Existe un tipo de hombres divinos, que casi se les podría denominar dioses. Afortunadamente, no lo son. Son humanos, con sus virtudes y defectos, y caminan entre nosotras.
Estos hombres suelen tener una serie de cualidades muy, muy potenciadas. Es posible que posean una belleza superior a la media, e incluso trabajen para mantenerla, se cuiden, se mimen, practiquen deporte,…
Estos hombres suelen tener una serie de cualidades muy, muy potenciadas. Es posible que posean una belleza superior a la media, e incluso trabajen para mantenerla, se cuiden, se mimen, practiquen deporte,…
Otra cualidad es la inteligencia. Estos hombres divinos suelen tener un coeficiente intelectual alto, y aunque no lleguen a realizar grandes estudios o carreras, su inquietud por saber, investigar e indagar siempre está latente.
Los hombres divinos tienen también mucho don de gentes. Suelen ser abiertos, de agradable conversación, a menudo con muy buen sentido del humor, y no es extraño que sean el centro de atención en cualquier reunión.
Estos dioses de a pie, como humanos que son, tienen también sus defectos, que pueden ser los de cualquiera, pero muchas veces pasan inadvertidos ante la grandeza y expansión de sus cualidades.
Una podría pensar que llevarse a la cama a uno de estos hombres tiene que ser el no va más porque, para empezar, hay que conquistarles. Estos hombres suelen tener muchas admiradoras, muchas candidatas a las que elegir y si uno de ellos te elige –y tú te consideras, como yo, simple mujer mortal y normal- ya es la repanocha.
Nos podría parecer que un hombre de este tipo tiene que provocarnos unos orgasmos divinos, porque además suelen ser muy buenos amantes.
Nos podría parecer que un hombre de este tipo tiene que provocarnos unos orgasmos divinos, porque además suelen ser muy buenos amantes.
Pero aquí encuentro yo que este grupo de hombres se subdivide:
Existen los hombres que se saben divinos, que se lo creen, que lo potencian, que hacen buen alarde de ello. Siguen siendo extremadamente atrayentes pero muy, muy egocéntricos.
Y luego está el otro subgrupo: los hombres que son divinos de verdad y, por alguna dosis de humildad, de sentido común o simplemente un pelín más de inteligencia, no se vanaglorian de serlo. De hecho, algunos de estos hombres divinos ni siquiera se consideran como tales, se ven como hombres normales y corrientes…tienen mucho de lo que presumir y sin embargo no lo hacen.
Evidentemente, yo me quedaría con el segundo grupo, porque son los que realmente me resultan increíblemente atractivos y atrayentes. Un hombre de este tipo es capaz de hacer que la mujer se sienta como una diosa y además….los polvos suelen ser divinos también.
Dedico esta entrada con mucho cariño al Dios Rama (él ya sabe por qué) y a alguien que entra por aquí que estoy segura de que es un dios, y además de los divinos de verdad, del segundo grupo…al menos yo he visto sus alas.
Nunca algo escrito en este blog, belkis, te quedo tan "divino".
ResponderEliminarPor cierto, no es que ponga en duda la existencia de tales hombres; pero no sabrás de alguna mujer con las mismas cualidades,¿no?
Un beso.
Un hombre con semejantes cualidades, ya no es que el motor le pierda aceite, sino que se le ha caído hasta el cigüeñal, directamente.
ResponderEliminarJuaa, juaaaa.
Yo pienso igual q tu, belkis pero con la mujer aunq creo q haría más subdivisiones jejejejeje.
ResponderEliminarA tus PIES
Nolaaxe, haberlas las habrá, pero no me fijo tanto, la verdad. Un beso.
ResponderEliminarToyfolloso, que tienen más cualidades además de la de ser metrosexuales, jajaja.
Gudèlu, afortunadamente hay más subdivisiones. Hoy sólo hablaba de los dioses, de los que lo son y de los que creen serlo. Beso
A veces, Belkis, un hombre divino, que se sabe divino y admirado como tal...va y se fija en una simple mortal. Quizás se enamora de ella, la lleva con él al cielo y, aunque sea temporalmente, hace que se sienta "divinamente".
ResponderEliminarHaberlos, los hay, solo hay que encontrarlos.
Anónimo, si yo sé que esos dioses existen, si hasta alguno se ha cruzado en mi camino. Pero no, no creo que acostumbren a fijarse en simples mujeres mortales.
ResponderEliminar¿Tú eres uno de ellos? ¿Te conozco? ¿Me llevarás al cielo? jejeje. Es coña...no tengo ni idea de quién eres.
No, no soy uno de esos dioses. Soy una simple mortal que, alguna vez, ha tenido alguno de esos dioses compartiendo Olimpo.
ResponderEliminarAins, anónima, simple mortal,...se me fue la olla y te confundí.
ResponderEliminarAhora creo que ya sé quién eres. Ya me parecía a mí raro que uno de esos dioses bajase un ratito de su pedestal y se posase aquí unos instantes.
Me alegra que te hayas sentido "divina" alguna vez