viernes, 30 de diciembre de 2011

Un año más










Durante muchos años me gustaba hacer el amor en la madrugada del primer día del nuevo año. Y de hecho, durante algunos años así fue. Las circunstancias, las mías, cambiaron y eso dejó de ser así, y no sé si algún día retomaré esa vieja y maravillosa costumbre.
Desde luego este año, tal y como se presenta la Nochevieja, tampoco va a ser así. Ni un milagro ni un huracán harían que fuese diferente.
De todos modos, me gusta compartir y más lo bueno. Así es que os deseo que vuestra Nochevieja o vuestro primer día de año empiece con sexo. Evidentemente, lo que más se desea es salud, amor… eso también por supuesto, que no os falte de nada.


¿Qué deparará el nuevo año? Pues las perspectivas no son muy buenas, casi en ningún sentido, así es que casi que pedir por pedir, pediría que al menos se mantenga todo tal cual, que no vaya a peor.
Pero esa noche deseo que se os caigan las bragas al suelo. Es una expresión que se utiliza (o al menos yo utilizo) cuando algo nos sorprende enormemente. En realidad, si es muy enormemente, yo digo que “se me cayó el chocho al suelo”.






Pediré una vez más, en alguno de los muchísimos brindis, un follamigo. Nunca se sabe….. Quizás me dé por pasear sola por ahí y en cualquier bar de cualquier esquina………
Ojalá os siga viendo por aquí el nuevo año. Feliz 2012!





jueves, 29 de diciembre de 2011

Cubanita virtual

Algo que nunca he hecho, ni en este blog ni en otros, es borrar un post ya publicado.
Si queda bien, mejor; si no, no pasa nada. Si gusta, adelante; si no, ahí se queda. Y aunque las palabras se las lleve el viento, me gusta que queden aquí permanentemente, las mías y las vuestras.
Sin embargo, toda norma tiene su excepción. Esta entrada será borrada probablemente en un breve plazo.
Tengo una foto de dos lectores (una lectora y un lector) que me autorizan su publicación, más bien su exposición durante 24 horas.
Ése es el plazo que tenéis para verla y el que tengo yo para convencer a los propietarios de que me permitan mantenerla. No suelo ser muy convincente pues hay lectores que me regalan imágenes (gratas y excitantes) para uso y deleite personal, no para publicar, y ahí quedan. Esta vez intentaré ser más perseverante.
Fíjate que todo vino porque nosotros dos propusieron en un comentario reciente hacernos una fotografía los tres juntos, si alguna vez se diese la circunstancia de que una u otros atravesásemos el gran charco.
Pero a veces, gracias a la técnica (y a quien la conozca) se pueden hacer algunas cositas, como por ejemplo una agradable cubanita virtual.


martes, 27 de diciembre de 2011

Integral





Tras pensarlo profunda y detenidamente, y ante la ferviente insistencia de algunos lectores, pues llegó la hora: al fin me atrevo a subir una imagen mía....desnuda!



Lo mío me ha costado así es que espero que valoréis el esfuerzo en lo que vale. Si queréis ver mi foto, pinchad aquí

lunes, 26 de diciembre de 2011

Direccionable

Pocos días antes de Navidad se me estropeó el grifo del bidé del baño, inundando todo el lavabo. Cerré la llave de paso y procuré olvidarme ya que en esas fechas difícilmente encontraría un fontanero para repararlo. De todos modos, yo no usaba demasiado el bidé; suelo ducharme y salir pitando de casa o darme un buen baño cuando tengo tiempo o simplemente me apetece. Pero el bidé casi es un elemento decorativo, más que otra cosa.



Hablé con mi madre por teléfono y le comenté lo de la avería. Ella me dijo que me regalaría una grifería para el bidé, maravillosa y extraordinaria (según sus palabras), con regulador de temperatura y chorro direccionable. Le dije que no. Insistió, e insistió, dijo que sería mi regalo de Navidad. Y me sentí impotente para seguir discutiendo con ella. “El viernes por la tarde, a las cinco, irá Julio, un fontanero que conozco, y te pondrá la nueva grifería”, y así se despidió.

El viernes me surgió un problema e iba a estar más tiempo en la oficina, así es que le dejé las llaves de mi piso a una vecina para que abriese la puerta al fontanero y controlase un poco.

Por la noche, cuando volví, vi que el nuevo grifo estaba puesto y que todo estaba pulcramente como lo dejé. Me duché y me fui a dormir; al otro día lo probaría y llamaría a mi madre para darle las gracias.

No dormí bien y me desperté de madrugada, a pesar de que era mi primer día de vacaciones y no tenía por qué madrugar. Fui a la cocina, me preparé un café y cuando fui al baño vi mi nuevo grifo de bidé, que ya había olvidado.

Me desnudé por completo, me miré al espejo, observaba mis pechos, la carne de gallina y los pezones erectos, los acaricié… me resultó placentero.

Me senté en el bidé, abierta de piernas, mirando hacia el grifo. Lo abrí, empezó a caer agua; regulé su temperatura hasta que fuese realmente agradable para esa parte tan sensible. Cogí unas gotas de jabón íntimo y empecé a enjabonarme, era una sensación agradable…. Seguí acariciándome, de arriba abajo, recorriendo todos los rincones de mi intimidad. Acabé introduciendo el dedo corazón en mi vagina y acariciando mi clítoris con mi pulgar. Alternaba los movimientos de introducción con los de rotación, y en algunos instantes, conseguía que fueran simultáneos.

Estaba a punto de correrme, alcanzando el placer con mi mano derecha y sujetándome con la izquierda a la tapa del bidé, levantada contra la pared. En un acto casi instintivo, solté la tapa y con la mano izquierda dirigí el chorro de agua tibia, hacia la parte inferior de mi clítoris….así quedaba más zona servida y atendida.

El chorro de agua actuó como un detonante, y apreté y aceleré el movimiento de mis dedos…. Todos, agua y dedos, me llevaron a correrme, moviendo mis caderas locamente, como si me estuviera follando literalmente al bidé.

Fue una sensación extremadamente placentera.

Más tarde telefoneé a mi madre para darle las gracias. Creo que al fin le encontré un buen uso al bidé, a ese artilugio decorativo.

- Mamá, gracias por el regalo. Es muy….práctico.

- Tú eres tonta, hija!

- ¿Cómo?

- Mi regalo de Navidad era Julio, el fontanero. Le hablé de ti. Es muy buen chico, sé que está solo, sé que le hubieras gustado….y tú vas y no estás cuando viene.

- ¿En serio has hecho eso mamá?-

Hija, que nos conocemos. Que el chorrito direccionable no va a satisfacer todas tus necesidades. Anda, anota el teléfono y llámale, ponle cualquier excusa. Hazme caso y llámale.

- Mamá…tú estás loca. Pero te quiero. Nos vemos pasado mañana para cenar –y colgué.

Por la tarde, volví a usar el bidé y su chorro. Esta vez me senté, abrí el grifo y no utilicé mis dedos. Simplemente, hacía variar la dirección del chorro, hacia arriba, hacia abajo, deteniéndome instantes en el clítoris, volvía a redirigirlo arriba y abajo, y al final, aumenté la presión de la salida del agua tanto como pude e hice que el chorro fuese directo a mi vagina.

No creí que sólo el agua, sin necesidad de tocarme, volviese a provocarme aquellos espasmos de placer. Y entonces pensé en las manos que habrían colocado aquella maravillosa grifería.

Me vestí, cogí el móvil y llamé al fontanero. Le dije que había probado la grifería y que algo fallaba, que si podía venir a mirarlo. Aquella misma tarde.

Julio pareció pensárselo y me preguntó si había probado el chorro direccionable. Le dije que sí pero que quería explorar otras posibilidades. Creí que iba a colgarme.

Me dijo que vendría aquella misma tarde. Y vino.


Dedicado con mucho cariño a Elolvidado

jueves, 22 de diciembre de 2011

Para el Gordito






Querido Santa, Papa Noel o gordito:

Se me ha echado el tiempo encima y casi no llego a escribirte. Así es que, como apurando ese último segundo de un orgasmo, aquí estoy, pero que sepas que es la última vez que te escribo. Estoy cansada de pedir siempre lo mismo y nada de nada.

Está bien claro. Quiero un tío. No pido demasiado; me conformo con que sea autosuficiente, medianamente inteligente y por supuesto que practique sexo con bastante asiduidad.
Es más. Si no puede ser un tío, pues me mandas varios, que ya me los repartiré yo como pueda.
No te estoy pidiendo amor, no busco el amor de mi vida; de hecho, creo menos en su existencia que en la tuya misma, que ya es decir. Lo cual no debe excluir que sea medianamente romántico y/o mimoso.

Hoy parecía que por fin ibas a escucharme y me pones en mi camino una cita para mañana viernes por la noche. Pero claro, no era nada más que otra treta tuya para castigarme, porque luego has puesto tantos impedimentos que al final no va a ser posible.
Pero castigarme, ¿por qué? He sido buena, más que buena, y tú lo sabes. Joder! Yo diría que he sido hasta casta y pura! Jajajaja.
En fin, gordito, que lo sepas. O me concedes lo que te pido o te pondré los cuernos con los reyes majos. Y si éstos no escuchan tampoco….. bueno, ya veremos qué pasa cuando pasen reyes.
¿Te cuento un chiste?

Anoche un hombre vestido de rojo se deslizó por la chimenea de mi casa y entró a mi habitación… Como estaba dormida, pensé que era un sueño, pero aquel hombre de barba blanca se desnudó y se metió en mi cama… Antes de que pudiera hacer o decir algo, se montó sobre mí y me echó el mejor polvo que me han echado en toda mi vida. Mis gritos de gozo y mis alaridos de un largo orgasmo fueron ahogados con su mano para no despertar a los demás. Exhausta pero agradecida, cuando todo había acabado y aún jadeando, le pude decir: ¡¡¡Muchas gracias, Santa…Lo que yo te pedí era un Volvo…un Volvo, pero no importa….”

Pues eso, gordito, un PolVolvo.

Visitantes del blog: Feliz Navidad a todos. Fuerza para afrontar el 2012. Y que disfrutéis mucho de los polvorones en estas fiestas.




domingo, 18 de diciembre de 2011

Probabilidades y expresiones










El viernes tuve cena de empresa, con unos compañeros de trabajo, como es habitual por estas fechas aunque este año fuimos algunos menos.
Me arreglé a conciencia; sentía por dentro que necesitaba algo más que comer bien, bailar y echar unas risas. Y si surgía alguna oportunidad de ese algo más, no iba a desaprovecharla.

Primera oportunidad: el Sacarino vino a la cena. Como él es aún menos libre que yo, me limitaría a esperar a que se decidiese, a que me hiciese llegar el más mínimo atisbo, como ofrecerse a llevarme a casa o cualquier otra cosa.

Segunda oportunidad: en la mesa al lado nuestro en el restaurante había un grupo de unos doce o catorce tipos, todo eran hombres! Era una buena ocasión; las probabilidades indicaban que a alguno podría gustarle, no? Sólo había que esperar la ocasión de que alguno se decidiese a decir algo, acercarse, lo que fuese.

Tercera oportunidad: estuvimos en dos discotecas. Estaban repletas de gente. Yo estaba a gusto, me sentía guapa (como hacía tiempo que no) y estuve bailando cuanto pude. Quizás a alguien le gustase mi manera de moverme o contonearme, no?
Pero los resultados, todos negativos, dieron al traste con todo y aunque al final cualquier opción de acercamiento/tocamiento/relación sexual se fue al carajo, el balance de la noche no estuvo mal.

El Sacarino me acompañó en un par de ocasiones a la entrada del restaurante para fumar un cigarro. Estuvimos a solas y no sugirió nada, nada en absoluto que a mí me hiciese pensar que podía haber algo. En la discoteca me dijo que estaba muy guapa, le sonreí, me lo agradeció y se marchó antes de que fuésemos a la segunda discoteca sin decir ni mú, ni un “te vienes?”….nada de nada.
Los tipos de la mesa de al lado sólo miraban, de reojo, de vez en cuando, y ni siquiera puedo afirmar si era a mí o a otra fémina de mi grupo (debía ser más bien lo segundo). En ningún momento se dirigieron a nosotros para nada, aunque estuvieron divertidos cuando llamé por el móvil a una amiga, convencí a mi mesa para que le cantasen el “cumpleaños feliz” ya que era su aniversario, y el grupo de los doce machos se unió al coro.
Y en las dos discotecas en que estuvimos nada de nada. Y no es que yo rechazase a nadie, es que no hubo nadie. Tres tipos se dirigieron a mí, pero ninguno tenía intención de nada. El primero, la mayor oportunidad que ví en potencia en toda la noche, creo que se echó para atrás cuando me vio bien de arriba abajo, porque examen ocular sí que me hizo. El segundo me preguntó por qué pedí la hora a la camarera antes de pedir una consumición; le aclaré que ya era hora de dejar el alcohol ya que al cabo de cierto tiempo yo tendría que conducir. Y el tercero intentó acercarse a mí sólo para darle celos a una fémina de mi grupo que le hizo un desplante. Pero para eso le hubiese servido yo o cualquiera.

Total….un desastre. Es cierto que yo no llevaba un letrero en la frente que dijese “esta noche quiero sexo, como sea. Si estás dispuesto…”, pero tampoco llevaba uno que dijese “a mí ni te acerques”.
Al volver a casa, me desnudé, me quité el maquillaje, me fumé un cigarrillo y encerré en un armario otra vez el deseo. No sé cuándo volveré a sacarlo, aunque sea para darle un paseo.
Entenderéis que no soporto expresiones como “quien no folla es porque no quiere” o “las tías lo tienen más fácil a la hora de ligar” o “siempre hay un roto para un descosío”.


jueves, 15 de diciembre de 2011

Apunta y dispara, by El Perfumista




El perfumista nos deleita con otro relato. Gracias, Perfumista


Te desnudo y me desnudas

Nos besamos , nos acariciamos , acaricias mi pene mientras exploro con mis dedos tu selva negra; noto cómo mis dedos se mojan en tu interior y eso me excita y endurece mi pene .

Lo agito pene y lo miras fijamente mientras te preguntas : ¿ cuánto tiempo tardará en correrse ? ¿ serán 10 segundos o 10 minutos los que tardará en hacerlo ? ¿cuánta leche derramará, unas gotitas o un charquito ? ¿A qué sabrá su leche ? ¿en donde derramará su néctar blanco? ¿en mi boca , en mis mejillas , en mis tetas , en mi barriga ... ? se trata sólo de apuntar y disparar y no errar en la diana que es tu cuerpo .


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Efecto boomerang


Mi vida es estresante, ¿para qué me voy a engañar? Pero hay épocas especialmente muy, muy estresantes. Y el mes de diciembre, las tres primeras semanas sobre todo, son para mí nefastas.
Hace algún tiempo que el estrés me afecta de manera negativa en mi líbido. Ya os lo conté.
Y entonces me doy cuenta de que cuando llego aquí, en vez de descargar mis fantasías, mis sueños, o hablar de aquello que me puede resultar erótico….llego con las manos vacías, esperando lo contrario.
Llego fría, esperando encontrar calor.
No vengo a desnudarme, sino que llego desnuda. Sin nada.
Y ahora espero que, como en alguna otra ocasión, este sitio y algunos de sus alrededores vuelvan a actuar con efecto boomerang, que la excitación con la que he llegado aquí muchas veces me venga devuelta, de rebote, porque si no… mi amigo íntimo y yo lo pasaremos muy mal.











viernes, 9 de diciembre de 2011

Dulce rutina




Mi vecina Paca es un poco cotilla. Siempre que me encuentra en el rellano, se pone a charlar conmigo de lo que sea, a veces invadiendo un poco mi intimidad y a veces desnudando sin tapujos la suya.
No se lo tengo en cuenta; es una mujer que está todo el día en su casa, dedicada al cuidado de la misma, de sus tres hijos y de su marido que, para mí, es como un niño más.
Ayer me encontró cuando volvía de comprar un poco de fruta. Me preguntó dónde la compraba yo y me vi contándole que esa noche iba a preparar trozos de frutas variadas, envueltas en chocolate fundido, para mi pareja. A él le encantaba y a mí me encantaba verle disfrutar. Como fuese.
Me dijo que eso era muy exótico y me preguntó si esa noche “teníamos fiesta” (se refería a si tendríamos relaciones sexuales), porque claro ella sólo tenía “los sábados, sabadetes” y eso si no había en la televisión ningún partido de fútbol interesante o una buena película de acción. A su Paco le encantaban Clint Eastwood y Steven Seagal. Siempre era igual, una pura rutina; en eso se convertían todos los matrimonios, “es lo más normal del mundo”, me decía Paca.


Y yo le dije:
Paca, en mi relación también es todo rutina, pero se trata de que esa rutina no nos amargue. Mira, cuando él llega del trabajo, me besa y me pregunta qué hay de cena. Es una rutina pero muchas noches es él quien en realidad prepara la cena. Luego se va a la ducha, se coloca su albornoz y antes de vestirse, se sienta en su sillón favorito y se toma una cerveza, normalmente sin alcohol. Cuando la termina, pueden suceder dos cosas: que vaya a vestirse y luego charle conmigo, de lo que sea, mientras preparamos juntos la cena, o que aparezca allá donde yo esté, abra su albornoz y me muestre su cuerpo totalmente desnudo. Casi no hace falta decir nada más. Lo demás viene por sí solo. Normalmente, acabo de arrebatarle yo misma el albornoz y empiezo a recorrer todo su cuerpo para acabar donde más le gusta, en lo que ya llevaba erecto al primer contacto de mis labios con su cuello. Otras veces, se quita él el albornoz y me desnuda a mí, y me tumba en el sofá, o me arrincona contra la pared, o me echa sobre el mármol de la cocina, y empieza a saborearme, por todas partes, acabando también donde más me gusta, volviéndome loca. Y eso es así casi todos los días.

Foto cedida por un lector anónimo



Al cabo de dos días, volví a encontrarme con Paca en la escalera. Venía de comprar.


¿Sabes Belkis? Le conté a mi marido tu historia. Me dijo que era una pavada y yo le dije que, de momento, no pienso follar más sólo los sábados. Y que quiero que cada día, al volver del trabajo, se duche y se ponga su albornoz, mira, éste que le acabo de comprar. Lo va a estrenar hoy, a ver qué pasa, aunque hoy tengo trabajo y tengo que freir el pescado para la cena, y….


Paca era adorable, después de todo. Le dije:
Ssshhh… déjate enharinar, mujer

martes, 6 de diciembre de 2011

Íntimo y personal






En una ocasión un lector me dijo en privado que mi blog era pseudoerótico. Después, me pidió disculpas. No lo entendí, pues yo no vi la ofensa de ninguna manera.
Éste es para mí un lugar muy íntimo, muy personal. Nunca he pretendido que fuese un blog erótico (de hecho, creo que no lo es), y si alguien cree que es pseudoerótico, podría hasta considerarlo un halago.
Haciendo una comparativa muy bestia y exagerada, este lugar es como mi coño; lo más íntimo de mí, donde de entrada todo el mundo es bien recibido, y donde hasta ahora (afortunadamente) no soy yo sino cada cual quien decide quedarse o no hacerlo.
(Nota aclaratoria: mi coño recibe muchísimas menos visitas que el blog).


A veces he comparado mi situación a la de un exalcohólico o a la de un exdrogadicto.
Quien dejó la bebida, o dejó las drogas, sabe que nunca más podrá volver a probarlas. Una pequeña cantidad y volverían a caer en el pozo. Por otra parte, seguro que recuerdan las sensaciones “maravillosas”, aunque cruelmente falsas, que les provocaban sus adiciones.
El cuerpo tiene memoria.

Mi piel tiene memoria. No siento nada remotamente especial si me toco un brazo, una pierna,… pero ¿sería lo mismo si te tocan otras manos?
Cuando casi por casualidad alguien te coge de la mano y te da un beso, el cerebro recurre a su archivo de sensaciones y envía al cuerpo las respuestas que corresponden. Rememoras, sientes,… te vas a desbordar, quieres volver a lanzarte, las caricias se detienen y todo queda ahí de nuevo. No pasa nada. El placer sigue siendo más un recuerdo que una vivencia.
¿Será cierto lo que dicen que follar es como montar en bici, que nunca se olvida? No lo sé, no tengo ni idea; un día de éstos cogeré la bici llena de polvo que tengo en el trastero y me daré un paseo, a ver qué sucede.




Éstas y otras reflexiones son las que me hago a hora temprana en un día como hoy, en el que nuestra Consti cumple 33 años, si no me equivoco.
La Consti debería cuidarse, ya tiene una edad, y ante todo: renovarse o morir. Alguien debería hacer algo por ella, cambiarla, que ella, femenina y madura, pudiese sentirse aún bella y aún útil... pero eso sería ya tema para otro lugar.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Consejos vendo...










En los últimos días, y por razones que no vienen a cuento, he podido hablar con varias personas sobre los encuentros reales de personas que se han conocido previamente a través de la red, ya sean páginas de contactos, facebook e incluso blogs.
Y he podido constatar que algunas personas sentimos cierto resquemor ante esas situaciones, quizás temor a lo desconocido. Sobre todo si no se tiene una amplia o consolidada experiencia en estos menesteres.
Así es que me he dicho: ¿por qué no elaborar una pequeña guía? Unos consejos que puedan ayudar-ayudarnos a enfrentarnos a esas situaciones, que por otro lado nos buscamos voluntariamente, y salir airosos.
Seguramente no existan normas fijas, dependerá de una gran cantidad de variantes, pero sí un modelo orientativo.
Cada cual que aporte o contradiga lo que quiera según su experiencia.





- Punto principal: el lugar. Cuando quedes con un desconocido (entiéndase por desconocido alguien a quien no has visto nunca personalmente), es mejor hacerlo en un lugar público. Pero que tampoco esté muy abarrotado de gente ya que eso impediría una conversación relajada. Puede ser una cafetería tranquila, a una hora no muy concurrida. Si te interesa o te conviene que haya absoluta discreción, no quedes en la cafetería de tu barrio, ni siquiera en tu población añadiría yo. Cuando quieres pasar más inadvertida, te encuentras conocidos hasta debajo de las piedras.






- La imagen. Creo que es muy importante que previamente os hayáis visto por cámara o simplemente por fotografía. Independientemente de que busquemos que la otra persona nos atraiga físicamente, el hecho de verla, ver su rostro, ayuda mucho a hacernos una idea mental –puede que equivocada o no- de si esa persona ya de entrada nos causa buena impresión o no.
En cuanto al atuendo (de eso ya se habló en otra entrada), creo que es mejor ser nosotros mismos, no exagerar ni minimizar nuestra manera de ser, de vestir, de comportarnos. Si la cita se repite, nos costará más trabajo mantener la imagen que hemos creado y que no es la nuestra verdadera.

- El motivo. ¿Cuál es el motivo por el que decidimos encontrarnos? ¿Conocernos y escucharnos cara a cara o sabemos de antemano que acabaremos echando un polvo? De entrada, yo prefiero la primera opción, romper el hielo y si hay feeling, ya habrá una segunda vez. En cualquier caso, creo que debería quedar claro a los dos que el motivo será el mismo para ambos; eso evitará decepciones innecesarias
Muy importante: si de antemano se sabe o se intuye que aquella cita acabará en encuentro sexual, hay que tener preparado sitio, no dejar esto a la improvisación. Puedo contar la anécdota de alguien quien no esperaba que fuese un encuentro sexual, luego parecía que sí, sólo disponían del coche y mentalmente no logró encontrar un lugar lo suficientemente apartado y discreto como para apaciguar el calentón.

- El día después. Es muy importante lo que pasará el día después del encuentro; querremos repetirlo o no, nos ha gustado realmente aquella persona o nos resulta indiferente, en qué categoría de amigos lo ubicamos,…Pero eso, será
después. Disfruta del momento y ya llegará el día después.