Pajita a pajita

Hace escasas noches, al acabar de masturbarme, pensé “esto lo cuento en el blog”. Y quise currarme la entrada tanto como el trabajito que me hice, así es que empecé a documentarme un poco navegando por internet.

Me rendí. La información es tan variada y tan extensa que se me quitaron las ganas de sintetizarla, así es que a la porra con lo que yo pretendía y con la introducción. La información está al alcance de todos y que cada cual busque lo que le interese y se crea lo que le convenga.

De la masturbación femenina diré que al principio la viví como un tema tabú y parece que hoy en día, después de varias décadas de vida y no sé cuántos miles de pajas a mis espaldas, veo con cierto estupor que sigue siendo tabú.

Masturbarse es una necesidad como otra cualquiera, diría que casi básica y tanto es así que nos masturbamos toda la vida. De niños, de muy niños, representa el descubrimiento de los genitales y un poco más tarde el camino al placer. Yo diría que a un placer orgánico, aún no sexual. Durante el transcurso de la infancia, hay niños que abandonan esta práctica y los menos la mantienen, hasta que el tema vuelve a resurgir con una fuerza increíble en la adolescencia, y a partir de ahí, yo creo que ya nunca se para.

Me sorprende enormemente que aún hoy en día haya mujeres que nieguen que se masturban. Y tanto es así, que muchos de vosotros, queridos lectores, os sorprendéis cuando contesto abierta y afirmativamente cuando me preguntáis si me masturbo. ¿Es que os habéis topado con mujeres que lo nieguen?

Hace muchos años negué –fue la primera y única vez que lo hice- que yo me masturbase. Estábamos un grupo de amigas, preadolescentes, hablando del tema, y todas negaron rotundamente que se masturbasen. Llegaron a mí, me miraron esperando mi respuesta y yo les dije que no. ¿Qué iba a hacer, ser la rara del grupo? Pero la cagué, porque añadí: “No me masturbo, y mirad que lo he intentado, eh? Introduciéndome los dedos, frotándome….pero nada, no me masturbo”. Ains, bendita inocencia la de la adolescencia de aquella época.

Existen muchas técnicas de masturbación femenina, y ninguna mejor que otra. Cada mujer debe encontrar la suya propia, o las suyas, porque hay mujeres que tienen varias maneras de masturbarse y obtener el placer. En mi búsqueda informativa me ha sorprendido una técnica: una mujer que se masturba con globos. Infla uno para frotar su clítoris y otro para introducírselo en la vagina y alcanzar su punto G. Por supuesto que no me lo creo; no imagino ese globito aguantando tanto calor y tanta presión.

En el momento de iniciar la masturbación, y de hecho mientras toda ella dura, hay mujeres que se centran única y exclusivamente en alcanzar el placer. Y otras (yo diría que la mayoría), mientras trabajamos el cuerpo, fantaseamos con la mente. Yo generalmente fantaseo con alguien conocido (incluso con muchos de vosotros!) y si lo analizase, creo que el orgasmo resultante es proporcional a lo que me pone el sujeto en el que me he inspirado.

Para masturbarme, creo que a veces no necesito ni las ganas ni el deseo para hacerlo. Creo que estoy empezando a catalogar las pajas:

- Las de subidón. Éstas son muy auténticas. Tienes un calentón (ves una peli porno, o tienes una conversación real o cibernauta subida de tono, o te besa un tipo que luego no hace nada más,…) y necesitas apagarlo. Suelen ser extremadamente placenteras y rápidas, tanto que hay que repetir como mínimo, otra vez más.

- Las relajantes. Tienes un mal día, estresante, y piensas que hacerte una paja es la mejor manera de liberar la tensión. Y no te equivocas. Lo que sucede es que si la acumulación de estrés es considerable cuesta mucho ponerse. A veces hay que buscarse una pequeña ayuda pero suele bastar con unas gotitas de lubrificante.

- Las terapéuticas. Te encuentras mal, te duele algo… y piensas que centrar toda tu atención en un punto (en mi caso, suele ser el clítoris) hará que el dolor desaparezca o se mitigue. Generalmente, suele funcionar. En alguna ocasión de jaqueca el dolor se incrementó, pues las pulsaciones del orgasmo hicieron que el dolor de cabeza aumentase. Aún así…valió la pena.

La masturbación es una parte importantísima del sexo, independientemente de que se tengan relaciones sexuales o no con otras personas. Me ha impresionado leer que algunas mujeres abandonan esta práctica cuando tienen una pareja estable. No lo entiendo, sinceramente.

Otra cosa es que tu vida sexual esté limitada a la masturbación. Esto es mucho, mucho más jodido. Pero si es algo temporal (como creo que es mi caso) no hay más que tomárselo con humor. Yo hasta me acabo de inventar un slogan: “Entre paja y paja, se alegra mi raja”.

(¡Qué bruta soy a veces!, lo admito)

PD: La 1.40 AM, hora en España. Son horas de estar follando o durmiendo, y yo no estoy haciendo ninguna de esas dos cosas. Así es que me voy a la cama…creo que hoy me haré una relajante ;)