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Llegaré
tarde a casa. Prepara cualquier cosa para que cenen los críos, yo tomaré algo
por ahí.
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¿Te
guardo algo? ¿Llegarás muy tarde?
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No,
no te preocupes. Comeré algo por ahí con las chicas.
Y ella colgó el teléfono,
y siguió besando al hombre que permaneció a su lado y en silencio mientras ella
hacía aquella llamada.
Él le quitó el sujetador
con una facilidad pasmosa, casi la misma con la que consiguió agarrar con sus
manos sus dos pechos y meterse uno entero en la boca. Y lamió sus pezones, los
succionó, besó su cuello….
Los cristales del coche
empezaron a empañarse por la condensación del calor, el calor que se estaba
condensando dentro del vehículo y entre las piernas de ambos.
Empezó a llover, y las
gotas de lluvia sirvieron de cómplices silenciosas y mironas caprichosas.
Él se desabrochó el
cinturón del pantalón, se bajó la cremallera (dado que ella fue algo torpe y no
fue capaz de hacerlo sola) y sacó a su “chiquitina”, como él la llamaba.
De pequeña nada, y ella
notó enseguida entre sus manos todo su esplendor. Se inclinó sobre el asiento
del conductor y la introdujo toda en su boca. Era suave, gorda, creciente y
ella lamió ávida el dulce y perfecto glande.
Mientras inclinaba su
cabeza, haciendo que su polla entrase y saliese de su boca, con una mano
masajeaba sus testículos. Ella, algo insegura, preguntó: “¿Voy bien?”. Y él
contestó: “Oh, dios, dios….”. Ella dedujo que sí.
Ella sintió una breve
pero intensa oleada de algo sí como romanticismo y paró unos segundos para ver
cómo aquel estupendo capullo brillaba en la semioscuridad. Una mirada de él
bastó para decirle que siguiera. Volvió a su tarea, y sintió por un segundo una
pequeña náusea…tanto quiso profundizar, ella misma, que tuvo la sensación de
que aquella maravilla rosada tocaba lo más profundo de su garganta.
“Intentaré aguantar todo
lo que pueda”, le dijo él. Y ella, separando un segundo su boca de aquel pene a
punto de reventar, le dijo: “No, no te controles, deja las cosas fluir”. Y él….fluyó.
Las circunstancias no
dieron para más y, aunque habría una revancha, ella comió sin ser comida, y así
volvió a su casa, con su almeja fresca y en todo su jugo.
Al llegar a casa, encima
del mármol de la cocina, había un plato tapado con papel de aluminio: almejas
en salsa que su marido había preparado.
Sonó el teléfono, era una
compañera del trabajo. “Ya has cenado?”, le preguntó su amiga.
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Sí…..hoy,
poll@ con almejas
Como siempre buenismo relato, ¿alguna vez te has planteado escribir? porque realmente lo haces muuuuy bien cielo
ResponderEliminarBueno ahora mi comentario, te dire que yo no habria vuelto a casa con " mi almeja " intacta, hace tiempo me canse y decidi que o disfrutamos los dos o ninguno, los hombres se acostumbran con facilidad a que les des placer y a olvidarse que tu tambien lo necesitas, con esto no quiero generalizar, pero en mi experiencia, cuando he dicho no importa, hoy te toca a ti, la jodi, y a raiz de ahi se iban olvidando de que yo no estaba alli solo para darles placer
Y ya me dio hambre al ver ese plato de pollo con almejas mmmmm, voy a la cocina jajaja
besotes guapa
Adis, mira qué lío: quizás se me dé bien escribir porque alguien me cuenta una tontería, la remezclo un poco en mi cabecita y ala, pa'l blog, jejeje. Pero en realidad no lo hago tan bien cuando al final la historia parece lo que no es; no fue un acto egoísta por parte de él, sino que habían razones para que la historia fuese así, quizás debí dar más datos. O quizás soy juguetona y lo dejé en el aire, para que cada cual piense lo que quiera o imagine cuáles podían ser las razones para que esta historia acabase así y no de otra manera. Jajajaja, un lío. No, ahora en serio: me planteé un dia escribir aquí. Y es lo que, mejor o peor, me gusta hacer.
ResponderEliminarYo no estoy muchas veces allí con alguien, pero cuando estoy no permito que se olviden de que yo también soy y existo. Besos y...buen provecho!
doncs fa una mica de llàstima la pobre amb tant de menjar per ella sola i ningú que es mengi part d'ella. Potser que es busqui algú amb moltes gana d'almeja i de deixar-la ben regada de.........salsa
ResponderEliminarPensemos de otra manera: el hombre se quedó con hambre.
ResponderEliminarQUE RELATO TAN EXCITANTE,,, PERO AL HABLAR DE COMIDA ME HA ENTRADO UN POCO DE HAMBRE,,, PERO SOLO DE ALMEJAS CON TODO SU JUGO, ÑAM, ÑAM...
ResponderEliminarQUE TE ALIMENTE,,, JEJEJEJE...
UN GRAN BESAZO BELKIS!!!
Qué gran cocinero... aunq yo, como Lord Shadow, le hubiera preparado sólo el plato de almejas y si se quedaba con hambre, ya sabes donde está el pollo jajajajaja. Y a la amiga que le llama, a ver cómo reaccionaba ante la respuesta... sólo he comido almejas.
ResponderEliminarBesotes. Y como dice Adis, tb creo que serías una gran escritora.
Me ha encantado este relato!! La descripción viva de la cena dentro del coche, pero sobre todo esa vuelta de tuerca del final. Un besote.
ResponderEliminarJoan Gasull, ella tendrá su revancha, seguro.
ResponderEliminarDevastiel, pensamiento muy positivo y además acertado, en este caso.
Lord Shadow, a comer! jejeje. Besos.
Gùde, ella comió pollo y almejas...las dos cosas. Gracias por el halago. Besos.
Aires, me encanta que te encante, y encantada de tenerte aquí.
Me ha parecido un relato corto pero el final desde luego que ha sido muy bueno.
ResponderEliminarjajajaja....menuda cena....
ResponderEliminarmi beso
Luchadora, tienes razón, a mí también me ha sabido a poco.
ResponderEliminarElcaligrafista, una cena tan suculenta sólo puede ser mejorada con un beso tuyo como postre.
Entre tots m'heu fet venir gana... mmmmmmm
ResponderEliminarA veure que trobo per posar-me a la boca.
Petonets escriptora
Ssshhh, cuando hay hambre, casi cualquier cosa es buena. Petonets.
ResponderEliminarvocé tem fome de qué?
ResponderEliminarf, me estás preguntando de qué tengo hambre? Uffff, yo tengo mucho hambre!
ResponderEliminarEs un buen texto, me dio risa la polla con almejas jaja.
ResponderEliminarEs una buena historia y probablemente ocurrió ya varias veces.
Un abrazo gigante, pásate por mi blog.
www.poetrizado.blogspot.com
Buen relato.
ResponderEliminarMe hubiera encantado estar en ese coche un ratito.
Besos preciosa.
Aníbal, no sé si es muy común el poll@ con almejas. Me pasaré; lo hice a voz de pronto, y te diré que yo soy poco dada a la poesía, pero la tuya parece buena. Hasta pronto.
ResponderEliminarPichacorta, a mí también me hubiese gustado estar. Besos.