me había hecho agua la boca pensando en él, “en su trocito especial de carne”, y ahora iba a tener que comerme…un chuletón? Espero que al menos estuviese bien hecho ya que la carne no me gusta muy rosada, aunque rosada sí que me gustó “la suya”.

Comimos, bebimos, charlamos,…fue un rato muy agradable. Él sabía mantener despierto mi interés y mi curiosidad casi constantemente.

Mientras servía el postre, fresas con nata, me preguntó sobre si había encontrado la carne a mi gusto. Le dije que sí, aunque yo pensé que iba a comer otra cosa.

Él me miró extrañado. Saqué mi móvil del bolso y le enseñé su mensaje, con su foto.

Se ruborizó unos segundos (me pareció adorable) y luego empezó a reir, fuertemente, hasta que le lloraban los ojos. Me encantaba oírle reir, aún sin entender nada.

“Querida –me dijo-: me equivoqué con la foto, lo siento mucho. Pero no te preocupes: cuando acabes las fresas, volverás a comer carne. Y yo, pescado”.

16 comentarios:

  1. jajajaj es la primera vez q veo eso de comer carne de postre. Delicioso post. Besazos

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  2. Perfecto....a la tercera la carne i el pescado estavan en su punto i ardiendo.
    Seguro que repetiste.....i siendo tu de poca carne.
    Buen relato.

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  3. Si es lo que yo digo, -A buen hambre no hay pan duro-, aunque hayas hecho postre...
    Buen provecho Belkis!!
    Petonets Bonica

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  4. Se hizo de rogar, menos mal que se equivoco de fotografia, sino me da que aun te tendria esperando otra cita, ahora ya no le permitas que te vuelva a poner a dieta

    besotessss

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  5. Gudèlu, y deliciosa carne! Lo que hace el hambre! Besos.

    Joan Gasull,dicen que a la tercera va la vencida. Sí, hay platos de los que me gusta repetir.Saludos!

    Ssshhh, gracias guapa. Pero sigo con hambre. Petonets.

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  6. Adis, los hay aún más tímidos que yo. Pero si al final hay final feliz, nada importa. Besos.

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  7. vaya... te dejas lo mejor en el cajón. si serás...... jajajajaj

    un besazo

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  8. Al menos la incertidumbre condujo al deseo,me alegro.Julio

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  9. Serían buenas estas aventuras varias veces al mes. Es dificultoso estar tan atados a algo o a alguien. Sería una sensación purtamente satisfecha. Hasta nos creeríamos que somos más que otros...que sólo pracitcan lo cotidiano.
    Gololo

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  10. Marpart, lo del cajón para la imaginación. Besos.

    Julio, ¿viste la etiqueta?: ¿realidad o ficción? ;) Besos.

    Gololo, ¿varias veces al mes? Sí, sería una sensación "putamente" satisfactoria, la verdad es que sí. Yo no sé si me creería más que los otros (¿qué otros?) pero para algunos lo cotidiano es muy poco, que lo sepas. Besos.

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  11. Comimos....
    ¿Qué comimos?.
    ¿Rabo de buey?.

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  12. a veces solo hace falta un empujoncito para que todo salga bien.

    ...bueno, o unos cuantos enpujoncitos seguidos.

    Hay veces que uno come y disfrutan dos.

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  13. Me imaginé otro final, mientras leía...
    que él era gay y la foto fue a la persona equivocada...
    Por suerte para tí no fue así...
    besos

    ella

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  14. Toy, o de toro! Muy ingenioso, jajaja. Beso.

    Guille, jajajaja. A veces harían falta empujonazos. Saludos.

    Nosotrosdos (ella), fíjate, no se me ocurrió ese final. Besos.

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  15. si los moviles hablaran...la de cosas que ven....jajajajajaja.

    pd: señores de samsung que mi movil
    se caliente no es por lo que en el
    recibo, es por la puta bateria...joder.

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  16. soydecolores, ¿seguro que es por la batería? ains, pillín. Pues el mío, mi móvil, no se calienta por nada de nada.

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Me excitan las palabras... así es que no olvides dejar alguna.