martes, 20 de septiembre de 2011

Como agua de mayo






¡Qué bonito es regalar y qué bonito es recibir regalos! Y, aunque hace tiempo que no lo hago, quiero recordar que este blog admite regalos en forma de relatos o en forma de imágenes.



Y hoy lo he recordado, porque cuando más apagada me sentía y por ende apagado el blog, pues voy y recibo dos. Uno, aún está en el aire, y el otro nos lo envia Luna Ardiente en forma de relato, que os transcribo a continuación.


Tu relato, querida Luna Ardiente, ha llegado como agua de mayo y, si a ti no se te ocurre uno mejor, creo que Como agua de mayo tampoco sería un mal título para tu relato, no?

Disfrutadlo, como lo he hecho al leerlo y como espero que Luna Ardiente haya hecho al escribirlo.



Día agotador. Estoy tirada en la cama, despojada de todo, desnuda. Intento descansar un ratito cuando apareces en la puerta. Sin nada. Sólo tú. Me miras con esos ojos de lujuria, con esa sonrisa cautivadora. Te acercas y empiezas a masajearme los pies. Después sigues haciéndome cosquillitas como tú solo sabes para seguir subiendo hacia arriba. Y tus manos siguen rozándome y poquito a poco llegan a acariciar mis muslos. Te detienes y tus labios los besan. Son besos suaves. Calientes. Como tú.

De repente me encuentro con tus labios en mi pecho. Lo besan lentamente como si tuvieran miedo de algo. Yo les digo que no se asusten, y entonces empiezas a jugar con mis pezones. Me gusta tu forma de hacerlo. Me gustas tú. Todo tú.

Me besas en el cuello. Despacito. Como a mi me gusta. Yo me derrito y tú me besas en la boca. Apasionadamente, como nunca antes lo habías hecho.
Entonces te empiezo a tocar esos abdominales que tanto me excitan. Los beso. Los acaricio. Los lamo. Y mi mano no puede parar de jugar con ellos. Y sigue bajando. Hasta que se encuentra con tu polla. La miro descarada. Te miro a ti. Miradas cómplices. La cojo. Decidida como nunca. La muevo de abajo a arriba. De arriba a abajo. Y me la meto en la boca. Sin miedo…

Cuando termino de chupártela, empiezas otra vez a jugar con tu lengua y tus dedos, en mi tripita, en mis muslos, con el vello… y terminas metiendo tu lengua en mi coño. No se que tienes, pero cada día lo haces mejor.

Y sin pensarlo me coges en brazos, me metes tu polla en el coño y me follas en el aire. Como si no hubiera mañana. Con ganas de detener el tiempo en ese instante.

Con esas ganas que a los dos nos están quemando por dentro, y que algún día se harán realidad…






2 comentarios:

Me excitan las palabras... así es que no olvides dejar alguna.