Por casualidad, como ocurre tantas
veces, me encuentro a alguien por la red. Cruzamos unos cuantos correos, pocos,
y enseguida veo que es una persona de aquellas que tienen el don de excitar
simplemente con la palabra. Bromeamos sobre un posible encuentro, a lo que en
broma le digo que soy tan fea, que tendría que ir encapuchada.
Inmediatamente después me envía un
relato con lo que él imagina que sería ese encuentro. Como me impacta, tengo
que hablarle de este sitio que él desconocía por completo y le pido permiso
para traducirlo (esta vez también lo he recibido en catalán) y publicarlo.
Permiso concedido.
Así es que aquí está el relato de
Juan, un hombre al que algunas mujeres apodan “doctor amor”. Supongo que por
algo será. Muchas gracias, Juan.
Encapuchada
Al final te has decidido y has
encontrado un hueco en tu apretada agenda…
Hemos quedado en mi casa, llaman al
timbre del portero automático, pregunto quién es, y una voz me dice que es
Belkis.
Llegas al piso, la puerta está
abierta. Entras, cierras la puerta, y sobre una silla del recibidor encuentras
una capucha… Te das cuenta de que no es una capucha normal…ha estado recortada
para dejar al descubierto los labios, las orejas y el cuello.
Te la pones, abres la puerta del
recibidor que da acceso a un pasillo, y te diriges al comedor, donde te he
dicho que te esperaba…
Te pregunto si quieres tomar algo y
me dices que no, que no tienes demasiado tiempo. Dejas sobre el sofá la ropa de
abrigo. Te pido que vayas al baño y hagas pipí. Me dices que no tienes ganas,
pero insisto, y lo haces.
Después nos dirigimos a la
habitación…estás nerviosa y excitada al mismo tiempo…esto no lo habías hecho
nunca antes.
Yo voy detrás de ti, indicándote el
camino… Y cuando llegamos delante de la cama, te abrazo por la cintura desde
atrás y comienzo a besarte por la nuca…
Lentamente, voy recorriendo tu cuello
con mis labios, al mismo tiempo que he subido mis manos hasta acariciarte
suavemente tus pechos turgentes, los amaso suavemente, con movimientos de
arriba hacia abajo, y al revés…hacía tiempo que no los acariciaba ningún
hombre, y vuelves a redescubrir un placer olvidado…y a sentirte una mujer
deseada.
Todavía desde atrás, te desabrocho la
blusa y te la quito, dejando al descubierto tu espalda, que pasa a ser la
destinataria de mis besos y caricias… He dejado reposar tus pechos y mis manos
te están haciendo un masaje en la espalda.
En un momento dado, te desabrocho el
sujetador, dejando libres tus pechos, ansiosos de más caricias. Les vuelvo a
dedicar atención mientras mis labios recorren tu espalda.
Cojo tus pezones entre dos dedos,
como si fuesen unas pinzas, que voy abriendo y cerrando…moviendo hacia delante
y hacia atrás…a la derecha, y a la izquierda…mientras los otros dedos y el
resto de la mano se ocupan del resto del pecho.
Me coloco delante de ti y te beso
suavemente los labios, mientras sigo acariciándote…
Bajo las manos hacia tu culo, y
empiezo a jugar con él…dándole pequeños golpes, y notando cómo tiembla…Lo
levanto, lo dejo ir…lo aprieto….lo separo.
Te quito los zapatos, los pantalones,
las braguitas…dejando al descubierto tu parte más íntima. Yo también me
desnudo.
Ahora vuelvo a colocarme detrás de ti
y mi pene juega un poco con tu culo…como intentando entrar…pero sin
hacerlo…yendo hacia arriba y hacia abajo, paseándose por él…pero sin entrar…De
pronto notas algo húmedo…es mi lengua…
Te sorprende, pero te abandonas a
esta nueva caricia en este pequeño agujero, que se va abriendo a medida que mi
lengua va entrando y saliendo en una sutil penetración…mientras mis manos
mantienen separadas tus nalgas.
Te tumbo sobre la cama, con un cojín
al final de la espalda….donde comienza el culo…y empiezo a acariciarte el
clítoris con una mano, al mismo tiempo que te acaricio un pecho con la lengua y
el otro, con la otra mano…Por un instante, pensaste que no te encontraría el
clítoris….pobre….tan abandonado como estaba…
Cuando noto que la vagina está bien
lubricada, suavemente te introduzco un dedo y empiezo a explorar su
interior…mientras el dedo pulgar sigue jugando con el clítoris…que va
respondiendo a las caricias.
Bajo la cabeza y empiezo a
acariciarte el clítoris con la lengua…chupándolo…succionándolo…recorriéndolo
con la lengua por todo su alrededor mientras está dentro de mi boca…y te
introduzco otro dedo…Y otro muy lentamente, en el agujerito del culo,
suficientemente lubricado por la saliva de antes.
Los dedos, dentro de la vagina, ya
han encontrado lo que buscaban, la zona rugosa del punto G…y se disponen a
trabajársela…y lo hacen… al mismo tiempo que la lengua está lamiendo el
clítoris y otro dedo está penetrando el culo, ayudando a los que están
estimulando el punto G.
De repente, me dices que tienes ganas
de hacer pipí…pero te recuerdo que ya lo hiciste…y sigo estimulando las tres
zonas al miso tiempo…ahora es mucho más rápido…
Hasta que llegas a tener un enorme
orgasmo, con una gran eyaculación….al que siguen otros de forma espontánea
durante varios minutos, y que hacen que te retuerzas de placer en la cama,
mojada por tu eyaculación.
Me preguntas si yo no quiero llegar
al orgasmo…he estado tan ocupado en conseguir el tuyo, que yo me he quedado en
un segundo plano…pero ahora es mi turno…
Verte retorcer de placer me ha excitado
tanto que estoy a punto de llegar…Coloco mi pene entre tus pechos y lo restrego
con ellos….eyaculando encima, coincidiendo con otro orgasmo tuyo….
Te quedas unos instantes
descansando…te duchas…te vistes…y apuntas algo en tu agenda…
Yo aún estoy en la cama. Vienes y me
besas antes de marcharte. Te pregunto si volverás y qué escribías en tu agenda…
Me respondes sonriendo….”He apuntado
que la semana que viene…tengo cita con el doctor. Con el doctor amor”.